Promesa De Amor // Adaptación Emiliaco

9. El Taller

Mientras Emilio estaba en el trabajo, Joaquín se duchó y  tomó la mejor ropa que compró con su madre, peinó su cabello lo mejor que pudo con cara de desagrado, definitivamente ese corte no le gustaba.

Se miró al espejo y una vez verificando que se veía bien salió de la casa, tomó un taxi y sin pensarlo 2 veces dió la dirección que no había olvidado.

Al llegar al edificio, una hermosa chica que por supuesto reconocía lo saludo.

— ¡Joaquín! Que gusto verte — habló con una sonrisa — tanto tiempo.

— Hola — contestó nervioso — mi hermana mencionó que Mauricio aún sigue por aquí y me preguntaba si podrías decirme en que oficina está por favor.

La chica claramente se vió sorprendida, pero asintió rápidamente.

— Por supuesto, su oficina es la 3.

El castaño sonrió enormemente al escuchar eso, la oficina antes pertenecía a un socio de su padre, si Mauricio estaba ahí significa que finalmente logró ser socio en la firma jurídica. Lo hizo sentir orgulloso.

— Gracias — sonrió y se despidió de la chica

Golpeó la puerta de la oficina y ésta rápidamente fué abierta por Mauricio, luciendo un pantalón de vestir hecho a medida una camisa celeste clara ceñida al cuerpo y su corbata, siempre tan pulcro y elegante, pensó el castaño.

— Hola Joaquín — saludó con una hermosa sonrisa.

— Lo siento si te molesto.

— No, para nada. Por favor toma asiento.

Joaquín con una sonrisa tímida, se sentó frente al moreno en el escritorio.

Ambos se miraron y sonrieron.

— ¿Recuerdas esa vez en el lago, cuándo me dijiste que siempre sin importar que pasara estarías conmigo y serías mi apoyo? — Preguntó Joaquín, sin darle muchas vueltas al asunto.

— ¿En la casa del bote?

— Si, exacto — afirmó sonriendo.

— Si, Claro que lo recuerdo Joaco.

El castaño asistió, mordió su labio unos segundos y lo miró para preguntar.

— Entonces...¿Puedes por favor decirme que pasó con nosotros?

Mauricio río levemente.

— Sólo tú ...Joaquín Bondoni, puedes dejar a un novio y luego aparecer a exigir explicaciones.

Joaquín cerró los ojos, lamentando lo que escuchaba.

— ¿Yo te dejé?

El moreno ahora tenía una sonrisa triste

— Si, de manera cruel...justo antes de la boda.

— ¿Porqué?

— Bueno, esa es una pregunta que nos hacemos, todos mis amigos, cada hombre que vino después de tí y yo — se encogió de hombros sonriendo

— Mauricio por favor — dijo levantando sus brazos — dame una razón, tiene que haberla.

— Tú...— su rostro se torno serio, soltó un suspiro  — cambiaste Joaco, hablabas distinto, te comenzaste a vestir distinto, no sabías si seguir estudiando leyes — se levantó de su asiento y se paró justo frente al castaño — y no sabías si querías seguir conmigo

La cara de Joaquín era casi de dolor, aún no podía entender que le sucedió para cambiar tanto...para dejar a ese perfecto hombre frente a él.

— ¿Te devolví el anillo?