十二 [12]

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Cumplió con su promesa, viniendo todas las noches a visitarlo; cuidando de él y permitiéndose ser feliz entre tanta tristeza que siente por la pérdida de su liberad de amar, el tiempo pasaba volando y eso les asustaba tanto como les maravillaba pues él estaba siendo afortunado de ver como su bebé crecía, o más bien el vientre de su amado lo hacía. Neteyam esperaba con ansias que llegase la noche para ver a Ao'nung, y así se habían vuelto sus días; despertaba y en lo primero que pensaba era en la noche y lo mucho que quería que llegara pronto, y cuando el cielo se hacía oscuro él no dejaba de mirar hacia el mar a la espera de que él aparezca entre las aguas. 

"Desearía ser una hembra, una verdadera hembra, solo para que puedas amarme." 

Mientras en la lejanía en Awa'altu aquel reciente matrimonio parecía romperse más y más, ella aferrándose a la idea de que un día él la amará más de lo que ama a su amante, y él rogando y anhelando escapar. Y es que si no fuera por su compromiso con su gente él se hubiera marchado hace mucho tiempo. 

- Ao'nung, por favor...has un esfuerzo, siento que ni siquiera lo intentas. - habló Tonowari quién estaba teniendo una conversación con su hijo, la tipica reunión familiar, pero en la que el tema principal era Ao'nung y su frialdad hacia su esposa, y lo angustiante que resultaba no solo para ella sino para todo el clan que Ao'nung aún no haya anunciado el embarazo de su mujer. - ¿Lo amas? ¿verdad? 

- Es bastante obvio. - cruzó los brazos mientras que a la par desviaba su mirada. - Pues claro que sí, pero yo no lo amo...yo lo adoro. 

- Si tanto dices amarlo, cumple. 

Ao'nung se mofó completamente confundido y perdido a la vez. - ¿Y qué tiene que ver mi amor por él con preñar a esa tonta? - no era capaz de nombrarla, vivir con ella ya era una tortura como para hacerla presente en sus palabras. 

- Porque me imagino que no quieres que nada le pase. - frío, el cuerpo se congela y es la sensación de que algo le pasaría a Neteyam, pero a su vez teme por él mismo. - Se te acabó el tiempo, si no tienes un hijo pronto con ella solo porque "ya tienes uno", al menos eso fue lo que le dijiste a tu esposa. Tendremos que arreglarlo. - ¿realmente sería capaz de matar a su nieto? 

- Padre por favor, tiene que haber algo que pueda hacer para estar con él. - sus ojos empapados, siempre apretando la mandibula para evitar llorar, pero esa vez no fue capaz de retener sus lágrimas. - No comprendo porque no puedo estar con él, él ... él tiene un hijo mío, ¿no era eso lo que todos quieren? que yo les dé un heredero ¡Ahí está! ya les estoy dando un heredero, no comprendo porque no quieren aceptar algo que ¡Ya existe! mi hijo está allí. 

- Hijo, ¿crees que no pensamos en eso? tu madre pensó en que, aunque no habías cumplido con exactitud tu deber, lo has cumplido igual, pero. - dio pausa, era eso algo que le generaba conflicto al hombre. - Mari'tu. 

- ¡Oh, Mari'tu! ¡Mari'tu! ¿Qué tiene ella? - golpeo con fuerza el suelo, y es que era como si Tonowari ante su hijo hubiera perdido toda autoridad, quizá era porque ya no sentía que hablaba con su hijo sino con su Olo'eyktan. - ¿Que dijo ella? ¿Cuáles fueron sus sabias palabras? 

Incluso al mismo Tonowari le parecía cruel. - Vergüenza. 

- Mi bebé...mi bebé una vergüenza, ¿por qué? me han dicho eso tantas veces que ya ni siquiera sé que les acusa vergüenza de un bebé que ni siquiera ha nacido. Debería darles asco. - su mirada se pasó por su madre y su hermana quienes permanecían en silencio. - ¿Tsireya? ¿Mamá? De verdad necesito saber porque rechazan a mi hijo, si era lo más esperado. 

- Yo no tengo problema, sería un bebé muy lindo...- Tsireya quería ser sincera con él, siempre abriendo su corazón, pero detuvo sus palabras al sentir como su madre le apretaba el brazo. 

- Hijo, solo piensa en lo que dirán los demás. - desgraciadamente las familias reales viven de la boca de todos, deben ser la imagen de lo que "debería" ser una familia. - Y no lo digo porque has engañado a tu esposa. 

- Cuando pasó no me había casado con ella, así que jamás la engañé. 

- Pero era tu novia, estabas comprometido. 

- Tu, ustedes estaban comprometidos con ella y su familia. - atacaba verbalmente, palabras tensas por el enojo. - No se limiten en palabras, ya han sido bastante crueles cuando expulsaron a Neteyam en un estado tan delicado. 

- El problema es él. - silencio, indignación de que esas palabras salgan de la boca de su hermana. - Ao'nung, el problema no es el bebé sino Neteyam. No te hagas el tonto, tú sabes porque es un problema. 

- Lo sé. - no luchó para contradecir, sabía que el hecho de que supieran que Neteyam era capaz de parir sería algo atroz para todos. - Haré lo que me dicen, pero por favor... déjenme visitarlo. Prometo ser discreto, nadie sabrá de él y yo, y mucho menos de mi hijo. 

El cielo marcaba el tiempo, un corazón latía de amor mientras que el otro latía de angustia. Mirando hacia el mar para esperarlo; pero el otro estaba encerrado con tal de proteger a su amor. 

- Te odio. - le habló con amargura a su esposa, ella estaba obsesionada con él y eso la estaba llevando a ser la mala. - Si tengo un hijo contigo no quiere decir que te ame a ti, te odiaré más que ayer. 

Mari'tu bajó su mirada y murmulló. - Puedes ir a verlos. 

- ¿Que? - estaba sorprendido. 

- Solo en los cumpleaños de tu hijo, puedes ir a verlos. 

Ao'nung soltó una fuerte carcajada, aguantando su ira y a su vez esa ola de palabras denigrantes. - Solo en los cumpleaños de mi bebé. - repitió las palabras de su esposa. - Mi bebé no ha nacido aún, así que todos los días es su cumpleaños. - el Metkayina se puso de pie, encaminándose hacía la salida del marui.

- ¡No puedes hacerme esto! yo soy tu esposa. 

En eso Ao'nung se acercó a ella, y le dio un segundo beso en los labios, no la había besado más veces. Siendo su primer beso dado en el día de su boda. -  No tengo nada encontra tuya, Mari'tu, después de todo también te casaron a la fuerza conmigo. Pero no puedes pretender que te voy a amar porque si, el amor no funciona así.

Ya no se ocultó, sus pasos eran firmes y parecía que un pensamiento se había hecho presente en él con fuerza. Mari'tu lo vio partir, su familia lo vio al igual que varios Metkayinas, viendo como su Olo'eyktan se alejaba para desaparecer entre las aguas nocturnas, algunos avanzaron para seguir a su líder. 

- ¡No! nadie va con él. - ordenó Tsireya, miró a sus padres quiénes, aunque la miraban con orgullo se sentían confundidos por las decisiones que habían estado tomando. - Mi hermano es nuestro Olo'eyktan, no nuestra propiedad... él no es de nadie más que de sí mismo. - miró a Mari'tu, por primera vez empezó a verla como era realmente.  Ella se encaminó hacía su marui hasta que fue abordada. 

- Que lindo que apoyes a tu hermano de esa manera. 

- ¿Así como tú has apoyado el tuyo? Lo'ak.- ella lo sabía, sabía que su novio le mentía y que no había vuelto a visitar a Neteyam. - ¿No has pensado en lo triste que debe estar porque lo has dejado solo? - suspiró con decepción. - Agradece a la gran madre que mi hermano adora al tuyo, parece que es el único que de verdad lo ama. 

- Iré a visitarlo. 

- Eso espero. - su voz delataba lo molesta que esta. - A ver si así se anima tu familia en ir a visitarlo, iría yo, pero bien sabes que él la única visita que necesita es la de ustedes. 

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𝐵𝑒𝑎𝑢𝑡𝑖𝑓𝑢𝑙 𝑃ℎ𝑒𝑛𝑜𝑚𝑒𝑛𝑜𝑛 ┊𝐴𝑣𝑎𝑡𝑎𝑟Donde viven las historias. Descúbrelo ahora