十八 [18]

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Sedados, esperando y rogando en sus adentros que todo sea tan solo una pesadilla compartida, pero no era así; tan palpable era aquel funeral de quien no vio la luz jamás, aquel pequeño cuerpecito incompleto yaciendo bajo el agua entre susodichas algas doradas, abrazándolo para llevarlo a la calma infinita. 

Neteyam iba a visitar a su hijo todos los días; Eywa tuvo piedad de aquel pobre Omatikaya y le permitió estar con su hijo, o lo que hubiera sido. Un niño de 9 años al que Neteyam nombro Mul, enamorado del fantasma de su hijo, jugando con él y viendo con alegría con esos amargos gajes de dolor lo que puedo tener y se le fue arrebatado. Ao'nung fue una vez y eso le bastó para no regresar, amaba a su hijo con cada fibra de su cuerpo, pero saber que no estaría con él, que no le vería crecer, que no sería el padre que siempre quiso ser para Mul, le destrozó. 

El Metkayina en lo único que estaba centrado y ansioso era en la manera en la que castigaría a la asesina de su hijo, tan seguro que había sido su ex-esposa la causante de tanto dolor y con esta la razón de no ser capaz de dormir en la misma cama que Neteyam, le arde el alma no poder abrazarlo y acariciar su vientre abultado, sabiendo que su hijo aún yace vivo en él. 

- Ao'nung, te lo juro...yo no hice nada. - rogaba entre lágrimas la mujer, su rostro empapado de lágrimas y sangre; golpes desmedidos por parte del Olo'eyktan ante el dolor, creyendo que con cada puñetazo el dolor se iría, pero jamás pasó. - Puedo haber sido un aborto natural, bien sabes que Neteyam no es hembra del todo. 

- ¡Cállate! - gritó lanzándole agua a la cara. - ¿Que tengo que escuchar? ¿La basura que dices o el trozo podrido que tienes por lengua moviéndose? Mari'tu, yo sé... ¡Yo sé! que has sido tú, odias a Neteyam; no te hagas la inocente con tu té de porquería, mi hijo estaba vivo, Neteyam estaba bien ante de ir contigo. No vas a verme la cara. 

- Yo no fui. 

- Como quisiera matarte perra, pero la muerte es un regalo para ti. - musitó cansado, mientras se encaminaba cerca de ella para quedar cara a cara. - Cuando regrese espero una confesión de tu parte, mi hijo tendrá justicia... no me interesa cargarme de enemigo a tu padre, sé que si él se entera de lo que hiciste hasta él te sacaría los ojos. 

 Neteyam jamás preguntó pues no quería aceptar que estaba pasando, la inesperada desaparición de Mari'tu, las escapadas nocturnas de Ao'nung y como este regresaba con los nudillos lastimados, ¿En qué se había convertido? ¿Dónde estaba ese hombre amoroso del que se enamoró? Pero tampoco lo juzga, solo no quiere que se destroce más de esa manera. 

- Perdóname. - habló rompiendo el silencio, ambos estaban sentados enfrente de la hoguera recibiendo calor mientras esperaban que su comida estuviera lista. Neteyam volteó su rostro para encontrarse con la mirada de Ao'nung. -Soy un total cobarde, debí ir por ti sin importar que, debí protegerte más... a ti y a nuestro hijo, yo no puedo perdonarme Neteyam, quiero que me perdones tu porque yo no soy capaz, por mí, me lanzaría de un barranco por esta culpa que me quema. 

𝐵𝑒𝑎𝑢𝑡𝑖𝑓𝑢𝑙 𝑃ℎ𝑒𝑛𝑜𝑚𝑒𝑛𝑜𝑛 ┊𝐴𝑣𝑎𝑡𝑎𝑟Donde viven las historias. Descúbrelo ahora