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Ambos apretando los dientes ante tantas miradas, y más cuando las más juzgadoras provenían de sus mismos familiares, a quienes más ellos amaban eran quienes parecían odiar la idea de que fueran felices. La mente miente.
- Ao'nung. - pronunció a secas, parecía furioso encaminandose para posarse cara a cara con su hijo. - Esto no es lo que te he enseñado. - podía sentir una ola ofensiva, el joven Metkayina esperaba esa cachetada verbal. - Lo has hecho mejor, estoy orgulloso.
- ¿Orgulloso? No entiendo. - aunque aliviado no comprendía ese repentino cambio.
- No voy a mentirte, si estoy molesto pero el hecho de que estes aquí; firme y dando la cara, solo me demuestra que eres responsable de tus actos, que eres un hombre de palabra y es que, así como tratas a su pareja, con esa lealtad y compromiso, habla mucho del buen Olo'eyktan que eres. - posó sus manos en los hombros de su hijo. - Tienes apoyo. - en eso desvió su mirada hacía Mari'tu, escuchando sus palabras que le había dirigido anteriormente a Neteyam. - Joven, Neteyam...yo también quisiera pedirte perdón. Todos aquí te debemos una disculpa.
- Señor Tonowari...no es necesario. - habló con nerviosismo, aunque si sentía que necesitaba unas disculpas por haber sido expulsado no quería parecer pretencioso. - Y Mari'tu, gracias por ser tan amable contigo, después de todo lo que he ocasionado. - una parte de él piensa que le arruinó la vida a alguien, pero no se pudo contener más ante Ao'nung por más que lo desee. - Si me gustaría tomar un té, me relajaría.
Disculpas llegaban a sus oídos, se sentía tranquilo de tanto cariño y arrepentimiento, a lo lejos vio a Niraya quién se quedó atónita al verlo; aunque se acercó a él su cuerpo reflejaba algo de miedo.
- Neteyam...
- Lo siento.
- No, dime...¿Eres feliz? - parecía no querer saber detalles, y aunque tenía muchas dudas sabía que todo con él acabó y no tenía derecho de indagar de más.
- Si, hasta siento que he muerto. - exhaló seguido de un suspiro. - Siento mucha paz, amor y felicidad.
- Me alegra tanto saberlo. - dibujó Niraya en sus labios una sonrisa pura, parecía que su ruptura con Neteyam en lugar de romperla o generarle rencor, le hizo una na'vi muy madura, le dolía no estar con él porque al final del día Neteyam es el hombre más maravilloso que había conocido, pero amor no siempre tiene que ser romántico. - Neteyam quiero que sepas que te amo.
- Niraya, yo...
- No, no...no lo digo en ese sentido si pienses que mi "te amo" es romántico. - sonrió nerviosa esperando no generar problemas. - Te amo como el chico que eres, te amo como mi amigo porque sí te veo. Un amigo al que quiero cuidar, y ¿porque no? sí me permites estuviera encantada de cuidar a tu bebé también.
Para los amantes parecía que todo iba bien, pero mientras ellos se acomodaban para amarse tuvieron que desplazar, muchas veces podemos hacer daño sin darnos cuenta. Como aquellos que dictar alimentarse de solo plantas para proteger criaturas, pero en el cultivo de estas muren millones de pequeñas criaturas, hipocresía decir que todos somos buenos en su totalidad. Por más que intentemos, siempre habrá una víctima en las sombras.
- Ma 'Nung, siento que esto es demasiado. - expresó preocupado mientras se sentaba en la cama, aquella cama que debió compartir su esposo con Mari'tu. - Me siento mal por ella.
- Lo sé mi amor, pero, no puedo tenerla aquí...lo mejor era que ella se mude a otro lugar para estar tranquila, además, aunque no comprendo como eso fue posible, pero ella pronunció haberse enamorado de mí, ¿No crees que sería muy cruel decirle que se quedé aquí y vea cómo te amo?... vea y escuche.
Neteyam rodó los ojos. - Ao'nung estamos hablando enserio. - quería parecer molesto, pero por las palabras de su pareja no puedo evitar sonreír.
- Yo también estoy hablando enserio.
- No, no lo haces..dijiste "vea y escuche." - cruzó sus brazos.
- Pues claro, cuando te diga "Te amo"... ¡Oh! ¿Qué pensabas tu? - Ao'nung se quedó mirando al Omatikaya quién se quedó callado. - Yo estoy teniendo una conversación seria contigo mi amor, pero no puedo si vas a estar pensando con cochinadas.
- ¡¿Yo?!
- Si mi amor, tu... ¡Oh! Eywa, no puedo creer que me voy a casar con un pervertido. - el sentir la palmada de Neteyam en su antebrazo le hizo soltar una carcajada para así inclinarse a él y besarlo en los labios. - Me encanta como arrugas tu naricita cada que estas molesto.
Neteyam sentía que no podía permanecer "enojado" con él, Ao'nung era el único que podía hacerle sentir mejor en segundos. - Voy a salir.
- Claro. - la duda llegó, quería saber a dónde pensaba ir Neteyam para estar atento a él. Demasiado sobreprotector con él, no lo mostraba a relucir, pero parecía incrementar poco a poco. - ¿A dónde irás?
- Con Mari'tu, ¿Recuerdas que me invitó a tomar el té?
- Si mi amor. - una punzada en su pecho se hizo presente, había estado conviviendo con ella por algunos meses y había algo que le generada preocupación. - Ma' Teyam, no vayas.
- ¿Por qué? no puedo dejarla plantada cuando ya le dije que sí.
- Entiendo, pero...Neteyam escúchame, en el tiempo que llevé casado con ella, ella jamás me preparó un té; y se suponía que ella me amaba.
- Quizá ella prepara el té para las disculpas.
- Neteyam...por favor, no vayas. Di que te sentías mal o algo. - parecía preocupado, más y más, pero ni siquiera él podía explicar su preocupación por que no sabía porque estaba ahí para empezar. - Si quieres un té puedo hacerte uno yo.
- Estas muy raro. - expresó mientras se ponía de pie. - Estaré bien, es solo un té...y ya sabes dónde estaré.
- No quisiera sonar como un maldito controlador, pero...¿Podrías estar aquí para la cena?
- Claro, te prometo que todo estará bien. - le dio un beso a su prometido en los labios para así acercarse a la salida. - Te amo.
- Te amo. - no podía explicar por qué sentía un nudo en la garganta y un impulso enorme en prohibirle rotundamente a Neteyam ir con Mari'tu.
