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Todos hemos querido vivir un amor adolescente, aunque solo fuera una vez. Y tú no eras la excepción.

Poder pasear agarrados de la mano por las calles, ir a juego con la ropa, compartir los más íntimos secretos o las más absurdas anécdotas.

Un chico dócil y amable, capaz de mover tierra y mar para poder concederte tus caprichos. Atento y que sepa escuchar, que recuerde cada mínimo detalle de cada frase salga de tu boca.

Pero sobre todo que respete cada decisión que tomes y ofrezca su opinión si es necesario para ayudarte.

¿Es pedir mucho?

En tu actualidad, sí. Es pedir como un milagro.

Suspiraste aburrida mientras tenías tú mejilla apoyada en tu palma derecha, desde que te habías cambiado de instituto todo se volvió mucho más monótono y aburrido apenas salías a hacer misiones.

Miraste al cielo al notar la gran cantidad de energía maldita que estaba llegando, no debías de ser un adivino para saber quien eran.

Un gran dragón blanco surcaba los cielos con dos jóvenes montados en él, descendieron hacia el patio de la escuela para así la maldición desaparecer instantáneamente.

-¿Ya han llegado los dos imbéciles?- Preguntó Shoko mientras se encendía el cigarro.

Asentiste con un gruñido para mirarla sacar humo de su nariz, no había pasado ni un mes desde tu llegada a la escuela politécnica de hechicería de Tokyo y solo te habías abierto con la castaña.

Tus dos otros compañeros eran algo escandalosos para tu gusto, en especial Gojo y su increíble seguridad en sí mismo.

Viste a ambos reír mientras cruzaban el patio riendo y bromeando entre ellos dos, no parecían que su misión les hubiera causado mucha dificultad, ni siquiera parecían heridos.

-¡Hey idiotas! ¿Necesitas que os cure?- Preguntó Shoko mientras les gritaba a ambos.

-¡Que va! ¡Estamos ilesos!- Respondió Geto con una sonrisa ladina.

-¡Somos los más fuertes! ¿Qué te esperas?- Añadió Gojo con su característica confianza.

Shoko solo se rio burlona por ambos comentarios. Tu solo miraste a ambos con algo de envidia, nunca tuviste la suerte de tener una amistad como la de ellos. No solo porque ambos eran increíblemente fuertes si no por su dinámica incluyendo a la castaña.

-¿Acaso te gusta uno de ellos?- Shoko te sacó de tu trance con la guardia baja.

-¡Que va! Solo observaba como miraba como...hablaban entre ellos.- Respondiste desviando la mirada.

-Dan algo de envidia...¿no?- Parecía como si te hubiera leído la mente.

-Pero ustedes tres se conocen desde hace un año, sois amigos.-

-¿Ustedes? No te dirijas hacia nosotros como si fuéramos superiores o algo así.- Regañó Shoko.- Además, su dinámica es algo fuera de mi alcance, esos dos se necesitan mutuamente de una manera especial.-

Las palabras de Shoko resonaron en tu mente. Observaste cómo Geto y Gojo se reían juntos, compartiendo bromas y complicidad. Parecían tener una conexión única, una amistad que había resistido el tiempo y los desafíos. Mientras tanto, tú te sentías un poco aislada, siendo la recién llegada en un mundo donde las relaciones ya estaban establecidas.

REGRESA A MI| Geto x lectoraWhere stories live. Discover now