08.

502 60 27
                                    

Ezreal terminaba de arreglar su ropa dándose una última mirada en el espejo para así salir de su pieza en dirección a la cocina donde se encontraban sus amigos tomando el desayuno.

—¡Ya me voy! —grita tomando las llaves de la casa.

—Que te vaya bien Ez —dice Yone mirándolo con su taza de café en la mano.

—¿A donde va? ¡¿A donde vas?! —pregunta Kayn poniéndose de pie, con su pan tostado en la mano y dirigiéndose hacia el más bajo.

—Voy a ir con Alune, espera, ¿De aquí a cuando te tengo que decir a donde voy? Imbecil... —murmura la última palabra dispuesto a salir abriendo la puerta, pero ésta es cerrada abruptamente, mira a Kayn con intenciones de gritarle pero sigue la dirección en la que se encontraba aquella mano, era de nada más y nada menos que de Phel—. Aphelios...

—¿Qué van a hacer? —cuestiona el peliazul.

—No puedo decirles, no voy con otras intenciones, solo necesito hablar con Alune y ya —suspira frustrado.

—Puedo acompañarte —dice Kayn para luego de un solo mordisco terminar su trozo de pan.

—Que, no— finaliza el peliverde saliendo de la casa.

El pelirrosa turce los ojos regresando al comedor, no podía negarlo, sentía mucha incertidumbre, pero tenía más hambre así que solo regresa a su silla y se dispone a comer lo que recién había preparado para desayunar Yone.

—El día de hoy tengo que salir a ver si no tenemos alguna multa pendiente, así que se quedarán solos por una —remarca—. Sola hora. Por favor sean buenos.

—¿Planeas que yo me quede? —pregunta K'Sante antes de dar un sorbo a su café.

—Esa era la idea.

—Pero yo te quiero acompañar...

—Lo que sucede es que no te quieres quedar con estos cuatro engendros.

—Pff, ¿Disculpa? —enarca una ceja Aphelios ofendido.

—Tres engendros pues.

—Oye, no es por eso pero si es un motivo razonable para ti y me dejes ir contigo está bien.

—Bien, terminemos de desayunar y vamonos.

Así los dos chicos mayores terminan más pronto que los demás; mientras K'Sante iba por su billetera Yone les daba indicaciones específicas a los únicos tres chicos que se quedarían en casa, algo que les atemorizaba, Sett y Phel por cuidar de Kayn, y Kayn, por pasar tanto tiempo solo, aun que solo fuera una hora.
Desde que había pisado esa casa había dejado en el olvido lo que se sentía pelear consigo mismo y dejar su mente divagar por su propia cuenta, sumando que Rhaast no era de mucha ayuda en estos casos.

—Pero, ¿Qué se supone que yo haga? —pregunta Kayn con notable preocupación siguiendo a Yone quien ya iba acompañado por Sante.

—Lava los platos, yo que sé, juega con Sett y Phel, usa la Play, tu móvil, saca a Ernest aunque ya lo saco Ezreal pero puedes llevarlo a pasear —dice Yone echándole un último vistazo a su amigo antes de salir, mientras que detrás del pelirrosa yacía el Settphel aún más preocupados que Kayn.

—Yo... Tengo que hacer una video llamada con mi mamá —dice Sett mostrando su móvil y yéndose a la sala.

—Yo tengo que hacer cualquier otra cosa más importante —dice Phel metiendo sus manos en los bolsillos de su abrigo subiendo los escalones para entrar a su habitación.

HEARTSTEEL Shi𝘁𝘀 (Chat)Where stories live. Discover now