Capítulo 17

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Adri se estaba desangrando en el suelo aunque hacía rato que su corazón había dejado de latir.

— Esto es lo que has pedido hijo, aquí lo tienes. — dijo El Cazador.

Su mano, al igual que su espada, estaban manchadas de sangre, no escuchaba a Daniela, se había quedado estupefacta, miraba el cuerpo sin vida de Adri tumbado en el suelo y empapada de su propia sangre, empezó a llorar en silencio. La licántropa ya me había visto llorar como cien veces pero está era la primera vez que yo la veía.

— A mi no me llames más eso... yo no soy tu hijo, ni tu hija si quiera. Tú para mí no eres ni siquiera de la misma sangre. — dije con asco. — Si de verdad me quisieras, no harías esto.

— Lo hago para protegerte, algún día lo entenderás. — volvió a repetir.

Con eso dicho, lo que se hacía llamar "papá" para mí hace 7 años, comenzó a caminar hacia la salida, lo seguían sus guardias, arrastrando el cuerpo sin vida de nuestra amiga. El Cazador, andaba con calma, con aires de superioridad, mirando a todos los licántropos encarcelados que tenía en ese infierno que él llamaba salvación. Sus guardias andaban a su ritmo, detrás suya, el cuerpo que arrastraban dejaba un rastro de sangre que recordaba a todas aquellas personas su próximo destino. Abrieron la puerta de la salida del calabozo.

— No os preocupéis, le daremos buen uso... a su corazón. — y cerró la puerta.

— Ese Maldito bastardo. — habló Daniela de repente. — Lo voy a matar... ¡Te voy a matar! ¿¡ME OYES!? ¡YO TE MATO! — gritaba golpeando los barrotes de la celda.

Yo la miraba triste, sintiendo culpa, mi plan falló e hizo que Adri se fuera.

— Lo siento Daniela... es mi culpa... — lloré.

Se giro bruscamente, para mirarme con esos ojos color amarillos intensos, que parecian que brillaban en la oscuridad, yo me asuste, reaccione arrastrandome hacia atras.

— Samantha... — se acercó a mi.

Me sentía en peligro, conociendo el mal carácter de Daniela tenía miedo, retrocedí hacia atrás, ella se me abalanzó cerré los ojos con fuerza y note que me estaba abrazando, sorprendida la abracé de vuelta.

— Nada de esto es tu culpa. — lloro. — En todo caso sería culpa de ese horrible hombre, él la asesinó, tú no, él mató a-...

No podía decir su nombre, era demasiado duro para ella, lo podía notar en sus ojos llorosos. Me abrazó con más fuerza, pegando así mi cara contra su pecho, pudiendo oír los latidos de su corazón que iban con prisa.

— Lo siento mucho Daniela, ojalá esto nunca hubiera pasado... Pero estoy aquí para ti.

Volvió a respirar hondo y oí cómo su corazón se calmaba. Al calmarse me abrazó con menos fuerza, la notaba menos tensa, levante la cabeza y le mire a los ojos sonriéndole con cariño, limpie sus lagrimas.

— Todo saldrá bien. — le dije.

Ella me sonrió de vuelta.

— Si.. Y para eso tenemos que salir de aquí. — se levantó dejándome sentada sola en el suelo. — Ya habrá momentos para llorar.

Se pasó el brazo por debajo de la nariz para limpiar sus mocos.

— Necesitamos un nuevo plan.

— ¿Estás segura de que te sientes con fuerzas para eso? — pregunte preocupada.

— Debo estarlo, mi padre está en peligro y todos los demás licántropos también, esas personas tienen familias.

Me levante.

Samantha y el misterio de los lobosWhere stories live. Discover now