𝟷.𝟸𝟷 ،،̲¿Quién demonios es Hermione Granger?،،̲

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— ˗ˋ ୨୧ˊ˗ —


Hermione miró directamente al retrato frente a ella. Dumbledore estaba dormido.

Habían ganado.

La luz había ganado.

Harry había ganado.

Pero ella sentía que había perdido todo.

Minerva la miraba con ternura y paciencia, dos cosas que se sentían como una burla.

Hermione últimamente no tenía ni un solo gramo de paciencia, ni siquiera para ella misma. Y mucho menos ternura. Se sentía como si tuviera un dementor personal todo el tiempo detrás de ella, que solo se alimentaba de su alma y jamás la drena lo suficiente porque tenía que seguir viendo como todo a su alrededor mejoraba y florecía, menos ella.

Muchos medimagos –e incluso la prensa— habían advertido a sus personas cercanas que era el efecto que la guerra había dejado en ella. Perder a sus padres, amigos y su propia adolescencia había desembocado que ella se perdiera a sí misma.

Pero ella sabía que era mucho más que eso. No solo eran su padres, a los que había Obliviado por su propio bien, no solo eran amigos y personas cercanas que había perdido en la batalla. No solo eran sus años de "juventud" cómo muchos decían. No, era el volver a verlo. A él. Volver a verlo y darse cuenta que él no la reconocía, en no sabía quién era ella, no le había dedicado ni siquiera una segunda mirada, no.

Hermione al principio creyó que era porque ahora Tom Riddle tenía el alma fragmentada, por qué Tom ya no era su Tom. No, era mucho más allá.

Tom había partido su alma, pero Hermione estaba segura que su cerebro y todos sus recuerdos siguían intactos. Entonces, ¿por qué parecía no recordarla?

Fue en cuestión de segundos dónde la adrenalina la golpeó, la serpiente estaba frente a él, Harry estaba muerto en los brazos de Hagrid –quién parecía muerto en vida–. Los gritos, Harry corriendo, Tom... No. Voldemort enojado, mortifagos por todas partes atacando, todos corriendo de regreso al castillo.

No recordaba ningún sonido, ningúna voz. Fue cómo si alguien hubiera bajado el volumen en su cerebro y por más que ella quisiera no podía concentrarse en nada más que lo su cerebro le decía.

Obliviado.

Dumbledore debía haberlo Obliviado.

Pero ¿cómo?

La última vez que lo vió, Tom se había ido de Hogwarts de la mano de Grindelwald.

Entonces ¿Grindelwald lo había obliviado?

O tal vez seguía siendo ilusa.

Tal vez, Tom Riddle jamás la vió cómo alguien importante, e igual que aquella noche en los pasillos, había decido que ella no importaba, que sus planes y sus ganas de reinar eran más grandes que lo que sea que sintiera por ella.

Tal vez ella ni siquiera era importante y solo lo había demostrado.

—¿Entonces, querida? —Minerva sonrió esperando su respuesta.

Hermione había regresado tan solo días atrás para terminar su séptimo año. Una parte de ella no quería dejar Hogwarts, tantos recuerdos buenos y malos, y ella no quería separarse. No quería salir al mundo mágico y fingir que nada había pasado.

—Se lo agradezco, profesora, pero me gustaría recibir un trato normal, soy un alumno, no un héroe de guerra, vine a Hogwarts a terminar mis estudios en busca de tener un poco de eso que perdí. —Hermione apartó la mirada del retrato de Dumbledore y miró directamente a los ojos de su, ahora, directora. —Entiendo su preocupación, pero tengo que empezar en algún lugar, y creo que aquí es el mejor lugar.

𝑻𝒉𝒆 𝑨𝒓𝒄𝒉𝒆𝒓 |𝑻𝑶𝑴𝑰𝑶𝑵𝑬|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora