Capítulo 14: Palabras no dichas.

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POV de Alex

Todo el aire huyó mis pulmones mientras mi cuerpo golpeaba el duro suelo. No podía respirar ni moverme. Todo mi cuerpo dolía. ¿Qué fue eso? ¿Quién hacía esto? Antes de que más preguntas llenaran mi cabeza, sentí mi cuerpo ser empujado de nuevo, pero esta vez en lugar de levitar me deslizaba por el suelo. Rápido. Raspando mi piel y rasgando mis vendas.

-¡ALEX! - Oí gritar a Severus mientras él y Remus salían de las puertas de la escuela. Grité al sentir las rocas cortar mis piernas y mis brazos.

-¡Severus! ¡Ayuda! - Arañé el suelo tratando de encontrar algo para aferrarme, pero en cambio, mis uñas solamente se rompieron y cayeron mientras la sangre manaba de ellas.

-¡Alex estamos llegando! - Gritó Remus.

-¡Papá, por favor! - Lloré mientras la fuerza me empujaba más hacia los jardines y hacia la puerta. Lo vi detenerse por un momento y mirarme antes de recuperarse y correr detrás de mí otra vez rápidamente.

-¿De dónde está viniendo Remus? ¿Ves algo?

-¡No! - Dispararon hechizos a ciegas. Con la esperanza de golpear a todo lo que estaba causando esto, pero estaban apuntando en la dirección equivocada.

-¡LA ESCUELA! ¡VIENE DE LA ESCUELA! ¡ME EMPUJA A LAS PUERTAS! - Grité mientras las lágrimas caían por mi cara, una mezcla de dolor y miedo. Dieron media vuelta y dejaron de correr. Sentí que la fuerza me levantó del suelo una vez más al acercarme a las puertas.

-¡Severus! ¡Papá! ¡Por favor, ayúdenme!

-¡Estamos intentándolo Alex! ¡No podemos encontrar la fuente! - Severus gritó, con pánico en su voz. Estaba siendo levantada más y más alto. Casi lo suficientemente alto como para pasar las puertas. De repente hubo un estallido y mi abuelo apareció en las puertas, con una mirada seria en su rostro. Una corriente azul de luz salió de sus manos y formó un domo alrededor de todo el recinto. Casi de inmediato empecé a caer de nuevo, incluso más rápido que antes, porque estaba más alto esta vez. La caída me mataría. Mi abuelo me señaló con su largo dedo ágil y dejé de caer al instante. Por un momento me detuve completamente, luego lentamente descendí a la tierra. Caí allí, recuperando el aliento, y tratando de contener las lágrimas, temblando. Un lado de mi cara estaba blanca junto con mis brazos y piernas que apenas tenía piel en ellas.

-Alex - Pude escuchar a Severus correr hacia mí. Se dejó caer a mi lado y miró mis heridas - ¿Estás bien? - Asentí tratando de contener más las lágrimas.

-Estoy bien - Pero mi temblor contó una historia diferente - Sólo... abrumada.

-Vamos. Vamos a volver a la enfermería - Lo vi agacharse para recogerme. Cuando lo hizo al instante me sentí mejor. Tantos sentimientos se apoderaron de mí, las lágrimas se formaron en mis ojos, y la culpa tiró de mi corazón.

Comenzó a caminar y me miró. Miré hacia él, con los ojos llenos de lágrimas.

-Lo siento mucho - Dije apenas en un susurro.

-Shhh hablaremos de ello más tarde. En este momento, sólo relajate - Unas cuantas lágrimas corrían por mi rostro y aparté la vista, incapaz de mirarlo a la cara, pero lo que vi no era mucho mejor. Remus estaba allí mirándome con la misma mirada en su rostro como cuando lo llamé papá. Tal vez no debería haberlo hecho. No fue mi intención. Sólo salió. Yo estaba tan sorprendida como él. No se veía horrorizado ni nada, simplemente sorprendido y perdido en sus pensamientos. Cerré los ojos. No podía mirarlos nunca más. La vergüenza se apoderó de mí. Ni siquiera pensé en ellos cuando hice lo que hice. Bueno, si pensé en ellos... Es sólo que había estado lejos tanto tiempo que creí que no les importaría tanto, pero la expresión de sus rostros lo decía todo. Yo les había lastimado. Yo les había hecho daño. Pasé mucho tiempo tratando de protegerlos de la otra persona que terminé haciéndoles daño más que nada. Me sentí enferma. Había defraudado a las dos personas que significaban el mundo para mí. Abrí los ojos cuando sentí que me acostaba sobre algo blando. Estaba de vuelta en la enfermería. Vi a Remus caminar por la habitación y mi abuelo se detuvo en la puerta. Hizo algo con su varita a lo largo del espacio en la entrada y luego se volvió hacia mí y se acercó. Examinó mis heridas.

Always Doesn't Mean Forever: Book 2 (Severus Snape)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora