Capitulo 22

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Peter

Estoy en la oficina de uno de uno de mis club nocturno y por alguna razón el olor al tequila me da náuseas, término de firmar todos los documentos que tenía pendiente cuando entra Vladimir molesto tirando un papel en la mesa.

-75 billones de euros - dice señalando el papel - explotaste un auto de 75 billones de euros.

-Y - digo como si nada - mi dinero se pierde en una bodega, págalo en efectivo al maldito hijo de puta.

-¿De quién me estás hablando Peter? - pregunta Vladimir extrañado - quién te está cobrando es una mujer llamada Annalisa.

-¿Quién es Annalisa? - pregunto.

-¿Cuántos autos has destrozado? - pregunta Vladimir.

-¿Quién está destrozando autos? - pregunta Lissa desde la puerta.

-Peter

-Nadie - contestamos Vladimir y yo al mismo tiempo.

Lissa se acerca lentamente y ver el contorneo de sus caderas hace que el pantalón me apriete, ella llega al escritorio y agarra el papel que tiró Vladimir en mi escritorio, ella lo lee y me queda viendo con esos ojos hipnóticos que tanto me gustan.

-¿Con que tú fuiste el que explotó el carro de Annalisa? - dice con sonrisa - ¿Cuál fue el que explotaste?

-No sé de qué me estás hablando - me hago el desentendido viendo sus curvas sin ninguna discreción.

-Dice que fue un Ferrari 250 GTO con modificaciones color rojo.

Lissa hace una mueca moviendo la cabeza, ve el papel y luego a Vladimir que está con una cara de enojo que una vena se le resalta en la sien.

-El problema no será pagar el dinero - dice Lissa - le dañaste el auto favorito, ese es un gran problema.

-¿Conoces a esa mujer? - pregunta Vladimir.

-Un poco - dice Lissa - te matará.

-Conoces a la esposa de Liam Cornnel y coqueteas con él - digo.

-Él y yo no coqueteamos - dice poniendo las manos en el escritorio e inclinándose hacia adelante - pero si somos bastante cercanos - susurra.

Que ella me lo diga en la cara me enferma y hace que la rabia invada mi interior, cuando voy a reclamarle la puerta se abre y deja a la vista una Guisella llena de sangre y desarreglada. Ella me ve a mí y después a la Reina quien no se ha movido de la posición en que estaba, su postura me deja ver sus pechos que anhelo morderlos y chuparlos. Ella lee mis intenciones y se endereza con una sonrisa de suficiencia, se gira a ver a Guisella y automáticamente está le hace una reverencia.

-Su alteza - dice Guisella - disculpe no sabía que estaba aquí.

-¿Qué es lo que pasa? - dice Lissa con tono autoritario.

Guisella me observa con duda y vuelve a ver a Vladimir que está con un gesto serio, está se queda callada haciendo caso omiso a la Reina desatando la furia de esta.

-¿No te hice acaso una pregunta? - dice molesta.

-Son cosas privadas de la Bratva - comienza a decir - así que tengo que comunicárselos a......

-¿Acaso no sabes quién te está hablando? - dice molesta - Soy la Reina de la realeza oscura y del mundo criminal, cada cosa que pasa en cada Cosa Nostra no se hace sin que yo lo sepa. Los asuntos de la Bratva son de mi incumbencia de guste o no ¿Te quedó claro?

Guisella respira hondo ahogando todos sus insultos y le hace una inclinación a la Reina antes de irse de la oficina. El aura de tensión se siente en el aire y es interrumpida por Vladimir que dice.

SIETE SEGUNDOSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora