tercera parte

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--Kirishima paremos--

--aun no es suficiente--
 
Katsuki sintió como las manos de Kirishima lo tomaban fuertemente de las caderas levantándolas en el aire, su cara se enterró entre las sábanas jadeando al ser penetrado sin pudor, miró borrosamente hacia la ventana  el atardecer nuevamente dentro de esa habitación con Kirishima usándolo como un contenedor de semen apagando su deseo.   
    
Desde que Eijiro vio por primera vez la luz de su primer día y a diferencia de Katsuki este fue tratado como un ángel más al cual se le ordenó la misión única de encontrar al ángel corrupto en la tierra y matarlo "el amor es como un arma de doble filo" Satán lo decía siempre y tenía sentido, solo Katsuki podría herir a Kirishima a muerte y viceversa por lo que era mejor y lo más conveniente dejar que ambos acabaran con la vida del otro.
   
   
  

           

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Finalmente había terminado, mental y físicamente estaba agotado, la cama era un absoluto basurero asqueroso de fluidos, su cuerpo estaba pegajoso y sucio, se levantó de la cama tambaleandose, su cabeza dolía tanto como si lo hubieran golpeado fuertemente, Katsuki dormía en una esquina de la cama hecho un ovillo con su propio cuerpo. "Debo irme" automaticamente el pensamiento cruzó por su mente, apenas y limpió su cuerpo antes de cojer su ropa del suelo y comenzar a vestirse.

--... a donde vas--

Katsuki se sentó en la cama mirándolo con una expresión confundida intentando activar todos sus sentidos.

--hice lo que querías, mi libertad ahora no me la puedes negar--

--... no puedes irte y dejarme aquí--

Su cuerpo se enfrió completamente haciéndolo sudar y temblar al pensar en perder nuevamente a Kirishima, no podría soportarlo, no quería, dejó la cama con prisa buscando igualmente su ropa en los cajones de su armario --me voy contigo, no puedo dejar que te separes de mi lado otra vez-- Katsuki se comenzó a vestir a prisa sin dejar de ver a Kirishima y el como este se alejaba encaminándose a la puerta dispuesto a dejarlo sin esperarlo tan siquiera unos pocos segundos.

En cuanto terminó, Katsuki corrió tras Eijiro tomando fuertemente la manga de la camisa sin intención de soltarlo.

-- no le veo el caso a que me acompañes es un viaje largo--

No, claro que no había necesidad alguna de ir con Kirishima cuando claramente se suponía que este tendría que haberse decidido a quedarse a su lado, no comprendía el por qué se marchaba, el por qué quería separarse de su lado y abandonarlo por ir con unos simples humanos, no lo entendía pero tampoco se pondría a pensarlo más, estaba decidido, a cualquier lugar donde Eijiro fuese, Katsuki estaría a su lado.

-- ... ¿por qué no las usas? --

-- a que te refieres--

Las joyas preciosas que se exhibían en los estantes de las paredes del castillo eran tomadas por Kirishima quien las metía en su bolsillo con interés propio.

--tus alas... las puedo ver, desde que te lanzaron a este lugar ¿jamás las haz usado? -- 

Kirishima negó incrédulo dejando las joyas de lado para mirar su propia espalda por encima de su hombro sin ver realmente nada sobre si mismo.

--yo puedo verlas incluso otros angeles podrian verlas--

--no veo las tuyas--

--... eso no importa--

Sin mas explicaciones Katsuki lo llevó hasta la torre más alta del castillo, ambos caminaron hasta el borde mirando hacia abajo la considerable altura en la que se encontraban, era fácil, tendría que dar un salto de fe, sus alas se extenderían y podría volar, era fácil sin considerar que si no lo lograba se estamparía directo en el suelo y claro, quien en su sano juicio sería capaz de dar un salto y esperar que la gravedad no haga su efecto.

--si caes no morirás--

-- eso no ayuda--

--te empujo yo si quieres--

-- Lo haré yo--

.
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Si claro, Kirishima era quien estaba tan ansioso por irse lo más pronto posible pero ahora estaba a más de media hora tomando valor para tirarse desde una altura considerablemente alta, no entendía por qué Eijiro dudaba tanto, Bakugou se había tirado miles de veces incluso lo había hecho desde lugares aún más altos, por lo que le parecía absurda la actitud de Kirishima al no querer lanzarse, era una actitud estupudamente infantil, bien, pediría perdón más tarde si Eijiro terminaba embarrado entre las piedras del duelo pero ya no lo soportaba, caminó en silencio hasta su espalda soltando una firme y certera patada en plena espalda esperando el charco de sangre y vísceras el cual nunca llegó.

 
 
--... increible--
 
  

Su cabello revoloteó en el aire, mientras una descarga eléctrica lo envolvió por segundos de pies a cabeza por todo el cuerpo, tal como fuegos artificiales su pecho estalló en silencio provocándole emoción,   Kirishima era realmente hermoso ante sus ojos, se paró en el borde de la edificación sin dejar de mirarlo su brazo se estiró hacia Kirishima sabiendo que era imposible alcanzarlo ahora que estaba en el cielo, Bakugou había perdido sus alas el mismo día que huyó del Paraíso, sus alas pagaron el precio de su libertad, le fueron arrancadas dolorosamente de su espalda, una parte importante se perdió por lo que tendría que recordarse constantemente que no era un humano y jamás lo sería aún si no tenía sus preciosas alas, sus ojos se llenaron de lágrimas dejando caer su brazo, Katsuki jamás podría ser uno con el viento, estaría encadenado al suelo sin ser libre realmente.

Se hundió en un llanto profundo bajando su cabeza negándose a seguir viendo como Kirishima era quien lo abandonaba esta vez, no dudo tan siquiera un segundo para emprender su vuelo y alejarse sintiendo la verdadera libertad que Katsuki jamás tendría.

Era absurdo y lo sabía sin embargo una parte dentro de él se negaba a aceptar esa realidad, una pizca de esperanza lo acompañaba sin importar que las horas se convirtieron en días y estos a su vez a semanas y pronto ya ni siquiera supo cuanto tiempo había pasado y aún así el rostro de Kirishima al cerrar sus ojos se veía tan bello perfectamente como la última vez lastimosamente al abrirlos se encontraba completamente solo.
 
  
Kirishima no era más que un humano, cruel y egoista que solo pensó en su propia felicidad, prefiriendo abandonarlo y volver con esos humanos pero ya no le importaba finalmente esa pequeña chispa de esperanza se esfumó y todo su ser por dentro se rompió... ya no eran solo sus alas rotas, se rompió totalmente Kirishima lo mató por dentro sin necesidad de herir su exterior, el amor no es más que un veneno mortal que te consume lentamente.

El frío viento lo envolvió suavemente, su mirada se fijó en el celeste cielo sin ninguna nube era un excelente día soleado todo lo contrario a como él se sentía por dentro, ya no quería o tenía necesidad de quedarse en ese mundo tan vacío lleno de seres podridos en sus propias necesidades.

En su último suspiro una sombra se hizo presente por primera vez, tan sólo extendió su mano y Katsuki no titubeó en tomarla se le hacia tan familiar y una calidez inexplicable calentó su frío corazón, tan pronto como aquello un abrazo acogedor envolvió todo su cuerpo logrando que sintiera tanta paz como nunca la llegó a sentir desde que había despertado y aterrizado en ese lugar, sus ojos cansados y sin brillo se cerraron siendo acunado  en los brazos por ese nuevo ser.

Las almas reencarnan, tarde o temprano volvería a pisar ese mundo, prometiendose a si mismo con su último suspiro ya no ser él quien sufriría.

ALAS ROTASWhere stories live. Discover now