bad taste jokes

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Salí de la notaría como alma que lleva el diablo, no sabía que pensar necesita... aire fresco, necesitaba golpear a alguien incluso.

Esta vez tenía que tomar el subterráneo, pues Alan estaba en una entrevista, así qué caminé por ahí, sin prestar atención a la gente, sin prestar atención por dónde caminaba, hasta que llegué a un parque donde había unas bancas y una fuente. Suspiré pesadamente mientras veía a una pareja caminar juntos mientras se tomaban de la mano, los seguí con la mirada y me di cuenta que llegaron con una pareja mayor, se saludaron entre si y por como interactuaba aquella pareja mayor con la joven pude darme cuenta de que eran sus padres, sonreí por un momento al recordar cómo era mi vida cuando era niña y no pude evitar preguntarme... ¿por qué no podía seguir así?, luego me di cuenta que mi pregunta era estúpida, "las circunstancias y las personas cambian", dije en voz baja hablando conmigo misma; seguí mirando la interacción de ambas parejas, el como los señores recibían al muchacho me hizo sentir celos, pues mi situación era más complicada, porque a pesar de de que mi padre había muerto, aún seguía interponiendo se en mi relación con Alan.

Cerré mis ojos un momento y me quedé escuchando el ruido del tráfico en la ciudad y el agua cayendo en la fuente.

- ¿Estresada? - escuché una voz familiar a lado mío, así que abrí los ojos y miré a la persona junto a mi

- ¡Hola, que gusto verte Richard! - le regalé una leve sonrisa - ¿que haces aquí?

El levantó los hombros - Viene a tomar un café cerca de aquí y decidí caminar un poco - me sonrió - ¿y tú?

- Vine a la notaría de por aquí cerca - suspiré

- ¿Te divorcias de Alan? - bromeó pero lo fulmine con la mirada, pues no estaba de humor para bromas y menos de ése tipo. El, al darse cuenta de la miradita que tuve a bien a regalarle, carraspeó incómodo - Lo siento...

- No, no, está bien - suspiré - fué la lectura del testamento de mi padre

- Supongo que debe ser difícil, yo lo lam... - lo interrumpí

-en realidad es un alivio - el me regaló una mira como diciendo, "¿Que rayos te sucede?" - no me mal entiendas, tengo mis motivos, sin embargo aún muerto me sigue dando problemas.

- ¿Me explicas? - me pidió mientras nos sentábamos a la orilla de aquella fuente.

Los siguientes minutos se basaron en la gran explicación de el conflicto que tenía An y su padre en cuanto a Alan, problema el cual pensaba que se iba a ir al la tumba junto con su padre pero sin embargo resultó ser que continúo en el testamento.

- Bueno, no es por defender a tu padre, pero yo también me preocuparía si mi hija saliera con alguien que casi le dobla la edad - Levantó los hombros

- Yo puedo entender eso, pero no el que reaccione así, ni que lo trate de tal manera, ¡bueno! Ni siquiera que se meta así en mi vida - suspiré - puede que aún sea muy joven, pero dadas ciertas circunstancias tuve que madurar desde muy pequeña y me he hecho cargo... y con mayor razón se lo que me conviene y lo que no. Si me caigo y fallo, me levanto y sigo... nunca comprendí el por qué el no me quería cerca de Alan...

- Bueno... ¿y que piensas hacer? - me limité a levantar los hombros y suspirar, ninguno dijo nada en un largo rato y el silencio se hizo presente entre los dos el.cual duró hasta que el sonido de un claxon seguidos de alguien gritando mi nombre se escuchó detrás de nosotros.

Giré mi cabeza para ver quién era y resultó ser Alan, aparcó la camioneta y se bajó de ella para comenzar a caminar hacia nosotros, mientras más se acercaba, más sonreía, sin embargo el no estaba muy feliz, la razón... Richard.

- ¡Hey, Alan, que gusto verte! - dijo Richard de una manera animosa

- lo mismo digo - Respondió Alan mientras que de que na manera posesiva se colocaba a lado de mi y me rodeaba la cintura con su brazo - ¿Que están haciendo?

- Salí de la notaría y me dirigía al subterráneo pero me detuve un poco - le sonreí

- ¿y que hay de ti Gere? - levantó una seja con una actitud altanera

- Solo salí a caminar y me encontré con esta belleza - levantó los hombros de una manera un tanto burlesca, pues la actitud de Alan hacia su colega no era precisamente... sutil

- Bien, me alegra verte pero si me disculpas, nos vamos, An y yo tenemos cosas que hablar - Alan me tomó de la mano y como si fuera una niña chiquita me jalo para que caminase con el

- Adiós, Richard - fué lo único que pude decir antes de alejarme más, a lo que el solo respondió agitando si mami derecha y regalandome una sonrisa

***

- si... bueno, yo... no lo sé - suspiré - no, no, aún no le he dicho... si, si, ya lo se

- ¡cariño, ¿dónde está la canela?! - Grito Alan desde la cocina

- Dame un segundo, mamá - tapé la bocina del teléfono - ¡En la primera puerta a mano izquierda del refrigerador!

-¡Gracias! - grito Alan yo continúe en la llamada

- se que debo decírselo pero... no se cómo reaccione, se que no se enojará ni nada... pero yo no quiero esa herencia, querrá que la tome pero yo no puedo aceptarla... Si... Está bien, te amo, bye - colgué y salí de la habitación y me dirigí a la cocina. - donde están mis dos hombres favoritos?

Alan me miró con una sonrisa en los labios mientras mi pequeño hermano me alzaba las manos para que lo cargará, así qué lo tomé en brazos para después acercarme a Alan - Cariño, se pegó el arroz, te dije que lo movieras

- pues lo moví - dijo excusándose, Negué con la cabeza

- Si sabe a quemado es tu culpa - lo señalé con el cucharón - Liam miró a Alan, quién levantó sus cejas y río

Serví ese delicioso arroz con leche y nos sentamos a comerlo - Bueno no sabe mal - susurré

- esto es una maravilla - Dijo Alan con la boca llena - ¿Cómo puedes decir que no sabe tan mal?

Reí y negué

La dificultad de estar contigo Where stories live. Discover now