Capítulo 24

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Capítulo 24.

Adam Hernández.

Salí de la habitación para meterme en otra.

Lloré cerrando sólo los ojos sin hacer ruido.

¿Cómo puede ser tan imbécil y dejar la puerta abierta?

Estaba molesto con ella, pero no esperaba esto... no quiero discutir con ella. Lo que acaba de pasar entre nosotros ha sido una puta pesadilla.

Desde que ha dejado entrar a Esteban y todo lo que pasó no me siento bien con ella. Anoche que la ví estuvo bien, pero no del todo.

Sigo molesto porque no me siento valorado y ahora le causé daño como si le hubiera yo esta vez reventado la cara. Era mi intención asustarla para que saliera, pero no a ese grado y ni siquiera se fue, sólo se encerró en el baño.

En mi mente se sigue repitiendo una y otra vez como retrocedía golpeandose ella con el armario y cubriendose de mí.

¿Cómo voy a verla a la cara ahora? No dejé que viera mis cicatrices cuando lo hicimos por una razón. Nunca dejo que las vean. Los del equipo no me importan, me visto rapido y ya, no se fijan mucho, pero que me toquen, que analicen, que sepan los motivos y el autor de cada una de las heridas que tengo por el cuerpo es delicado.

¿Qué clase de hombre me hace llorar? ¿En qué clase de hombre me convierte el no poder defenderme?

Me gustó cuando pude defenderla y mostrarle que podía hacerlo cuando lo necesitara, ¿pero cada cicatriz en que posición me pone?

Mi abuelo ya lo dijo, no puedo meter las manos ni por mi propia novia que no es mi novia, pero vamos. Si voy peleando por el mundo soy el cabrón de siempre y un hijo de perra que puede terminar preso, y tal vez si la hubiera conocido antes la defendería de él, ya lo hubiera ido a buscar por mi cuenta para golpearlo y desquitarme, pero ahora que dejé eso lo unico que puedo hacer es dejar que decida si denunciarlo o no.

Pude consolarla y eso ni siquiera pude hacer por voluntad la última vez que le hizo daño.

¿Qué clase de hombre soy?

¿Qué clase de persona soy?

Espero que se vaya no porque no la quiera, sino porque no estoy dispuesto a hablar.

Mientras ella pueda flotar no tengo problema si me ahogo.

Me lavé la cara en el baño de la habitación y bajé sentandome junto a mi abuelo sin hablar, sólo escuchando a sus amigos hablar de su pasado y negocios. Nunca me ha dejado involucrarme mucho en la empresa y genuinamente no me interesa hoy.

Pasó alrededor de una media hora cuando Emily volvió con Armando. A ella la detuvo Fátima y Armando fue con Vale dandole un beso. Vi a Emily sonreír y dar un saltito siguiendo a mi prima, hablaron por un tiempo hasta que Cesar se robó a la segunda. Si follan me voy a traumatizar mas.

Emily fue con Vale, Celeste y Hernesto. A mí Armando me hizo una seña para ir a la cocina, yo le hice seña una mesa. Ambos nos levantamos y nos sentamos en sillas sacando un cigarro cada uno.

—¿Quieres que la lleve cuando me vaya?

—Sí.

Asintió dandole una calada a su cigarro.

Casados Sin ArgollaWhere stories live. Discover now