¿Qué tan desesperado estás?

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Hyunjin estaba desesperado

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Hyunjin estaba desesperado.

Realmente desesperado.

Al nivel de desesperación en el que acostarse a dormir una larga siesta sobre las vías del tren le sonaba casi terapéutico.

Llevaba alrededor de dos semanas en la ciudad. Después de haber sido promovido al grado de coronel, Hyunjin fue asignado a la Brigada de Bomberos Central de Seúl y no tuvo más remedio que independizarse a la fuerza.

Si, a la edad de 26 años, Hyunjin había estado viviendo cómoda y tranquilamente en casa de sus padres. Solo tenía que preocuparse por llegar a tiempo a su trabajo y regresar a salvo, nada más.

Ahora, se enfrentaba a un abanico de novedades y responsabilidades; entre ellas, ser autosuficiente e independiente. Y no tenía la más mínima experiencia en ello. Enfrentarse a un edificio envuelto en llamas y arriesgar su vida para salvar a potenciales víctimas no le suponía el menor problema, pero ¿vivir solo y hacer todo por sí mismo? ¡Que alguien llame a su madre, porque no servía para eso!

Ni siquiera había sido capaz de encontrar un apartamento decente al cual mudarse y sus ahorros ya empezaban a desaparecer —al igual que el amor de su ex, cuando le comentó la idea de llevar su relación al próximo nivel— a medida que su estancia en aquel hotel empezaba a extenderse más de lo planeado.

Mientras realizaba su rutina diaria de ejercicios en el gimnasio de la estación en compañía del resto de sus compañeros de brigada, los cuales eran tan bulliciosos como un jodido mercado en domingo cabe resaltar, Hyunjin intentaba calcular cuantos días más podría pagar el hotel en el que se estaba quedando y alimentarse adecuadamente, antes de terminar en la calle o durmiendo en algún rincón de la estación con todas sus pertenencias aún empacadas en cajas.

—Hwang... Hwang... ¡HYUNJIN, MALDITA SEA! — Hyunjin dio un respingo cuando escuchó la voz de Seo Changbin, el general de la brigada y a quien asistía como su coronel a cargo.

Cabe mencionar que Changbin también era su mejor amigo. Ambos se habían conocido años atrás cuando entraron a la academia de bomberos con un montón de expectativas y sueños en común, y su amistad se mantuvo a pesar de vivir en ciudades distintas.

—Lo siento, ¿sucede algo? — Changbin le respondió con un gesto intrigado y le hizo señas para que lo acompañara a su oficina que se encontraba al otro lado del recinto. Una vez allí, Changbin lo invitó a tomar asiento en la silla frente a su escritorio, mientras que el hacía lo mismo en la suya.

—¿Se puede saber porque estas tan distraído? —preguntó Changbin con voz profunda, habiendo notado a su amigo más pensativo de lo usual y con un gesto permanente de preocupación en su rostro.— Lleva días así; ayer incluso le echaste sal a tu café y ni siquiera te molestaste en escupirlo cuando lo tomaste.

Hyunjin dejó escapar un suspiro, sabiendo que su amigo tenía toda la razón.

La verdad era que había notado el sabor salado en su café, pero se negaba a ser el hazmerreír de la estación en plena hora de almuerzo. Así que, prefería que pensaran que era un rarito que disfrutaba del café con sal, a un idiota despistado.

Sucursal Infernal: Edificio 030825 (Hyunlix)Where stories live. Discover now