Celos y la Gran Caza de Alcohol

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Renjun sentía la imperiosa necesidad de tomar su equipaje y olvidarse de que había ido acompañado de un grupo de imbéciles al bonito hotel de playa al que habían llegado menos de quince minutos atrás

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Renjun sentía la imperiosa necesidad de tomar su equipaje y olvidarse de que había ido acompañado de un grupo de imbéciles al bonito hotel de playa al que habían llegado menos de quince minutos atrás.

Aparte de la ocasión en la que se había fugado a las Vegas para casarse y YangYang había llegado tarde a la ceremonia por culpa de haberse quedado despierto toda la noche jugando video juegos con Haechan, el encargado de llevarlo a la capilla y para más detalles, su padrino, Renjun jamás se había sentido tan humillado como en ese preciso momento.

Todo comenzó cuando llegaron al hotel y Jeno había dicho que, si hubiese pasado algunas cuantas horas más sentado, su trasero seguramente habría desaparecido. Sabias palabras que desencadenaron una ronda de comentarios e insultos acerca de quién consideraban ellos que tenía una retaguardia con la forma de una autopista: plana y larga.

En un abrir y cerrar de ojos, Seungmin y Jaemin tenían un trozo de cuerda con la que medían el trasero de Changbin, Mark, y Bangchan. Jeongin intentaba nombrar al próximo Sr. Culo Extenso 2024 del #030825, mientras que Haechan sacaba a relucir sus pasos prohibidos de twerk, asegurando que eran el gran secreto detrás del trasero de Mark.

Renjun supo que debía detenerlos cuando YangYang abría la app de TikTok y Félix obligaba a Jeno y a Hyunjin a replicar uno de los tantos bailes que se había aprendido y que, según él, se habían vuelto virales a nivel mundial.

¡VUELVO A ESCUCHAR LA PALABRA BOTOX, CULO O TIKTOK UNA VEZ MÁS Y CONSEGUIRÉ UN MALDITO WOK! — toda señal de movimiento por parte del ruidoso grupo desapareció de inmediato, al recordar que tuvieron que pagarle a YangYang para que se deshiciera del amado sartén con el cual Renjun viajaba a todos lados.

Especialmente, cuando alguno de ellos estaba cerca. Estaban seguros de no querer adivinar cuál de las dos armas funcionaba mejor en manos de Renjun.

Changbin fue el primero en separarse del grupo para ir en busca de Yeonjun, su amigo y también el dueño del hotel, para pedirle las llaves de las habitaciones ya que él se había encargado de las reservas. Seungmin fue directamente detrás de él. Habían pasado más de ocho años, pero Seungmin seguía sin creerse el cuento de que Yeonjun había superado su anterior relación con Changbin y que ahora estaba felizmente casado con un tal Soobin, que, chistosamente, también era bombero.

Al parecer, su anterior rival padecía del mismo síndrome por los hombres con uniforme que tenía Haechan y honestamente, su esposo le hacía demasiada justicia al suyo. No se iba a arriesgar a ser víctima de la app para solteros de Haechan tras un tórrido divorcio.

Tras al menos veinte minutos de espera, el matrimonio Seo—Kim volvió con las llaves de las seis habitaciones y un Changbin desesperado intentando abrazar a un muy alterado Seungmin. Changbin le explicaba en vano que Yeonjun en realidad no había intentado coquetear con él y que el supuesto guiño de ojos que había visto no había sido más que la reacción natural de Yeonjun ante la amenaza de Seungmin de estacarlo como Vlad Tepes a sus víctimas si es que se atrevía a acercarse a la playa mientras Changbin estuviera sin camisa.

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