001.SOLA

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- ¡RAINA¡

El grito de mi madre me despierta, estoy sudando y no logro relajar mi acelerado corazón, otra vez la misma pesadilla, la misma que no he tenido desde hace años, pero esta vez llegó más lejos, siempre había despertado en el momento que veo la Trifecta, no recordaba el fuego.

-Raina cariño ya es hora de que nos marchemos. – dice mi madre con voz suave entrando en mi habitación, al notar el estado en el que me encuentro sus ojos se suavizan y se llenan de ternura – Pensé que ya no tenías pesadillas.

Me muevo en mi estrecha cama para que mamá se siente en el borde mientras me acaricia el cabello, no puedo evitar lanzarme a sus brazos a penas se sienta.

- Yo también pensé que se habían ido mamá- murmuró contra su pecho, viendo el collar de plata que ha llevado toda su vida.

- Se que estás asustada mi cielo, – contesta abrazándome – pero ya verás que todo irá bien, para mí también es difícil el solo pensar que tú también tengas que ir, ya perdí tres hijos y a tu padre por esa maldita academia, pero tenemos estas semanas para pensar en la manera de evitar que llegues ahí.

- No lo sé mamá – contesto aguantando las ganas de llorar – no creo que haya manera de evitarlo.

- Ya verás que lo lograremos – me dice con la voz entrecortada – la vida no puede quitarme lo único que tengo.

Ojalá fuese solo la vida tejiendo nuestros destinos pero aquí en Krada no es así, el único responsable de la miseria de todos es el Rey Francis Saraux. Hijo de la casa real Saraux, la casa del linaje Real, de la que han nacido todos los antecesores del Rey, un hombre corrupto, egoísta y caprichoso si me preguntan a mí pero una personificación de todo lo bueno y correcto si le preguntan a otros, aunque todo sea una farsa claro está, ya que nadie se atrevería si quiera a decir algo incorrecto en su presencia, -su fama lo precede- es bien sabido que cualquiera que ose ofender de pensamiento, palabra, obra u omisión a su alteza será castigado de manera severa.

Hay historias de terror sobre lo cruel que es.

Todas las ordenes son emitidas por el Rey y aprobadas por la Élite, las casas más nobles de Krada, los únicos además del Rey que gozan algún tipo de derechos, difundidas por la guardia y aplicadas por la milicia, así es como llegan las imposiciones que debemos acatar al pie de la letra si no queremos terminar mal.

- Al rey lo único que le importa es tener mas corderos para sacrificar y que cuiden sus bienes sin mover un dedo – espeto enojada entre dientes.

- ¡No hables tan alto Raina sabes que te pueden escuchar! – me riñe viendo la puerta. – Mejor ve a arreglarte que mi turno empieza en una hora.

- Cómo si le interesará saber de los simples mortales. – bufó saliendo de mis viejas sábanas, beso la mejilla de mi madre y abro la puerta del baño.

Escucho a mi madre salir del cuarto mientras entro en la pequeña bañera, el agua fría de todas las mañanas termina de despertarme por completo, como cada mañana mi uniforme se encuentra listo en el armario del baño, un uniforme horrible que odio con todo mi ser, pero sin el no podría asistir con mi madre a su turno un enterizo beige que cubre desde los tobillos hasta el cuello alto de manga larga, tiene bordado con hilo dorado un patrón triangular que termina en la cintura donde se encuentra un cinturón dorado, tomo mi abrigo largo café y corro para salir por la puerta con mi madre.

El vivir en una pequeña casa en las afueras del pueblo de Mirna tiene sus ventajas pero el tener que madrugar no es una de ella, aunque ameno, nos tardamos casi una hora en llegar al hospital en donde mi madre Thea Warcrofth es doctora en jefe interina, gracias a eso es que aún podemos vivir tranquilas, porque ella es indispensable para el pueblo, si bien no proviene de la élite y no saben exactamente de que parte de su linaje provienen sus dones y capacidad de encausar, es lo suficientemente poderosa para tener un alto cargo dentro del hospital, fuera solo es una doctora más.

Entramos a la gran edificación de piedra, el último hospital en kilómetros, el hospital del cruce como muchos lo conocen, nuestro pueblo conecta el camino a la mayor parte de otros poblados y el peligroso el páramo de rastia, un bosque peligroso que es la única forma de ir a los riscos y a la playa, solo los pescaderos y cazadores van al bosque ya que sin nuestro pueblo no habría gran parte suministro de comida por eso está altamente cuidado.

Los guardias al percatarse de nuestra presencia abren las puertas, mamá a penas tiene tiempo de darme un beso en la frente antes de que las enfermeras se la lleven corriendo por diversas emergencias y actualizaciones.

La veo partir con el corazón encogido, no me siento particularmente bien, supongo que por la pesadilla que tuve.

Rápidamente me voy a mi pequeño lugar, un precioso laboratorio que me dejan usar si les ayudo, si bien tengo formación médica completa lo que más amo es estar en el laboratorio, descubrir nuevas cosas, crear tantas cosas es apasionante, así que me instalo y retomo la investigación que dejé ayer.

Se que si logro esto va a ser muy importante.

Nosde en que momento pasa toda la tarde y no me percató que por las ventanas se puede ver qué el clima está empeorando. Se me acelera el corazón, para hoy no habían previsto su llegada.

Se supone que hoy no debería de pasar.

Per así es la tormenta, llega sin dar explicaciones y se va sin pedir perdón, eso significa que va ser una larga noche aquí encerrados, nadie tiene permitido salir. Las esferas de luz empiezan a parpadear como alerta, por lo que corro a poner las protecciones de metal tanto afuera como adentro de las ventanas.

Todos corren a sus lugares de vigilia, y yo me encierro en el laboratorio me pongo a seguir leyendo para mi investigación pero el agotamiento del día cobra factura, me quedo dormida sin darme cuenta.

De pronto me despierta asustada el sonido que más temía

Pum…

Pum..

Ocho veces escucho la campana

No, no, no…

Eso significa que los médicos de guardia van a tener que salir al campo para curar un herido de importancia, salgo corriendo de mi laboratorio tan rápido como puedo, mi mamá esta de guardia hoy, esto no puede estar pasando, son pocas las veces que esto sucede pero cuando alguien de alto rango lo necesita la vida del resto deja de valer, llegó a la puerta cuando están saliendo.

-¡Mamá!- grito en pánico al ver que sale por las puertas.

Ella solo regresa a ver sobre su hombro y me sonríe, de lejos veo como sus labios pronuncian “volveré lo prometo, te amo” antes de que los guardias la apresuren, las puertas se cierran y solo queda esperar.

Las horas pasan y no me despegó de la puerta, no puedo dejar de pensar que algo no anda bien.

Las puertas se abren y pasan corriendo varios de los compañeros de mi madre con camillas, gritan órdenes para curaciones, medicamentos y todos se ponen en marcha pero para mí el tiempo parece que se ha detenido, no logro verla así que me acerco a la puerta, pasan las ocho camillas pero no mi madre, al final entran dos de los sanadores con una camilla totalmente tapada.

Se percatan de mi y al ver sus ojos llenos de lástima los míos se nublan, estoy temblando mientras lloro, pero ellos solo apartan la mirada, entran y dejan la camilla cerca a mi.

Temblando me acerco a levantar la tela que mantiene cubierto aquel cuerpo y el rostro de mi madre con sus preciosos ojos azules me devuelve la mirada, pero a diferencia de hace unas horas estos están vacíos.

- ¡Mamá! ¡Mami despiértate por favor! ¡Levántate no me dejes sola!- la muevo mientras grito desesperada pero ella no responde, esto no puede estar pasando, ¡No es real!- ¡Hagan algo por favor ayuden la!

- Raina, lo sentimos no hay nada que hacer cariño- escucho que me dice Claudia la mejor amiga de mi madre con la voz destrozada.

- ¡No! Eso no puedo ser ¡Hagan algo! ¡Mami despierta, por favor te lo ruego, no me dejes, mírame! - grito desesperada, intentando que mi mamá reaccione, me toma por sorpresa y me abraza apartándome del cuerpo de mi madre- ¡POR FAVOR ayuden la! ¡Ella no puede irse es lo único que tengo!

Nadie hace nada y ella no responde a mis súplicas, me siento entumecida, rota.

Es mentira…

No puede estar pasando…

¡Esto no es verdad!

Claudia me abraza pero parece que todo se ha detenido solo puedo ver el rostro de mi madre antes de que la tapen y se la lleven, las lágrimas y mis gritos son sofocados por la tormenta, que una vez mas a cobrado una victima pero está vez se ha llevado dos almas a Zinat, porque también se llevó la mía, no me queda nada más, nadie más, ahora estoy sola.

Mamá tenía razón

No te duermas en la tormenta, que los monstruos pueden atraparte….

Storm & ShadowWhere stories live. Discover now