Storm & Shadow

002. LA SELECCIÓN

Un día y mi destino será decidido por alguien más, mañana es el día que tanto temía.

Ya no me interesa lo que me pueda pasar.

Los días han pasado más lento de lo usual, parece que el mundo ha perdido su color, o al menos el mío lo ha hecho, el silencio es lo único que mis oídos pueden captar, las palabras vacías lo único que entiendo y el frío de mi cuarto es lo único que siento, mi madre era lo único que tenía y ya no está.

Lo intenté,
En verdad lo intenté mamá, pero nadie me escuchó,
Intente no terminar en la Academia que eliminasen mi nombre en la selección, pero lo negaron.

Escucho la lluvia caer contra mi ventana, es un día bastante gris,  combina con cómo me siento. Escucho que alguien toca la puerta, intento ignorarlo pero insisten, así que bajo.

Al abrir la puerta no hay nadie, es muy extraño juraría haber escuchado la puerta pero no escuché los pasos de alguien al irse, y es mucho más raro que alguien se aventure a salir con este clima, todo el mundo sabe que la tormenta puede llegar en cualquier momento, en la puerta solo hay un paquete mal envuelto que llama la atención, no tiene sellos y parece envuelto por un niño.

Lo recojo y  subo rápidamente a mi cuarto e intrigada empiezo a quitar la envoltura, una caja de madera con varios símbolos antiguos Kratos, reconozco algunos pero la mayoría son demasiado raros para mí, no parecen estar en nuestro idioma, pero el contenido es aún más raro, un cuadernillo pequeño que parece hecho de escamas de serpiente, tiene una hendidura circular con puntas central del tamaño de mi pulgar, frunzo el seño al intentar abrirlo ya que no se puede, es como si estuviera pegado, lo dejo a un lado y veo un pergamino en el fondo.

Me sorprende reconocer la letra de Caelis, han pasado casi tres años desde que la vi por última vez, supe que llego a la academia Kratos, siempre fue su sueño desde que éramos pequeñas, pero sus elegantes trazos parecen descuidados, como si hubiera escrito todo esto rápidamente y está roto, la mitad de abajo no está.

“Raina, ojalá tuviera el tiempo para explicarlo todo, pero mi tiempo ha acabado, me enteré que Thea ya no está con nosotros por culpa de la rueda del destino y no sabes lo que me dolió saber que no podremos cuidarte, espero que no tengas que enfrentarte sola a lo que viene pero si llegas a entrar en la academia, no confíes en nadie, no llames la atención e intenta sobrevivir, pero sobre todo no te olvides de lo que más amas…”

Tres años sin vernos y me envía un libro que no puedo abrir, una caja extraña y una carta de advertencia rota -genial Cae como un mes de retraso- arrojo todo dentro de la maleta que llevo a la selección y me voy a dormir, parece que ya no es la mi la misma que conozco, mi mejor amiga jamás me hubiese enviado algo tan inútil un día antes de ir al matadero.

La mañana llega demasiado pronto, me coloco el uniforme protocolario para este día que no es mas que una camisa blanca suelta, pantalones blancos y un caftán café, recojo la pequeña maleta con mis cosas y reviso mi casa por última vez, no sé si podré volver, la visión se me nubla cuando recuerdo todos los momentos felices que tuve en esta casa, las risas de mis hermanos y mis padres en la mesa del comedor antes de comer, las bromas que volvían loca a mi madre y la escalera que crujía que papá no pudo arreglar nunca, cierro la puerta y no regreso a ver mi casa, si la veo no creo que pueda irme, no podré dejar atrás lo único que tengo de ellos, los recuerdos atrapados en esas paredes son demasiado fuertes.

Debo ser fuerte por ellos.

Camino rápido hasta la plaza del pueblo donde como siempre colocan un domo circular con escaleras haciendo ver a la plaza como un coliseo -solo hay una entrada y siempre sales condenado-, mientras más rápido suceda más rápido podré saber qué hacer, no tengo muchas esperanzas de que suceda algo bien el día de hoy. Al llegar Claudia se me acerca y me abraza.

- No tenemos mucho tiempo Raina así que escúchame muy bien,- susurra en mi oído- pase lo que pase no te olvides de lo que amas.

La veo con sorpresa, es la misma frase que escribió Caelis, siento como mete la mano en el bolsillo de mi caftán.

- Cuídate por favor, eres más fuerte de lo que crees.- me da un beso en la frente y se retira.

Los jóvenes en edad elegible nos colocamos en fila conforme vamos avanzando se escuchan los nombres de las personas, la designación que les ha tocado y la felicidad o lamentos de la familia, así de frío e impersonal puede resultar este día, no pierden el tiempo con grandes actos para personas que consideran peones.

Parece que el tiempo avanza con lentitud, como si no se moviese, recuerdo este sentimiento de ver a mis hermanos pasar por el corredor del infierno, las tres veces que lo pasé fueron eternas y dolorosas, esta vez no es distinto, una vez adentro veo en las gradas las facciones, notablemente el norte tiene más puestos.

En el centro desde silueta de la brújula sale una rosa que parece hecha de diamante con bordes de oro, en la base varias enredaderas con espinas la conectan a tierra y a cada punta de la brújula, se encuentra imbuida y brilla cada vez que un candidato es reclamando a una facción.

Según la punta que brille sabrás a qué lugar perteneces, las personas dicen que cada una de esas rosas tienen en el centro un cristal con magia antigua, pero nadie sabe su origen, aún es un misterio para los que no sean el rey o la élite, solo sabemos que un día antes de la selección, que ocurre dos veces por año, aparece la guardia e instalan un orbe dentro de la estatua de la rosa y esta cobra un brillo que dura todo este día, luego lo retiran dejando una estatua de color oro opaco.

Cada año es igual, Norte la guardia, Sur milicia, Este sanadores, Oeste pensadores, Sureste creadores, Suroeste servicio todas las facciones que quedan en el norte de la organización son de la guardia y son nombradas cuando te gradúas.

Si lo logras

Parece que todos se mueven lentamente mientras camino al centro, solo escucho mi respiración agitada, uno de los dos miembros de la guardia me pide mi mano mientras el otro me pide mi nombre, casi de forma automática recito “Raina Warcrofth, única de la familia Warcrofth”, siento como cortan mi mano y la colocan encima del orbe en la rosa.

La electricidad recorre mi cuerpo, me  parece entumecida y todo alrededor se vuelve borroso, noto como mi sangre nutre la flor y lleva la luz por cada pétalo, cada enredadera o espina, es como si siéntese la luz que se contiene en cada lugar como fluye, hasta que se detiene.

Norte…