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Después de horas de un largo parto, Muazzez rezaba a Allah por la salud de su principe, pujando, una y otra vez, hasta que se escucharon dos llantos, pero para su confusión, la partera miró con pesar a los bebés.
─¿Que pasa? ─preguntó, su respiración agitada y sus párpados pesados por el esfuerzo
─Son niñas.─confesó la partera, al escuchar eso, la recién madre se desmayó
El Sultan Murad entró, y detrás de él, estaba Şahnaz, que al entrar sus miradas se fijaron en los dos bebés recién nacidos.
─Felicidades, majestad, son un par de saludables gemelas.─dijo la partera
Una sensación de alivio invadió a Şahnaz al escuchar que eran niñas, sus oraciones fueron escuchadas. Se dirigió a quienes sostenían a las bebés y sonrió, acariciando las enrojecidas mejillas.
Las puertas se abrieron y la Valide Kösem Sultan entró, había rezado a Allah por un principe, y Allah le otorgó un par de nietas.
─Madre Sultana.─Şahnaz realizó una reverencia
Bajo la mirada de Murad, Kösem se acercó a sus nietas y mostró una muy ligera sonrisa.
─Pensé que la Sultana no estaría tan feliz por la noticia.─susurró Şahnaz, conversando con el Padişah
─Son sus nietas después de todo.─apartó la mirada y la posó suavemente en su Consorte.─Las casará con algún Paşa leal a ella, y su dominio se expandirá.
Şahnaz apretó un poco sus labios y entrelazó sutilmente su mano con la de su Sultan, y su mirada se fijó en la madre Sultana.
─Mi Sultana, ¿Ya les otorgó nombres a las Sultanas? ─inquirió, su voz suave y tranquila
─Sus nombres serán Esma Sultan y Bedia Sultan.─contestó, luego volviéndose hacia Muazzez dijo.─Tienes unas hermosas hijas, cuídalas.
Murad miró a la Concubina que veía todo en silencio.
─Por ser madre de gemelas, tu título será Kadın, Muazzez Kadın.─declaró, después se fue
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─Puedo ver qué le alegra la noticia de que Muazzez Kadın dió a luz a gemelas.─Silahtar Paşa le dijo
─Por supuesto que me alegra, tanto como su matrimonio con la Sultana Gevherhan.─Şahnaz sonrió levemente
─Y con el favor de Allah, tendremos un hijo algún día.
─Allah mediante, Silahtar.─deseó, antes de irse.─A mi hijo le gustaría tener un primo con quién jugar.
Después de salir de la vista del Paşa, Murad salió de sus aposentos y se acercó a él.
─Escuche la voz de la Sultana Şahnaz, ¿conversaste con ella? ─el Padişah miró al armero
─Hablamos sobre la alegría que causó el nacimiento de las Sultanas Bedia y Esma.─contestó
Murad asintio.─Ven conmigo, hay que planear una nueva conquista.
Fecha: 26 de Octubre, 1637
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La vida de Şahnaz era bastante feliz, siempre colmada de regalos del Sultan, y de deseos de un nuevo embarazo.
Por otro lado, debía lidiar con los conflictos familiares, el desprecio de la Sultana Kösem hacia ella era innegable, les molestaba saber que estaba ocurriendo lo mismo que paso con la difunta Farya Sultan, que se puso en lo más alto, y entró en el corazón de Murad, con su muerte, se llevó el profundo amor que alguna vez le había profesado.
Elanur era la única hija de la Sultana Hanzade, y a sus catorce años, estaba enamorada de su primo, el Şehzade Kasım.
─Ayúdame, ayúdame...─rogaba ella, acurrucada en los brazos de la Sultana.─Me descubrieron con Kasım, ¿que voy a hacer?
─Debiste pensar mejor, Elanur, sabías que algún día los descubrirían, tenía que pasar algún día.─dijo, acariciando la espalda de la muchacha, en una caricia tranquilizadora
Hacı Agha entró con dos guardias detrás de el, Elanur instintivamente se aferró más a la Sultana.
─Sultana Şahnaz, si nos permite, debemos llevar a la Hanım a los aposentos de su madre.─habló con voz calmada
Elanur lentamente se puso de pie y miró a Şahnaz por última vez antes de irse con el Agha.
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Hanzade miró con enojo a su primogénita.
─¿Cómo puedes hacer eso? Se supone que eres mi hija, es repugnante que estés con tu propio primo.─reclamaba, caminando de un lado a otro en la habitación hasta que del enfado, la abofeteo
Elanur siguió llorando, pidiendo perdón a pesar de los golpes, a pesar de eso, su corazón latía por el Şehzade Kasım.
─Y aún así te atreves a llorar, eres una desvergonzada.─la Sultana respiró profundo y se inclinó hacia su hija para susurrar.─Tu no eres más hija mía.
─No, madre, por favor, no digas eso.─Elanur se arrodilló y beso el dobladillo del vestido de su madre
─¡No me llames madre! ─apartó la tela de su vestido bruscamente fuera de su alcance.─El Sultan no puede enterarse.
