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─¿Que quieres que haga, Elanur? ─la Sultana Şahnaz miró a la joven.─El Sultan no parece muy feliz con tu embarazo.
─Quiero su aprobación para casarme con el príncipe Kasım.
─No me pidas algo imposible.
Şahnaz se acercó y cargó entre sus brazos al pequeño Mehmed, besando su frente.
─No es imposible, Sultana.
─Lo es.
Elanur frunció el ceño con enojo, era obvio que teniendo catorce años haría algún berrinche, seguía siendo una niña, y aunque Şahnaz fuera apenas mayor por un año, maduró obligatoriamente después de dar a luz.
─Podrías casarte con el Sultan si quisieras.─dijo la Hanım
─Es una situación diferente.─argumentó y luego añadió.─El Sultan no es mi primo, y yo soy la madre del heredero al trono.
─¿Hablas de el? ─Elanur se rió suavemente al ver a Mehmed hacer los sonidos clásicos de bebé
─Tal vez sea muy pequeño ahora, pero cuando sea mayor será oficialmente nombrado heredero.
Con suavidad, puso al joven principe en el suelo y lo dejo gatear por la habitación bajo la supervisión de las nodrizas.
─Por favor, ayúdame, lo amo.─Elanur dijo, acercándose y tomando las manos de la mayor
Şahnaz respiró profundo y se quedó unos segundos en silencio, luchando contra si mismo por la petición de Elanur.
─Bien, ahora vete antes de que me arrepienta.─accedió, haciendo sonreír a la embarazada
─Si tengo una niña, la llamaré igual que tú.─prometió eufórica
3 de Noviembre, año 1637
Nuevo día, otra concubina enviada por la Sultana madre Kösem, está vez, se aseguraba que fuera inteligente, pero no demasiado para querer revelarse contra su poder, no quería que ocurriera lo mismo que con Şahnaz.
─Gülbahar Hatun.─Kösem murmuró, viendo a la bella esclava italiana
─Está mujer dará resultados, lo presiento, mi Sultana.─Hacı Agha dijo
─Eso espero, Hacı.
La belleza era algo esencial para poder llamar la atención de la mujer más poderosa del Imperio, pero la inteligencia era algo primordial para llamar el odio de aquella dama.
El paso de los días, hacia que Murad apreciara más a su consorte, pasando constantemente tiempo con ella y también con el pequeño príncipe Mehmed que era fruto del deseo y probablemente del amor.
─Tu y Mehmed son todo para mí.─Murad planto un beso en los dulces y adictivos labios de Şahnaz
─¿Le dices eso a una simple esclava francesa? Quien sabe, seguro le dices lo mismo a otra mujer.
─No, esas concubinas no son nada comparadas con la madre de mi hijo.─el le dijo, y luego se inclinó para darle otro beso
Şahnaz vio como Murad ponía su mentón en la parte superior de la cabeza de ella, y estuvo a punto de decir "Te amo" pero no estaba segura de aquellas palabras, ella podría amarlo, pero, ¿El podría amarla?
─Si esas mujeres no significan nada para ti, ¿Por qué estás con ellas?
─Sabes que debo tener más hijos, Şahnaz.
─Y tu sabes que yo puedo darte esos hijos, Mehmed ni siquiera cumple un año.─Şahnaz dijo, y luego intentó apartarse, pero los fuertes brazos de Murad la atrajeron hacia el y la beso apasionadamente
Su fría mano paso por el cierre de su escote y lentamente lo bajo, haciéndola sentir ansiosa, y poco a poco reveló sus pechos con sus pezones erizados.
23 de Noviembre, año 1637
Şahnaz estaba mirando desde el balcón hacia las concubinas mirando las telas que una señora traía cada mes. Eran telas que eran relativamente baratas para los vestidos que usaba ella, que eran telas regaladas por el mismo Sultan y para el, era un deleite verla vestirse con aquella finas telas de colores.
─Şahnaz.─Hacı Agha se acercó.─¿A quien estás cazando ahora? ¿A Gülbahar Hatun?
─Quizá si, quizá no.
─La Sultana madre desea verte.─le informó, y luego la apresuró como hacía con todas las mujeres del Palacio.─Camina, mujer.
─Hablame con respeto.─Şahnaz dijo, y se adelantó, sintiéndose indignada y a la vez divertida por la personalidad de Hacı Agha
─¡Recuerda que eres madre! ─le dijo, mientras intentaba seguirle el paso
