cherry smoke : jinkook

01.

🚬

La envidia es una enfermedad.

Se apodera de ti como un monstruo, con sus tentáculos serpenteando por cada espacio de tus entrañas, envolviéndose alrededor de cada una de ellas y asfixiándolas hasta que lo único que eres capaz de sentir es esa negra emoción rasgando tu pecho, luchando por salir y manifestarse.

Los celos te consumen, haciéndote pensar una y otra vez «¿por qué no puedo ser yo? Eso debería ser mío, ¿acaso no me lo merezco?». A veces son inofensivos; otras veces, no tanto. Te hacen cometer los peor de los crímenes, acciones impensables conducidas por ese horrible deseo de estar en el lugar de la otra persona, hacer lo que sea necesario para que aquello que quieres sea tuyo y de nadie más, sin detenerte a considerar cuán inmoral sea o cuántas vidas pueda arruinar en el proceso.

La obscura emoción, peligrosa y asfixiante como ella sola, es considerada uno de los siete pecados capitales, y Kim Seokjin ha sido sujeto de ella toda su vida.

Aunque no va a tomar ofensa en ello; él es lo más lejano a la definición de santidad.

Desde que tiene memoria, Seokjin ha sido envidiado.

Por compañeros de instituto, colegas de trabajo, personas con menos poder que él. Ya fuese por nacer con una cuchara de plata en la boca, por ser el mejor en sus clases o por hacer suspirar a las parejas de los demás; todos y cada uno de ellos lo envidiaban por cada respiro que tomaba.

Como si ser prácticamente perfecto fuese su culpa.

Nunca le molestó que anhelaran ser él, ni que muchos de ellos desearan mal sobre él. En todo caso, eso alimentaba su ego. Cada mirada celosa en su dirección y cada murmullo acerca de él lo animaban a perfeccionar lo que hacía aún más; a demostrar que lo que él tenía, ellos nunca lo podrían tener.

No esperaba que su hermano se sumara a la lista de esos miserables.

Empezó pequeño, casi insignificante. Lloriqueando cuando quería algún juguete que pertenecía a Seokjin o cuando quería las mismas cosas que Seokjin ya tenía. Sus padres creían que era admiración por su hermano mayor. Al fin y al cabo, él podía tener lo que quisiera si tan solo lo pidiera, no es como si el dinero fuese un problema, así que los padres de Seokjin creyeron que era tierno de parte de él.

Sin embargo, conforme fueron creciendo, Seokjin logró ver a través de su mierda.

Taehyung no lo admiraba. No quería las cosas solo porque las deseara, no- las quería porque eran de Seokjin. El pequeño imbécil tan solo quería despojar a Seokjin de lo suyo por la mera satisfacción de ver el enfado plasmado en su cara.

Sus padres lo consentían al principio, así que Seokjin, apenas conteniendo su molestia, tenía que ver cómo sus cosas pasaban a ser del caprichoso de su hermano menor.

Pero Taehyung tuvo que esforzarse más cuando nació Kim Jihyun, su hermana menor.

Cuando las demandas que hacía para llamar la atención pasaron a segundo plano, empezó a meterse más con Seokjin en todos los ámbitos posibles.

Si Seokjin se inscribía a un club en el colegio, Taehyung se metía al mismo para competir con él. Cuando Seokjin quiso tomar clases de tenis, Taehyung insistió para poder tomarlas también. Cuando Seokjin se interesó por el violín, Taehyung también quiso aprender a tocar el instrumento para demostrar que él podía hacerlo mejor. Cuando Seokjin le comentó sobre una chica que le gustaba, a la semana Taehyung le había pedido que fuera su novia. Y así una y otra, y otra vez.

La obsesión que tenía con demostrar que él era mejor Seokjin era constante y estaba empezando a tocarle los cojones al mayor.

Seokjin no sabía si era algún complejo de inferioridad o la maldición de ser el hijo del medio, pero su paciencia estaba agotándose. Antes, si Taehyung quería competir contra él, le concedía el gusto. Nunca decía que no a un buen reto, y si lo que tomaba para demostrar que él era mejor era humillar a su hermanito, lo haría sin ningún problema. Después de todo, era Taehyung quien se lo buscaba. Y, a pesar de todo, nunca ha hecho nada para detenerlo o "vengarse".