4. No siempre cae nieve en diciembre

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Trago saliva, no es tiempo de dudar, veo un poco mi alrededor y estoy en un cubículo de algún baño, respiro profundo mientras salgo , me lavo las manos... solo actúa normal. Veo mi rostro en el espejo, está lleno de manchas oscuras y de sangre, tomo un poco de agua con jabón y me lavo la cara.

Ellos estarán bien...

Debo llegar al callejón, no se como lo haré... piensa... tal vez tenga que salir por la puerta de atrás o no lo se. Ni siquiera se donde estoy

Respira y después actúa.

Mierda porque no me dijeron a donde ir, no puse atención cuando caminamos, ahora esperan que me vaya sola sin saber a donde ir. Solo respira. Bien... tal vez los tenga que esperar aquí. O no. No lo se.

Me miro al espejo y es un desastre, está limpia pero mis expresiones me van a delatar. Estoy jodida...

—¿Podría ser peor? ¿No?— trago saliva y vuelvo a echarme agua en la cara

Entonces la puerta se abre de repente, sobresalto y mi cuerpo se dirige hacia el cubículo.

—Mierda ¡este es el baño de hombres!

Giro la cabeza ligeramente y observo a un chico alto con cabello castaño claro... mierda...

—Eh ¿si?— que demonios digo, me quedé en blanco.

—Bueno si es el de hombres podrías salir— me mira con preocupación como si no debería estar ahí.

Pero si salgo ¿a donde debería ir? no, no me iré, tal vez Maca y los demás me van a esperar aquí.

Entonces ruidos extraños se hacen presentes afuera del baño, me acerco cautelosa ignorando al chico que me ve con desesperación.

¿En serio tiene tantas ganas de hacer del baño?

Pego mi oreja en la puerta y para mi sorpresa si escucho algo.

—¿Han visto a este individuo?

Solo bastaron esas palabras para que me alejara de la puerta. Me están buscando, que mierda voy hacer. Ya, es mi fin, y si lo que dijo el señor Gray es cierto cuando ellos lleguen me encerrarán y me abrirán la cabeza.

Me empieza asustar nuevamente. Y es inevitable tocarme el pecho... siento como el aire me falta ¿esto sentirán ellos cada vez que muestran una emoción?

—Rápido no tenemos tiempo— el chico me toma de la muñeca y nos metemos a uno de los cubículos, —Haz lo que te digo sin ninguna pregunta.

No tengo tiempo de contestarle porque me toma de la cintura y se acerca hacia a él , ¿que?, entonces cierra la puerta. Ya no hay espacio y no sé qué hacer, no sé si el miedo me paralizó o si la cercanía de este chico fue lo que lo causó.

—Pon tu espalda pegada a la puerta y apoya tus pies en la pared— entonces el se quita los pantalones excepto su ropa interior

—Oye, que te pasa— lo digo al momento que quiero abrir la puerta, pero el no me lo permite.

—Como dije no hay tiempo— sus ojos oscuros me observan, su pecho sube y baja, está cansado como si hubiera corrido, como no lo note.

Por unos segundos yo simplemente lo miro, esas palabras ya las había escuchado pero ¿en dónde?

Él no espera nada más, se sienta en el retrete, observo como aprieta los labios y cierra los ojos... casi se me sale una risa porque le dio asco.

El me mira y cuando abre los labios para hablar se escucha el ruido de la puerta del baño. Entonces hago lo que él pide, apoyo mi espalda contra la puerta para después subir los pies a la pared. Pego las manos en el metal para tener más soporte.

Quemaduras en el corazónWhere stories live. Discover now