SIETE

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Alexander

Llego a casa de Ger y Linda hecho una furia. No he podido hablar con Viktoria y ese imbécil no para de entrometerse. Lo peor es que tiene razón. Yo abandoné a Viktoria y a mi hija y eso me cabrea más. Linda me abre la puerta, camino rápido a la habitación de invitados, mi habitación por ahora. Me siento en la cama y doy un suspiro mirando al techo. La he cagado. Otra vez.

-¿Qué has hecho?- pregunta Linda entrando en la habitación.

-Qué no he hecho- contesto- La he cagado- digo mirándola.

-Por dios Alex- dice tapándose los ojos con una mano- Una oportunidad, tenías una.

-La sigo teniendo. Creo. Solo tengo que hablar con ella.

-¿No has hablado con ella?

-No he podido. Se desmayó cuando me vio en el despacho de Reece.

-¡¿Qué?! ¡¿Pero cómo se te ocurre presentarte así?!

-No sabía cómo hacerlo ¿vale?- digo levantándome de la cama.

-¿Pero están bien? Ella y la niña.

-Sí, sí. El doctor de la empresa la revisó y dijo que todo estaba bien.

-La llamaré mañana e intentaré quedar con ella para convencerla de que hable contigo.

-¿De verdad?

-Sí, de verdad Alexander.

-¿Estás enfadada conmigo?

-Claro que estoy enfadada contigo. Se suponía que todo iba a ir bien y lo que has conseguido es que tu mujer se desmaye.

Me froto el cuello con la mano mientras miro al suelo.

-¿Qué más has hecho?

-¿Qué? Nada.

-Alexander- advierte.

-Estaba con un tipo. Un tal Taylor.

-¿Mark Taylor?

-¿Se llama Mark? Creí que se llamaba Taylor.

-No te desvíes. ¿Qué le has hecho a Mark?

-Lo golpeé- confieso.

-Dios bendito- suspira Linda llevándose las manos a las caderas.

-Me dijo que había abandonado a Viktoria y a mi hija.

-¿Y acaso no es verdad?

-Sí. Pero no me gusta que me digan eso.

-Pues tendrás que aguantarte. Viktoria seguramente te diga cosas peores.

-Ella tiene todo el derecho de decirme lo que quiera. Los demás no.

-Yo sí- dice marchándose de mi habitación.

Me desnudo, dejando la ropa sucia en el cesto, y me meto en la ducha para intentar aclarar mis ideas. Espero que Linda pueda convencer a Viktoria de hablar conmigo. No espero que me perdone, bueno en el fondo sí. Pero realmente necesito que me escuche y que sepa por qué actué como lo hice. Bajo a la cocina y encuentro a Ger comiéndose un sándwich, abro la nevera para prepararme uno yo también. Me mira fijamente mientras me muevo por la cocina.

-¿Le dolió?- pregunta.

-¿Qué?

-Al tal Mark, ¿le dolió el puñetazo?

-¿Cómo quieres que sepa eso?

-Es fácil. Si lo golpeaste fuerte le dolió, pero si lo golpeaste flojo no le dolió- explica encogiéndose de hombros.

-Se cayó al suelo ¿te sirve?

-Sí. Le dolió.

Ger empieza a reírse mientras camina hacia su habitación. ¿Por qué le divierte saber si el imbécil de Mark sufrió o no? Cada día entiendo menos a este hombre. Suspiro y le doy un mordisco a mi sándwich. Necesito una copa. Pero Linda cree que me he vuelto alcohólico y no me deja probar ni una gota. No soy alcohólico. Es cierto que me he pasado los últimos cinco meses con una botella en la mano, pero fue para olvidar lo que hice. Ahora solo la necesito para relajarme.

-Por dios...-digo suspirando.

Quizás Linda tenga razón y me haya convertido en un puto alcohólico. Termino de comer el sándwich y friego el vaso donde me serví el zumo. Me marcho a mi habitación, le envío un mensaje a Reece para hacerle saber que mañana me pasaré por el laboratorio para que me haga un tour.Ya lo conozco, pero necesito ver a Viktoria, aunque sea de lejos. Reece me responde con un simple 'ok'. Sé que no le gusta la idea, pero me complacerá porque soy su socio. Busco en mi móvil la imagen que me ha estado ayudando a dormir cada noche, aunque no de una vez, desde que Linda me la dio.La ecografía 5D de mi hija. Hoy por fin pude tocar el vientre de Viktoria y sentir a mi hija moverse. Fue un momento agridulce. Por un lado, estaba feliz de poder "tocar" a mi hija y por otro estaba preocupado porque Viktoria se había desmayado. Me acaricio los dedos de la mano con la que toqué su vientre.Aún puedo sentir el tacto de la ropa de Viktoria. Ojalá hubiera sido su piel,pero debo conformarme con esto por ahora. Me giro de lado y dejo el móvil con la pantalla desbloqueada mostrando la ecografía. Repaso las facciones de mi hija a través de la pantalla. ¿Cómo pude desecharla así? Maldita sea. No ha brádía que no me arrepienta de lo que hice. Voy cerrando los ojos poco a poco mirando la ecografía hasta que el sueño termina por vencerme.

 Voy cerrando los ojos poco a poco mirando la ecografía hasta que el sueño termina por vencerme

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Deteniendo el tiempo #2Where stories live. Discover now