HASTA SIEMPRE, ENEAS

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Eneas era un chico que iba a mi instituto y que me gustaba cuando yo estaba en 3º de la ESO. Después, él se graduó y se fue, y no supe más de él hasta que el año pasado, en las vacaciones de Navidad, me enteré por las noticias de que había fallecido en un accidente de autobús y me quedé atónita. Incrédula.

Cuando me gustaba le escribí una carta de amor y le pedí a un amigo que se la entregara por mí, ya que prefería permanecer en el anonimato. Según mi amigo, dijo que no le gustaba porque era demasiado pesimista y triste. Y tenía toda la razón:

"5/2/19 

Dedicado a la pureza de tus ojos: 

Le veo pasar, y, aunque él lo desconozca, mi espíritu se arrodilla ante su resplandeciente figura. Mas el efecto es efímero, pues lo observo partir y mi alma se apena inmediatamente.

Mi corazón se comunica con el suyo y éste lo ignora. Una sensación cálida me envuelve, parecida a la placenta de un abrazo, el abrazo que sólo un recién nacido da a su madre.

Imagino cuánta labia debe poseer mi boca para que cante maravillas de sus elegantes labios.

Solamente con visualizarlo un precioso instante es suficiente para que mi interior dé un vuelco sobre sí mismo y mi timidez se acongoje, y huya y regrese despavorida.

Arrebatándome las palabras de mis cuerdas vocales cuando un siglo después se les ocurre concurrir, me sonríe su rostro.

Sus preciados y hermosos ojos hablan por mí, ya que mi pluma y tintero cuentan lo que la razón, la dignidad y el deseo deciden callar.

Con sólo su imagen puedo imaginar un mundo de fantasía que hace inferiores a los cuentos de hadas, ya sean los mejores relatos leídos hasta la fecha.

Ilusa soy, pues sueño con la eternidad a su lado, algo que considero más imposible que el tormento de un dios todopoderoso.

Fervor en mis entrañas cuando su silueta se interpone en mi mirada, y un rubor especial en las mejillas que rumorean en los pueblos que de una enfermedad letal se trata.

Que padezco de locura, y es cierto, lo acepto con orgullo, que la muerte visitará mi humilde morada antes de que él me dirija la palabra.

Que mencionar su nombre es en vano, es delito y gran pecado, pues ni siquiera soy digna de su presencia.

Mi existencia es un infortunio pues interrumpe mi paz y descanso.

Escribo estas letras sueltas del alfabeto dirigiéndome a esa persona que ha hechizado mi Universo.

A mi ÁNGEL"

Un tiempo más tarde conseguí que me regalara un bolígrafo, el cual atesoré con cariño. Y, por último, lo vi tocando el piano mientras nuestra clase recitaba un poema (incluida yo).

Y, nada más. Hasta ese fatídico día.

Después de la triste noticia, decidí escribir una pequeña carta en una libreta, en forma de despedida. Por eso, ahora que existe este proyecto, quiero compartirla con quienquiera que lea esto.

 Por eso, ahora que existe este proyecto, quiero compartirla con quienquiera que lea esto

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Por favor, envía ese mensaje tan importante mientras puedes. Porque quizá el día de mañana te tengas que conformar con verlo escrito en tu propia libreta y la única respuesta sea la del silencio.

PROYECTO JOTABEWhere stories live. Discover now