PROYECTO JOTABE

NACE EL PROYECTO JOTABE

Érase una vez una joven de catorce años llamada Ángela a la que le encantaba Miraculous Ladybug. Un día, le regalaron un pack de artículos de la serie y se le iluminaron los ojos. Decidió sacarle una foto para subirla a su historia y etiquetar al actor de voz de Cat Noir, su superhéroe favorito.

Y le contestó.

«¡Mamá, he hablado con Cat Noir!», gritaba la pequeña, sin poder contener su emoción.

Desde ese día, cada vez que recibía algo de su serie favorita, le mandaba una imagen a esa amable persona que siempre le respondía.

Sin embargo, el hombre publicó un mensaje en el que decía que estaba perdiendo seguidores desde el final de temporada y la muchacha, decidida a animar al ser que tanto bien le había hecho, le prometió no dejar de seguirlo jamás.

Los días pasaban y la niña era más y más feliz, sobre todo porque el gatito había comenzado a seguirla y eso la había devuelto a la vida. Sin embargo, el 21 de abril de 2023, justo después de ver un vídeo que tenía relación con el doblaje de Miraculous, descubrió por las historias de la actriz de voz de Ladybug, Laura Pastor, que su héroe acababa de partir para cumplir con una misión en el cielo.

El corazón de Ángela sufrió un cataclysm y todavía tarda en recomponer los pedacitos, pero después de un océano de lágrimas se dio cuenta de que debía poner en práctica lo que aquel buen hombre le había enseñado para agradecérselo como se merecía.

«Yo nunca dejaré de seguirte». No podía quedarse todas estas cosas bonitas que él le había regalado, eso sería muy egoísta por su parte, por lo que tuvo una idea y la bautizó como el Proyecto JOTABE.

Aquel minino le había dado un sueño: dedicarse al doblaje. Y no solo eso, también le encomendó un cometido: nunca te calles esos sentimientos tan bonitos, sé siempre agradecida y amable porque nunca sabes cuál será tu última conversación.

En esto último se basa la iniciativa de la joven, inspirada por él y sus enseñanzas: debemos enviar mensajes hermosos por mucha vergüenza o miedo que nos pueda dar. Si no le sacamos una sonrisa a esa persona en este mismo instante, ¿cuándo pensamos hacerlo? Vale la pena, aunque sea de forma anónima...

Si hay algo que no me gusta que permanezca en el anonimato es él. El nombre del superhéroe superprofesional era Jesús Barreda y el mío es Ángela, pero eso poco importa, porque quiero que recordéis el suyo únicamente. Os pido que nunca olvidéis a la prodigiosa persona, al menos mientras no regrese de su misión. ¡Luchemos con él! Nunca olvidaremos su nombre y bajo ningún concepto dejaremos de seguir a J.B.