─Esto no me parece buena idea ─ le digo a Marcelo.
─Lo es, te lo aseguro ─ me dice él sujetando mi cintura para que no me mueva.
─No me parece que posición sea correcta ─ le digo incómoda ─ y se siente raro también ─ agrego ya que lo siento muy dentro.
─Es solo mientras te acostumbras, pero no duele, ¿verdad? ─ pregunta él.
─No, no duele ─ contestó.
─Entonces todo está bien ─ dice él tranquilo, pero claro él lo quiere hacer ver todo muy facil, y yo no entiendo que es lo que tengo que hacer estando arriba.
─Mi amor yo aun no entiendo lo que tengo que hacer ─ le digo.
─Tranquila, yo te giare y después seguiras tu ─ me dice él tomando mi cintura subiendo mi cintura haciendo que salga casi por completo, para después entrar de nuevo sacandome un gemido en él proceso.
Me guia de manera suave, lento, dejando que me acostumbre al movimiento y y la sensacion de resibirlo en está nueva posicion, se siente mocho más que antes, más grande más largo ya que siento que llega ma sprofundo que otras veces.
No se bien cuanto tiempo pasa mientras llevamos esté ritmo suave y lento en él que guia mis caderas para darnos placer, bastante placer, ya que de verdad se siente muy bien, pero necesito más.
─Cariño...mas.... por favor más ─ le pido empezando a mover mi cintura justo cómo él me ha indicado, pero más rápido, necesito que sea más rápido.
─Justo así cariño...asi...sigue ─ me dice Marcelo con la respiración tan acelerada cómo la mía, poniendo una de sus manos en mi cuello, deslizándose hasta mi cabello el cual sujeta con fuerza ─te amo tanto, tanto, mi amor ─ murmura a mi oído ayudando a mis caderas a ser más rápidas, más fuerte y siento que seré arrastrada por otra ola.
─Marcelo....Marcelo....Oooh Dios, cariño ─ gimo siendo arrastrada de nuevo por él placer y él me abraza fuerte cuando él suyo lo arrastra también y su calidez llena mi interior.
*********
Me remuevo entre las sabanas buscando el cuerpo de mi hermano hasta encontrarlo y sus brazos me envuelven, estoy por quedarme dormida de nuevo, cuando recuerdo algo importante.
─No regresamos a casa, ¡Lucia! ─ digo sentándome en la cama de golpe.
─Está con tu mamá, ella está bien ─ me dice mi esposo besando mi hombro y abrazándome de los hombros para que me acueste de nuevo.
─Pero..., ¿qué hora es? ─
─Muy tarde para salir a estas horas, descansa amor, saldremos temprano en la mañana ─ dice él cariño.
─Amor ─
─Si ─
─Lo planeaste, ¿verdad?, él no regresar a casa ─ le preguntó con interés.
─Tal vez ─ contesta y estoy segura de que está sonriendo.
─Le dijiste a mi madre de tus planes ─
─Si y estuvo completamente de acuerdo ─ contesta tranquilo ─ ¿se te quito el sueño? ─ me pregunta después de unos minutos.
─Sí, creo que sí, creo que por lo habitual a esta hora salgo a ver cómo está Lucia ─ le digo.
─Puedo asegurar de que ella está perfectamente bien ─ dice abrazándome y besando mi hombro ─ mi amor ─
─Si ─
─¿Estarías dispuesta a hacerlo otra vez? ─ pregunta y ahora me parece escucharlo un poco ansioso.
─¿Cuál de las dos? ─
─Las dos ─
─Bueno la primera, siempre y cuando dejes de intentar devorarme ─ le digo.
─No te puedo prometer eso cariño, cómo te dije antes, eres deliciosa ─ comenta mordiendo suavemente mi hombro erizando toda mi piel ─ ¿y la segunda? ─
─Tengo mis ciertas dudas aún ─
─No te gusto ─
─No es que no me haya gustado, es solo que, no se supone que la mujer deba de ir arriba ─ le digo ─ se dice que eso está mal, que es pecado ─
─Considero que las cosas malas son las que se sienten mal, ¿se sintió mal? ─
─En lo absoluto ─ contestó.
─Y bueno, solo las cosas malas son pecado, así que está no cae en ese lugar ─ dice él.
─¿Seguro?, ¿seguro de que no estamos cometiendo ningún pecado? ─
─Completamente seguro mi amor....
