🦋La venganza del hada

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Yeosang era un buen hada.

Pasaba la mayor parte del tiempo en su mundo y solo salía de este para estar con su novio y sus amigos.

No molestaba y tampoco quería que lo molestaran.

Por lo que en serio se enojó mucho cuando Mingi lo molestó por su marquita de nacimiento (solo le preguntó por qué hacía tanto esfuerzo en esconderla, pero aún así) y ninguno de los chicos hizo algo para defenderlo.

No emitió comentario alguno en ese momento, ya que como el buen hada que era esperaba la oportunidad perfecta para vengarse.

Porque sí, las hadas son enojonas y vengativas. No quieres hacerlas enojar.

Esa noche, los chicos iban a hacer una fiesta y era su oportunidad.

Jongho no iba asistir porque tenía una cena familiar, ya no había nadie que lo detuviera (o que tome toda su atención con solo existir).

Yeosang se transformó en una versión diminuta y con alas de sí mismo.

Los humanos solo veían una pequeña lucecita cuando se transformaba y al volar tan rápido, parecía titilar. Yeosang no tenía idea de cómo funcionaba la mente humana o los espejos, pero por lo que sus amigos y novio le dijeron, parecía una luciérnaga.

Cuando observó que los chicos ya empezaban a ser el clásico estereotipo adolescente con música mala de fondo, vertió un poco de su magia en las bebidas. Quizás así los chicos aprendan a no enfadar a un hada.

También se robó un poco de comida y esperó arriba de una lámpara a que empiece el espectáculo.

Afortunadamente, no esperó demasiado tiempo para divertirse.

Mingi le pidió matrimonio a Hongjoong múltiples veces con cualquier objeto que encontraba, primero fue un vaso descartable vacío, luego con una silla, después una bolsa de frituras.

En una esquina de la habitación, Yunho, Wooyoung y Seonghwa se besaban.

Mientras San estaba diciéndole piropos a un dinosaurio de peluche que se encontró por allí.

Aunque dudaba que todo eso se debiera a su magia (o al alcohol). Conociendo a sus amigos, solo estaban siendo ellos mismos.

Sin embargo, que su piel se volviera de colores pasteles con lunares y rayas, eso sí era obra suya.

No era permanente, solo divertidisimo.

Sacó fotos de todo para mostrárselas a Jongho más tarde, mientras se reía.

Aunque lo más gracioso de todo fueron sus reacciones y cómo se volvían locos buscando de donde provenía el tintineo.

Intentó esconderse aún más arriba de la lámpara y detener su risa. Era una misión imposible.

No obstante, Yeosang no tuvo que preocuparse porque en cuestión de tiempo los chicos batallaban por no dormirse, siendo esto un efecto secundario de su trabajo.

Ya habiendo vengado su orgullo y la diversión apagada, decidió irse.

Voló hasta la puerta y se transformó en humano de nuevo para poder abrirla, mientras se seguía riendo.

- ¿Se puede saber de qué te ríes tanto, Yeosang? - preguntó una voz demasiado familiar.

Jongho estaba a unos metros de la entrada.

- ¡Amor! - gritó contento y fue corriendo a saludarlo con un sonoro beso en los labios. Su noche solo mejoraba. - Pensaba que ibas a pasar la noche con tu familia.

- Salí antes. Conozco bien a mi novio - mencionó y me dió un toquecito en la nariz con su dedo.

- Yo soy un ser de luz, no sé a qué te refieres.

Yeosang sonrió inocentemente, mientras tomaba su mano y lo incitaba a caminar lejos de la fiesta y en dirección al departamento que compartían.

Jongho se soltó y le empezó a hacer cosquillas en sus costillas hasta que su novio se rindió.

Yeosang le mostró las fotos de su venganza.

- Eres mi pequeña hada malvada - dijo después de verlas y le dejó otro beso en los labios.

Eso solo hizo falta para que su novio comience a contar a detalle y con toda la emoción del mundo sobre esa noche.

Eran el uno para el otro. No había dudas.

One-Shots de AteezWhere stories live. Discover now