En todas tus vidas

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Antes de comenzar esta es como una segunda parte de "Muro de las reglas", solo que en una distinta vida ya moderna.

Osea una reencarnación.

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-Por favor caminen con cuidado. - advirtió el guía, después la voz del profesor siguió dando indicaciones para que no perdieran el camino.

Sus compañeros estaban hablando de lo emocionante que era subir una montaña, para su gusto, era estúpido. Su hermano estaba jadeando por lo cansado que venía y eso que apenas faltaba más camino por recorrer.

No era muy fan de salir y explorar el mundo exterior, pero su colegio tenía expediciones en el mundo abierto. Las excursiones podrían ser muy divertidas, a veces iban a otro país, o simplemente ir a una provincia a buscar nuevas aventuras. Bien, él es... Él, adora quedarse en su casa todo lo contrario a su hermano, bueno hermanastro.

Su padre se volvió casar con una nueva mujer, claro tomo su tiempo para sanar después que su madre falleciera en labor de parto, ¿trágico?, tal vez, pero nunca conoció a su madre, solo por los relatos que le cuenta su padre sobre ella. Y bueno, su "madrastra" —por que no le gusta llamarla así— era sumamente amorosa, tan linda que derrite con una sola sonrisa, pero no vino sola, si no con su hermano, tan escándalos y con una peculiar sonrisa, pero le agrado, ama a su familia.

Su madre era muy fan de quedarse en casa, hacía las cosas divertidas dentro de su amado hogar, las lluvias siempre eran una bendición para quedarse dentro y disfrutar más que nunca. Y bien, ahora esta subiendo una montaña que parecía ser infinita.

No lo malentiendan, disfruta el aire fresco pero disfruta más el aire fresco calmado. Desde que llego al destino sintió algo de mareo, tal vez por la distinta altura que tenía la zona ya que era diferente el nivel del mar en la cuidad. Quería quedarse en la antigua cuidad que se encontraba al pie de la montaña, sus lugareños eran muy amigables al punto de quedarse más tiempo, y bueno además que eran muy buenos vendedores.

Pero los mareos no eran lo único que sentía, una extraña emoción lleno por completo su corazón, quería huir de ahí cuando vio la montaña a pesar que esta emitida paz y tranquilidad, los guías les vendieron la idea que la montaña se le conocía como fría a lo que se asocia como tranquilidad, pero en cambio el solo sintió malos sentimientos, es como si ya hubiera estado aquí. Pero no le dio mucha importancia, tal vez lo tomo como su primera opción, no estaba acostumbrado.

Estaba ayudando a subir a su hermano, quien apenas pudo soportar el tediosos camino. - ¿Por qué a los demás no le cuesta tanto?. -

-Puede ser que tengan condición física. - con simpleza lo dijo ganándose un puchero de su hermano.

-Papá tiene razón al hacer ejercicio. -

-Puede que si pude que no. -

Siguieron adelante, los alumnos se maravillaron de la gran vista que ofrecía la montaña aún que faltaba camino por seguir se detuvieron a tomar fotos. Su hermano se separó para explorar a sus alrededores mientras que el tomaban alguna fotos para mostrarselas a su madre quien le pidió de la manera más amable posible que disfruta del viaje y que tomará foto para ella. Tomo de la vista, del pequeño pueblo y claro, en donde estaba parado.

De nuevo los malestares aún seguían presentes, esta vez la nostalgia y la tristeza se apoderan de inmediato de él. Suspiro con mucho pesar preguntándose que le sucedía.

-¡Por favor no se separen, no somos los únicos que vistamos la montaña. Sigamos!. - el guía dio la indicación que siguieran con el camino, se reunió de nuevo con su hermano para mostrarle las fotos.

XICHENG 💙💜Donde viven las historias. Descúbrelo ahora