Summer and her (Pt. 1 - +16)

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—Always the summers are slipping away! — Gritaron ambas en sus respectivos micrófonos, la música se desvanecía lentamente y la distorsión de la guitarra se iba apagando lentamente a la par de la vibración de los platillos. El ensayo habría acabado para ese entonces
—Uff! — Exclamó, se notaba cansada pero satisfecha. Dejó caer las baquetas al suelo mientras se estiraba sosteniendo mi termo en la mano. En lo que ella se relajaba yo dejaba mi guitarra en el stand que compartía con Dany, se notaba cómo resaltaba el blanco alrededor de tanto color, nuestras guitarras combinaban demasiado bien. Ella me aventó un trapo para que pudiera limpiar mi guitarra, me conocía tan bien.
—Voy a bajar ganacias y a apagar todo para que guardemos al rato. — Dijo mientras salía del Live Room. Yo sólo asentí con la cabeza, a pesar de que ella no me estuviera viendo, ambas sabíamos que lo hice, sin embargo, terminando de limpiar mi guitarra, la puse en el stand y empecé a recoger todo el Live Room, nuestros cables, pedales, stands, micrófonos, etc. No me gustaba dejar las cosas botadas y desacomodadas, ella no siempre era así, pero había veces donde posponía arreglar las cosas, sin importar que las dos fuéramos perfeccionistas.

Ella estaba preparando nuestras cosas para meternos a bañar, mi ropa, la suya, toallas y la música. Era algo tarde, por lo cual, terminando de recoger el cuarto ella y yo el Live Room, prendimos el calefactor de nuestro cuarto, las cortinas solían estar entrecerradas por esas horas, aproximadamente las 18:37, así que decidí cerrarlas por completo y empezar a quitarme la ropa, a lo cual ella hizo lo mismo.

—¿Ya preparaste la playlist? — Pregunte curiosa, con ganas de saber qué música pondría en la cola.
—Sip, ya está, espero te guste. — Respondió sonriente mientras caminaba desnuda al baño. Tal escena me dejó impresionada, sé que ya la he visto desnuda en demasiadas ocasiones, pero siempre que la veía de espaldas moverse hacia una dirección en concreto quedaba atónita. Me encantaba su cuerpo, era perfecto para mí y es lo que basta.
No dije nada, sonreí de vuelta mientras me acercaba a ella por detrás. Cerramos la puerta, éramos casi iguales, a pesar de que viviéramos solas, nos generaba mucha seguridad tener privacidad de más.

La agarré de la cintura y la jalé hacia mí, ella nerviosa me abrazo abriendo sus brazos alrededor de mi espalda baja mientras entrelazaba sus manos. Acerqué lentamente mi boca a su cuello, para poco a poco ir subiendo a su mejilla, y luego dirigirme a su boca, la volvían loca esas recompensas tardías. Ella me abrazó con más fuerza, para después dejar salir un tenue e inocente gemido. Abrí la llave y me metí en lo que ella conectaba mi celular a la bocina, ella me siguió el paso y lentamente entró a la bañera conmigo.


Salimos de bañarnos y ambas estabamos muertas de frío, apagué las luces del baño y dejé abierta la puerta que conectaba el baño con nuestro cuarto, ambas estábamos lo suficientemente secas como para vestirnos, a excepción de nuestro cabello, largo pero delgado. Siempre era un martirio esperar a que se secara por completo. Ella acostada en la cama me llamó.

—T/N. — Le hice caso y me acerqué a ella.
—Acuéstate boca arriba y cierra tus ojos. — Me pidió Pau, a lo que accedí, me recosté lentamente y ella puso parte de la delgada sábana que usábamos para dormir en mis ojos, lo suficientemente bien puesta como para que yo no viera nada, pero podiendo respirar, al menos un poco. Aunque no podía ver lo que estaba haciendo, pude escuchar como se quitaba la toalla y la dejaba caer, fue un movimiento sutil. Empecé a sentir como el colchón se inclinaba, primero para un lado y se termino de acomodar en cuanto subió su otra pierna en el.
—No te destapes. — Dijo con un tono imponente pero quieto, no tenía la necesidad de gritar para mandarme. No respondí, sólo accedí, me entregué a mi pareja como si de la muerte en alguna religión extremista se tratara.

Sus piernas eran tan imponentes que no podía resistirme a ellas, mientras ella recargaba su sentar a un lado de mí, la playlist seguía sonando muy al fondo. Retiró la sábana de mi cabeza y estiro su tren superior para alcanzar algo que estaba por la cabecera de la cama, dejando sus pechos cerca mío. Me sentía tan débil y sumisa ante su presencia, su cuerpo. Con una mano tapó mis ojos mientras que con la otra acariciaba mi cara con delicadeza. Se terminó de acomodar a un lado mío, viéndome de con esos ojos que sólo me podían ver a mí.

Paulina Villarreal (One-Shots)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora