SOLSTICIO DE VERANO XIV

129 21 55
                                    

MIS QUERIDOS LECTORES:

GRACIAS A TODOS AQUELLOS QUE AYER ME DEDICASTEIS COMENTARIOS DE APOYO. OS QUIERO MUCHO, ASÍ QUE AQUÍ TENÉIS OTRO CAPÍTULO :)

ESPERO QUE OS GUSTE.
LAS COSAS ENTRE BEN Y JEREMY EMPIEZAN A PONERSE... UMMM ¿CÓMO LO DIRÍA?

DISFRUTAD DEL CAPÍTULO,

ANONY.


—¿A dormir? —preguntó Jeremy, mirándome extrañado.

—Sí, a dormir.

El rubio se quedó pensativo mientras yo lo observaba expectante a su respuesta. Unos segundos más tarde, sentí cómo mi cuerpo se venía abajo y mi cabeza empezaba a dar vueltas, provocando que me tambalease de un lado a otro. Jeremy me dijo algo por lo que pude llegar a ver cuando movió sus labios, porque escuchar, no escuché nada. Di un paso hacia él y las rodillas me fallaron, cada vez veía más borroso y sentía que me iba a desmayar. Estaba a punto de caerme al suelo, pero tuve la suerte de que Jeremy fue más rápido que mi pesado cuerpo y llegó a tiempo de agarrarme.

—Ben, ¿qué te pasa? —escuché muy a lo lejos.

—Me encuentro fatal... —pude decir a duras penas justo antes de perder el conocimiento.

El leve sonido de unas personas hablando fue despertándome poco a poco. Abrí lentamente los ojos, sintiendo cómo mis párpados ardían, mis labios quemaban y mi cuerpo sentía escalofríos. Notaba mi boca y garganta secas, y mi nariz taponada respirando con dificultad. Conseguí abrir del todo los ojos y parpadeé un par de veces para ver bien, ya que tenía la vista un poco empañada. Miré de reojo hacia la izquierda y, cuando vi la televisión, fui consciente de que estaba en el sofá del salón de mi casa y que las voces provenían del televisor. Tenía dos cojines perfectamente amoldados a mi cabeza y cuello, y una manta bastante gruesa cubría todo mi cuerpo. Giré lentamente la cabeza, sintiendo lo mucho que esta me pesaba, y me encontré con un matojo de pelo rubio.

—¿Jeremy? —pregunté en un susurro.

El rubio alzó bruscamente su cabeza, me miró y sonrió. Estaba de rodillas en el suelo, con sus brazos cruzados en el hueco restante que mi cuerpo dejaba en el sofá y su cara apoyada en ellos.

—¿Estás mejor? —se incorporó un poco.

—¿Qué ha pasado? —quise saber mientras comenzaba a mover a duras penas mi cuerpo bajo la manta.

—Creo que has perdido el conocimiento —se rascó la coronilla, lo cual hizo que algunos de sus mechones quedaran en punta.

—¿Y me has traído hasta aquí?

—Si quieres te dejo en el suelo... —contestó en tono sarcástico, provocando que me riera cuanto mis fuerzas me permitieron en aquel momento.

Apoyé mis manos en el sofá e intenté incorporarme, lo cual me costó la misma vida, pero Jeremy puso sus manos en mis hombros e hizo que volviera a tumbarme.

—Es mejor que descanses, estás ardiendo.

—¿Tengo fiebre?

—Sí, no sé cómo es que no te diste cuenta antes —hizo una mueca de desaprobación.

—Cuando veíamos el partido, sentía algo de frío, pero supuse que era porque el chorro del aire acondicionado me daba directamente —solté una penosa carcajada que hizo que tosiera.

—Si no recuerdo mal, ya llevabas unos días sintiéndote raro, ¿verdad?

—Ahora que lo dices... Pero no pensaba que fuera porque iba a enfermar —fruncí levemente el ceño.

SEASONS; Un Amor A Través De Las EstacionesWhere stories live. Discover now