Capitulo 4 parte 2

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Ariadna

—Hey, morenita. Supongo que ya estás lista para “congeniar" con los integrantes de la iglesia–pregunta Axel desde el umbral de la puerta.

—Si, Axelito. Supusiste bien, estoy lista desde hace media hora.
Desperté en la madrugada por una pesadilla y luego me costó un poco volver a dormirme.

—Ay, pobrecita, pero ¿qué tiene que ver eso con la navidad?

—Sabes algo, Axel. Métete tu sarcasmo por el culo y a mí no me fastidies, que fastidio cuando te levantas así...

No pensé que mi mamá estuviera en la planta de arriba y no pasó ni 2 minutos cuando ya estaba atrás de Axel.

—¡Ariadna! Ese no es el vocabulario que debe tener una dama como tu–soltó haciendo que mi hermano y yo colocaramos la espalda recta y cerraramos la boca–. Y usted Axel ¿cuándo dejará de comportarse como un crío de 16 años? Espabile, hombre. Los quiero arreglados a ambos en 5 minutos.

Pensé que no nos había escuchado, pero desde luego me equivoqué.
Cómo siempre lo hacía.

Ví como Axel intentó decir algo, pero lo corté antes que lo dijera.

—No digas nada Axel, solo déjame terminar de arreglarme– solo asintió con ojos arrepentidos y salió de la habitación.

Me dirigí hacia el espejo de cuerpo completo y quise hacer la terapia del espejo y subir la autoestima que últimamente estaba en los suelos, pero lo que ví me destrozó, viendo mi reflejo noté que estaba mal... Realmente mal, tenía ojeras, ojos hundidos y estaba ya cansada de tapar las ojeras con maquillaje, quería ser libre y dejarme ir...

No, no, no, no, ¿en qué estoy pensando? Yo no tengo pensamientos suicidas. Esto era tal y como nos decían en la iglesia solo es una prueba de nuestro señor y me repetí lo que siempre nos decían «Dios le da sus peores batallas a sus mejores guerreros»

Dejé de autocriticarne y salí de la habitación, iba hacías las escaleras para dirigirme al comedor y baje escalón por escalón, y casi me caigo de boca con lo que escuché.

—Deba de molestar a Ariadna, madre–soltó entre dientes–. Me tiene jodido está puta situación y luego andas vociferando con tus amigas diciendo que “eres la mejor madre”, cuando sabes perfectamente que no lo eres.

—En tu vida vuelvas–la cayó Axel–. No, me cansé de tus estúpidas amenazas, me cansé de tragarme todo lo que siento cada vez que maltratas a Ariadna, joder, acaso no ves que ella todo los días se esfuerza por hacer todo “perfecto” y a pesar de que se acerca a serlo no la tomes en cuenta, no tomes en cuenta sus putas intenciones...

Me tape la boca con mis manos para no soltar ningún sonido, escuchando todo lo que le decía mi hermano a la mujer que me dió la vida, hasta que decidí dejar de escuchar y terminé de bajar los escalones que faltaban y me dirigí al comedor.

—Buenas días, Madre. Buenos días, Axel–hablo tratando de llamar su atención–. ¿Ya están listos? Madre desayuno rápido para ir a la iglesia y no llegar tarde, si quieren me esperan en el auto, ¿si?

Y en sus rostros estaba lo que siempre intentaron ocultar, se notaba a leguas que se lanzaban cuchillos por los ojos.

—Si, ya estamos listos, hija. Solo te esperábamos para partir, ¿cierto Axel?–expresó rígida, pronunciaba cada palabra con odio.

—Si, morenita. Te esperamos en el auto, el desayuno está delicioso–me guiño un ojo mientras el y mamá salían de la casa.

Desayuné lo más rápido que pude y solo esperaba que no me diera un indigestión por lo rápido que comí. No dejaba de pensar en manera en que Axel se dirigía a nuestra madre con tanto resentimiento... Parecía otra persona.

Cuando entré al auto pude sentir la tensión en el ambiente, y aunque quise preguntar me quedé callada. Alice conducía molesta se le notaba en como agarraba el volante y Axel... El estaba callado cuando normalmente era el más parlanchín, mantenía la cabeza apoyada en la ventana del auto con la mirada perdida.

Bajamos en silencio del auto, luego de que Alice estacionara el auto en el estacionamiento y en la entrada de iglesia logro ver a Alessandra.

—Holaa, Axel. Buenos días, hermano–Alessandra le saludaba sonrientemente y dicha sonrisa se borró cuando pasamos por su lado sin siquiera mirarla.

No hablo con muchas personas aquí en la iglesia por lo que no esperaba que me saludara a mi también, porque sencillamente no lo haría. Si me sorprendió que Axel no le regresara el saludo, eso si era extraño.

El es todo lo opuesto a lo que yo era.

Yo podía pasar horas en la biblioteca haciendo deberes que no requerían tener que hablar con otra persona.

A él le encanta hablar con cualquier persona de cualquier tema.

Aunque si pudiera quitarle su sarcasmo creo que perdería su encanto, el podía ser un excelente chico cuando quería, es un magnífico hermano, era muy carismático. Creo que es lo que atrae a muchas de las chicas que están detrás de el.

Le encantaba decir las verdades de forma sarcástica y un poco despectivas en la cara de las personas, así era el, un amor con quién quería, y una completa mierda con quién lo buscaba... Aunque siento que con nuestra madre fue diferente.

—Axel, ¿qué te ocurre? ¿por qué no le devolviste el saludo a Alessandra?–pregunté mirándolo fijamente.

—¿De qué hablas, morenita?

En la entrada estaba Alessandra, te saludó y le pasaste por un lado como si no existiera.

—No la ví, estuve muy concentrado en mis pensamien...

No logro escuchar nada de lo que me dice, ya que le pasa por un lado una chica nueva y definitivamente es la chica del otro día, siento que poco a poco he dado pasos hacia atrás y veo a Axel tomando mi mano antes de darme cuenta de que casi me voy al suelo.

—Hey, morenita ¿estás bien? Te pusiste pálida de repente–dice mientras siento que me echa un poco de aire con la carpeta que no había visto que traía.

—Si... estoy bien. Creo que no debí comerme el desayuno tan rápido–miento y trato que sea lo más creíble.

Nos dirigimos al salón de reuniones que poca veces usamos y al entrar damos los buenos días, lo que hace que Alice nos envíe una mirada de reproche por habernos quedado en los pasillos y no venir directamente.

—Buenos días, hermanos. Dios los bendiga, los estábamos esperando para darles una noticia– Heather nos ve y nos sonríe tímidamente como si lo que fuera a decirnos a todos fuera muy importante para ella.

—Siento mucho el retraso–hablo por los dos.

—No te preocupes Ariadna. Hoy le damos la bienvenida a la nueva integrante Anastasia, mi sobrina–se levanta y nos saluda a todos la chica que ahora sé como se llama–. Espero que le den una cálida bienvenida, feliz día.

Anastasia...

Nota del autor:

Holiiis, espero que les guste este nuevo capítulo.

¿Que parte del capítulo fue su favorita?

Escriban lo en los comentarios.

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⏰ Last updated: Feb 13 ⏰

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