07

49 10 0
                                    

—¿Quieres un helado?

Renjun negó, frunciendo su nariz.

—Me recomiendan no tomar nada frío a menos que haya mucho calor, me podría afectar la garganta muy fácil y me enfermaría —dijo.

Jeno lo pensó dos veces antes de preguntar, hasta que habló en el tono más bajo y sutil que pudo tener.

—Eres muy delicado, ¿No?

Renjun asintió, sin mirarlo.

—Veo que tú no tanto, ¿Es porque no es tan grave no? —dijo Renjun—, ¿Vas a ir a cirugía, verdad?

Jeno frunció un poco el ceño.

—¿Cómo sabes?

—He estado mucho tiempo con estas cosas, algo he aprendido —dijo—. Y sé que el hígado se regenera, te quitan lo malo, dejan lo bueno y en unos meses está todo como si nada.

—¿Tú crees?

Renjun notó que Jeno había bajado la vista y se notaba asustado y nervioso.

—Jeno —Renjun tomó ambas manos de su compañero—. Claro que lo creo, también creo en tí.

Sonrió debajo del barbijo de nuevo, y el mayor soltó sus manos para tomar sus mejillas, buscar los labios de Renjun debajo de la tela negra del barbijo con los suyos y presionarlos en un beso que no llegaba a serlo.

Renjun tomó las manos de Jeno, manteniendolas apretadas contra sus mejillas y sonriendo por dentro y por fuera, cerrando los ojos.

Al separarse, se miraron un segundo, ambos compartiendo el mismo brillo en la mirada, hasta que se abrazaron con fuerza.

—Renjun, creo que te necesito más de lo que creí.

—Jeno... Ya estás muy sensible, hagamos algo divertido, no puedo dejarte así —murmuró Renjun.

—¿Por qué?

—La tristeza lo empeora, Nono.

—No puedo estar triste si estoy contigo.

—Jeno, estaré contigo, ahora, necesitas distraerte y dejar de pensar en eso, ¿Bien?

Jeno asintió, con el rostro escondido en el hombro del otro.

Renjun lo arrastró hasta el piso del cine, él no podía ir a ver ninguna película porque las salas del cine estaban llenas de bacterias y de gente con bacterias también, así que compraron un balde gigante de palomitas y se fueron a pasear por allí hablando de sus intereses, conociéndose más y más y enamorándose inevitablemente del otro.

Se despidieron cuando ya estaba atardeciendo, y Renjun debía regresar a su hogar antes de que anocheciera y refrescara de más, porque no podía tomar frío. Jeno dejó otro sticker de beso en su frente, para hacer reír a Renjun de forma honesta.

Sé dedicaron un "Te amo" mutuo con todo el sentimiento de sus corazones, y quedaron con una sonrisa tonta que permanecería hasta que se encontraran de nuevo en la próxima quimio.

𝐂𝐇𝐄𝐌𝐎 ♡ NorenWhere stories live. Discover now