Sueño o...

Manuscrito Noveno

第九手稿

Dì jiǔ shǒugǎo

Manuscrito noveno

Nunca pensó que volver a la vida o renacer en otro lugar le traería tantos problemas.

 Aun no podía creer como había pasado de su vida monótona de ciudad a vivir en la antigüedad donde encontraría espíritus malvados y cultivadores chinos. 

  Aunque de lo que no podía quejarse era que la mayoría de los jóvenes no solo eran talentosos sino que apuestos y educados. En su mundo actual no existían hombres tan bellos, solo modelos o actores, y eran pocos. 

 Justamente frente a ella sirviéndole una taza de té había uno que no solo era apuesto y talentoso. Este hombre tenía un brillo especial en sus ojos claros cada vez que hablaba con ella, ya lo había notado solo que se había hecho la desentendida para no tener que aclarar nada o crear malos entendidos. Zewu-Jun era amable con todas las personas pero con ella ponía cuidado especial a la forma de tratarla, sobre todo después de su enfrentamiento, sabía que en ese momento la actitud de él había cambiado mucho.

-Está bien Zewu-Jun. Creo que debemos analizar con cuidado la situación- dijo ella. Luego de terminar su taza de té, se retiró a su habitación para cambiar sus túnicas, debía ir a sus clases de caligrafía con HanGuang-Jun.

En el camino se encontró con el Maestro Wei, que aunque ella no dijera nada, parecía que este hombre siempre sabía lo que había en su mente.

-¿Dramas matrimoniales?- dijo sonriente y divertido.

Ella lo miro extrañada, nada se le escapaba.

-Es muy perspicaz Maestro Wei. Lamentablemente así es- respondió ella

-¿Aun no hay algún maestro que sea bueno a los ojos de la joven Yuèliàng?- pregunto interesado

-No es eso, Maestro Wei. Creo que soy muy joven para el matrimonio, sobre todo sin mi consentimiento- contesto ella

-Quizás es porque aún no hay nadie que sea apto para ese corazón- dijo muy solemne Wei Wuxian.

-Si lo hubiera, tendrías tiempo de sobra para casarte cuando quisieras. Los maestros solo quieren un compromiso- dijo el girándose y dejando a la chica con más preguntas que respuestas

-Pero, como...Maestro Wei- dijo ella pero él ya saludaba a la distancia.

Y como todo en su día era una confusión, su clase con HanGuang-Jun también salió mal.

 Escribió mal varios caracteres, volcó tinta en una de las mesa y ensucio sus túnicas.

 El Segundo Jade solo la miro. Tomo su guqin y con un gesto, Yuèliàng entendió que debía sentarse en meditación. Ella cerro los ojos y él comenzó a tocar. Sus manos se deslizaban por las cuerdas de una manera dulce y la melodía no solo sonaba suave sino que con cada nota, la confusión en la mente de Yuèliàng parecía ir desapareciendo poco a poco. Al finalizar la melodía, ella se sentía mucho mejor.

-Gracias HanGuang-Jun- dijo ella haciendo reverencia.

-No es necesario- contestó el guardando el guqin.

-Mañana haremos el trabajo de hoy- agrego él.

Ella agradeció internamente esa actitud del Lan, en esos momentos era como sin una palabra este hombre entendía todo lo que pasaba por su mente.