quince

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Tras registrarse en el Directorio y escribir los datos de Jungkook, instantáneamente todo se empezó a sentir más real para Taehyung.

Como siempre, estaba entusiasmado, pero esta vez se sentía distinto a las ocasiones anteriores, porque a pesar de tener un montón de advertencias, no tenía ni menor idea de qué esperar de su unión con Jeon Jungkook. Era una inquietud extraña, tenía una curiosidad genuina, porque incluso si todo lo que había escuchado era negativo, se preguntaba qué podría ir mal entre ellos o qué tipo de actitud detestable desarrollaría su futuro alfa de entre el amplio repertorio que le habían hecho llegar.

Se despidió del azabache poco después de alejarse del Directorio, prometiendo verse más tarde, y decidió que sería mejor ir directamente a casa para preparar el almuerzo, porque calculaba que no debía faltar mucho tiempo para el receso y quería ser útil el último día que estaría bajo ese techo. Al llegar a su hogar, se encontró con su madre ya empezando a alistar la comida, así que no demoró en prestarle de su ayuda.

—Ya fui a inscribirme —informó Taehyung ya cuando estaban por acabar de cocinar. 

—¿Tan temprano? —dijo Gaeul, volteando su rostro hacia él con algo de asombro—. Debes estar muy seguro entonces.

—Ajá —musitó—. Él no me iba a hacer cambiar de opinión.

Su madre lo contempló por un par de segundos en silencio antes de brindarle una sonrisa débil y asentir, tragándose lo que sea que planeaba decir al respecto para en cambio comentar otro detalle.

—Tú padre estará para almorzar, por si te lo preguntabas —avisó ella, limpiando sus manos en el delantal que llevaba puesto una vez todo estuvo finalmente listo.

—Está bien, lo tenía en mente —suspiró Taehyung y procedió a quitar su propio delantal.

—Intentemos llevar la fiesta en paz, ¿sí? Yo solo... quiero que podamos reunirnos tranquilamente como familia, al menos trata de ignorarlo por Hyunjin, probablemente no vuelva a vivir en esta casa y no quiero que se lleve este último mal recuerdo sin más —dijo la mujer y él vagó la mirada por la cocina un rato, meditando, antes de posarla sobre ella.

—Pondré de mi parte, ya estoy cansado de pelear —exhaló y dio media vuelta para salir del cuarto y entrar al comedor.

Echó un vistazo al reloj de la sala y tamborileó los dedos en su muslo con nerviosismo, cerró los ojos un momento para despejar su mente y continuó el camino hasta la mesa para tomar asiento en tanto esperaban que el resto de la familia arribara. No es que estuviera asustado o algo así, de hecho aún no acababa de comprender del todo las emociones que más parecían una tormenta dentro de su pecho, solo sabía que no quería darle la cara a su padre, no después de que lo deshonrara de esa manera. Tal vez se trataba de eso, después de todo seguía siendo su padre, no podía evitar estar triste ante la idea de odiarlo, y cuando tuviera que mirarlo de nuevo estaba seguro de que no tendría otra cosa por él además de rencor. Era desgarrador perder el amor por alguien que llevaba adorando desde que había sido traído a la vida.

El primero en llegar a casa fue Hyunjin, luciendo agotado, era el último día, así que había decidido retomar su participación en los juegos para lucirse frente a su novia y el resto de alfas. No mucho después entró Jaehyun, todos actuaban con bastante normalidad gracias a la Diosa, Taehyung se sentiría enfermo de estar rodeado de miradas preocupadas llenas de lástima hacia él. Su familia lo conocía, esa debía ser la razón, aunque lo cierto es que todos en ella odiaban esas conductas.

Cuando finalmente su padre cruzó la puerta principal, se levantó y regresó a la cocina para comenzar a servir sin siquiera esperar a escucharlo anunciar su llegada. La tensión era palpable, pero Taehyung fingiría que no había nada fuera de lugar y continuaría con la rutina, tomó asiento una vez todos los platos estaban sobre la mesa y juntó sus manos para rezar en silencio al igual que los demás.

indómito | kooktaeWhere stories live. Discover now