Conserje Manoban | Jenlisa G!P

Ⅲ. VIEJA Y PEDÓFILA

Pov Jennie [💋]

—Has engordado bastante ¿Qué no haces ejercicio? —preguntó Minzy, "mi querida suegrita" durante la cena. Esa vieja bruja... embajadora de satán.

—Jennie se alimenta bien —me defendió Jackson. Hasta que abría la boca para defenderme el muy pañalón. Usualmente dejaba a su madre ametrallarme con indirectas sin abrir el pico.

—¿Y para cuándo tendré niños a quienes consentir? Me hago vieja y quiero nietos —se volvió a quejar. Ya era vieja cuando la conocí. Además, tiene como 10 nietos no sé para qué quiere más.

—Aún no planeamos eso —fingí una sonrisa. Cómo decirle a madame polillas que su hijito no podía anotar un tanto. No era mi culpa dejarla sin descendencia.

—Pues dense prisa, tanto tiempo ociosa hace daño —dijo mirándome. Era oficial, la detestaba, siempre tratando de herirme o molestarme. Sus ataques siempre eran dirigidos a mí.

—Estoy buscando empleo —le respondí a la bruja. Lo cierto es que había dejado mi hoja de vida en algunas empresas, pero no me habían contestado. Y con la mudanza a Seúl había perdido mucho tiempo.

—El camino al infierno está empedrado de buenas intenciones —dijo la arpía con una sonrisa cínica— Jackson, Solar te envía sus saludos —¡Bingo! Ya se estaba demorando en sacar a relucir la antigua novia de Jackson. Otra chica a la que por cierto también le hizo la vida imposible.

—Espero que se encuentre bien —le dijo él sin prestarle mucha atención.

—Está muy bonita. Su hermana se casó el año pasado y en menos de 5 meses ya tiene gemelos, unos niños fuertes y saludables, es que ella si es de buena madera —dijo mirándome con desprecio. ¿De buena madera? Con hijos después de sólo cinco meses de su boda seguro que ya se había prendido fuego antes de casarse.

Me levanté de mi silla y me fui a mi habitación cojeando, no quería seguir escuchando sus insinuaciones. Ya bastante tenía con el dolor en el pie para soportar a esa mujer. Ella sabía perfectamente mi nombre pero a veces "se le olvidaba" y me llamaba por cualquier otro.

—Jennie, nos abandonaste —me dijo Jackson una hora después buscando su pijama.

—Tu madre no para de echarme en cara que no salgo embarazada —le reproché.

—Ella es muy anciana, compréndela por favor, Jennie —rogó.

—¿Y por qué no me comprendes tú a mí? Tengo que soportar sus indirectas cada vez que viene a vernos. Estoy harta de que me diga esas cosas, sobretodo porque no es mi culpa... —Él entristeció, así que me callé. No podía decirle a su madre eso, Jackson se avergonzaría y sería "la burla de su familia".

—Tal vez podríamos... —Ugh, Otra vez con sus divagaciones. Jackson había mencionado una inseminación cuando nos planteamos el problema de los hijos.

—¿Adoptar? —me adelanté.

—Sabes que hay forma de tener un hijo propio —Me miró nervioso.

—Ah no, aún soy virgen. No me van atravesar con uno de esos aparatos de inseminación —salté. No quería que fuese de ese modo.

—Jennie, sé razonable. Quisiera ser padre —Se acercó a mí y me abrazó.

—Pero Jackson, podemos intentarlo de la manera normal. ¿Por qué no regresamos con el médico que te atendió? Escuché que el viagra puede ayudar...

—No. Esas pastillas alteran el corazón. Podría morir, además la diabetes... —se molestó.

—¡No quiero inseminación!