Capítulo 4

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Giulia....

No podía creer que Alex había pasado de ser un amor de persona a prácticamente ignorarme, en todas sus formas posibles.

Había enviado textos casuales, comentado una que otra foto, pero no había nada, ni siquiera un gracias.

Nadia dice que posiblemente mi hermano tuvo algo que ver, pues Luciano me ve como una posesión familiar y no como su hermana.

Sé como es vivir en la mafia, bajo sus normas y leyes, se que algún día tendré que casarme por fines tácticos o bien por amor. Mi padre rompió cada una de las promesas que hizo cuando juro lealtad a la organización Mancini, portando el aguila en su pecho que quizá mi hermano reciba muy pronto. Lo hizo por que se enamoro de mamá, y a pesar de todo lo que hubo en el camino aún puedo ver en sus ojos cuanto la ama. Y sé que soy soñadora pero quizá muy pronto yo pueda experimentar algo similar.

-¿Hola?- la mano de Nadia me saca de mis pensamientos.

-Perdón estaba distraída.

-Sí lo sé, desde que puse los nachos frente a ti y no los atacaste como siempre. No sigas pensando en ese tipo, debe ser un cobarde. Es un heredero de la mafia igual, tiene el mismo rango que tu hermano. Así que sino hizo nada es por que no le llamas la atención lo suficiente.

-Podrías ser menos cruel Nadia.

-Giulia, soy tu amiga y por eso te digo la verdad, sabes hay muchos y créeme más guapos y darían todo por ti.

-Así, dime mi admirador secreto ya te compro para que me digas todo esto!

-Claro que no!, solo digo lo que veo, que tú no ves.

Estaba más que confundida, al principio todo iba bien y hasta creí que Alex de verdad podría tener interés genuino en mí.

La fiesta de Luciano estaba cerca, pero sabía que él no me quería allí. Ese fin de semana nuestros padres de irían de nuevo a New York, últimamente iban muy seguido a Norteamérica.

-¿Entonces, irás conmigo a la disco o no? -Dijo Nadia poniéndose de pie mientras comía un nacho.

-Es que la verdad prefiero quedarme hoy acá, esta semana en el internado estuvo de locos, quiero descansar.

-¿De locos? No señorita que tú ensayes como una maníaca ballet, estés en el club de lectura inglesa, que no entiendo para qué la verdad, y quieras ser voluntaria en todo lo que te aparezca, cualquiera estaría así de rendida.

-No lo entiendes Nadia, eso me mantiene distraída, además de qué no pienso en ya sabes quién.

-Hay no puedo creer que sigas aferrada eso. Ven conmigo a la disco, por favor, ¿si?

Tenía que sacar lo que sentía dentro de mí, leía las conversaciones con Alex una y otra vez para encontrar la falla, pero no dije ni hice nada que lo alejará.

Quizá se había aburrido de mí, y de nuevo la inseguridad y más aún palabras de uno de los chicos que había salido conmigo meses atrás volvieron a mi mente.

"Eres bella pero muy sosa"
"No seas mogijata, vamos dame una prueba de amor"

La mayoría de las chicas de mi edad ya habían iniciado su vida sexual, incluso creo que hasta Nadia ya había tenido sexo. Pero de nuevo me encontré viendo cada una de mis imperfecciones, de mi personalidad que a los demás le parecían aburrido.

-Iré a cambiarme -Dijo mientras iba cantando una canción en español que no entendía muy bien.

Estaba indecisa, pero no quería quedarme sola en casa. Pero debía de informar a mis escoltas que saldría, y eso significaría que ellos le fueran con el chisme a mi hermano. Que últimamente andaba muy extraño y venía mas seguido a mi piso a supervisar según sus últimas palabras.

DULCE TRAICIÓN Donde viven las historias. Descúbrelo ahora