Capítulo 7

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Los ojos oscuros y brillantes de Jiu se encontraron con los de Mina, que lucían casi sin vida sobre su extremadamente pálido rostro a falta de sangre en su cuerpo. Mina estaba dejándose morir en vida, la muerte la estaba arrastrando hacia sus brazos. Jiu lo sabía perfectamente y no lo iba a permitir, estaba dispuesta a hacer lo que sea por arrebatarla de las manos la muerte porque aquella hermosa chica aún tenía mucha vida por delante.

—Bien. Tu dirás...—En el asiento se acomodó Jiu sabiendo de ante mano lo que se venía.

Mina no sabía cómo empezar con el tema de Chaeyoung, solo sabía que el terror a oír la misma respuesta que Chaeyoung siempre le daba la estaba asfixiando por dentro, que el dolor al saber que la perdería para siempre le desgarraba el alma milímetro a milímetro haciéndolo más agónico e insoportable.

—¿D-Desde...—Se aclaró la garganta—desde ha-hace... hace cuanto tiempo es que puedes verlos?—Comenzó Mina bajando la mirada—Ya sabes... ver a-a los... a los... espíritus...—dijo con dolor mirando sus dedos sobre sus piernas que temblaban ligeramente y se mantenían frías. Sus lágrimas no se hicieron esperar y en sus ojos comenzaron a acumularse.

"Espíritus" Esa palabra quemó su interior cómo lava hirviendo con solo pronunciarlo.

Que difícil era aceptar la muerte de un ser querido y mas cuando era la persona que significaba todo tu mundo.

—Desde que tengo memoria.—Contestó la mujer de cabello negro sentada frente a ella.

Kim Minji o simplemente Jiu cómo todos la conocían. Una mujer que desde pequeña obtuvo el don o para algunos maldición de ver a los fantasmas o espíritus que deambulan entre los vivos.

Usando su don como ella le llama, ayuda a todo a aquel ser a pasar al otro mundo que por algún motivo se ha quedado atrapado entre los vivos.

—¿Jihyo... t-también es así?—Sus lágrimas limpió con sus temblorosas manos levantando la mirada hacia la mujer.

—No.—Respondió con el semblante tranquilo—Ella es una persona normal cómo cualquier otro.—

—¿Yo... yo me quedaré así para siempre?—De nuevo sus lágrimas limpió. Al parecer estás caían en silencio por si solas sin que Mina pudiese evitarlo.

—No lo sé bien. Lo tuyo es algo raro. Tu...—Pausó—Tu a-antes de que ella muriera, ¿Ya habías visto a algún... espíritu alguna vez?—Cuestionó con cautela sabiendo lo delicado que era ese tema para ella.

—N-No, nunca.—La mirada bajó de nuevo a sus manos ahora escondidas dentro de las mangas de su cálido abrigo—So-Solo...— La respiración contuvo por un instante—solo a... a Chaeyoung...—Pronunció y más lágrimas se deslizaron por sus frías y pálidas mejillas haciéndola sollozar por lo bajo—De-Después del accidente, ja-jamás creí que la volvería a ver... pero una madrugada... e-ella solo apareció en mi habitación mientras yo lloraba...—Lloró mas al recordar esa madrugada cuando tenia en una de sus manos un pequeño trozo de vidrio.

—Quizá tu dolor la trajo de vuelta a este mundo.—Jiu dijo sintiendo lástima por ella. La mujer no lo sabía exactamente, pero en efecto, el dolor, desesperación y agonía de Mina habían hecho que Chaeyoung volviera del más allá un mes después de que esta muriera en ese fatal accidente donde Mina conducía el auto donde ambas iban esa noche.

Chaeyoung había fallecido repentinamente llevándose consigo todo lo que Mina era y tenía. Se fue en un parpadear de ojos dejando a la japonesa vacía, muerta en vida, sumida en una fría oscuridad, con la culpa aplastándola día tras día y con la muerte acechándola todo el tiempo. Muerte que Chaeyoung intenta alejar de ella antes de que llegue el día en que tenga que partir para siempre y nunca mas volverla a ver.

—¿C-Cuanto... cuanto tiempo le queda a... aquí?—Preguntó limpiándose las gotas del líquido salado que se deslizaban sin detenerse sobre sus mejillas. La respuesta de aquella pregunta quizá significaba el fin para ella también, porque estaba segura que no iba a poder sobrevivir sin Chaeyoung. Sabía que su corazón no iba a poder soportar dejar ir de nuevo al amor de su vida.
La primera vez cuando despertó después de días en el hospital, su corazón supo que algo no andaba bien, el vacío, dolor y angustia que sintió en su pecho le indicó que algo faltaba, lo llegó a corroborar cuando su madre en medio de lágrimas le dijo que la coreana había muerto en el instante que otro auto se estrelló contra ellas.

Ese día fue el inicio de su más grande y oscura pesadilla.

—Menos de un mes.—Cuatro simples palabras que aplastaron las pocas ganas que Mina tenía de vivir.

Menos de cuatro semanas para nunca más volver a ver sus oscuros ojos, su pálida piel, su voz, su débil sonrisa...

—No... no...—Negó en llantos inclinándose hacia el frente llevándose las manos a la cabeza.—No... E-Ella no puede irse, no de nuevo, por favor, por favor...—A Jiu miró bañada en lágrimas—Yo-Yo no voy a soportarlo... Dime que puedes hacer algo para que ella quede conmigo... por favor... Tienes que hacer algo, por favor por favor...—Suplicó cayendo de rodillas en la alfombra frente a Jiu—Haré lo que sea, pero por favor no permitas que se vaya, no de nuevo... No voy a soportarlo...—

—Lo siento Mina.—Pronunció Jiu—Nada ni nadie puede hacer que ella se quede.—Dijo y Mina se sintió desfallecer en ese momento—Chaeyoung dejó de pertenecer a este mundo el día que murió en ese accidente...—





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Quedan pocos capítulos para terminar esta corta historia.

🖤

El frío de tu Ausencia (Michaeng) PAUSADAWhere stories live. Discover now