Olivia García se aventura a Corea, guiada por la ardiente pasión que siente por el baile. En esta travesía, se cruza con Eunwoo, una compañera de grupo que le despierta sensaciones inexploradas. No obstante, surge la incógnita: ¿hasta qué punto esta...
En el centro, rodeada de otras chicas que también habían estado practicando, agité mis manos nerviosamente mientras esperábamos la señal para comenzar. El ambiente estaba tenso, pero al sonar la canción, mis nervios se disiparon instantáneamente.
Me entregué por completo a la música, dejando que mi cuerpo se moviera con gracia y precisión en la coreografía. Estar en el centro significaba que todas las miradas estaban sobre mí, y eso avivó mi determinación para destacar en esta misión.
A pesar de los susurros que circulaban a mi alrededor a mitad de la canción, me concentré en mi actuación, desafiando las distracciones.
—Vamos, tú puedes, sigue.
Mi desconcierto creció al escuchar las palabras de Kirsten, quien alentaba a la chica que parecía haberse dado por vencida y en la que parecía tener detrás. Tras nuestro turno, nos apartamos para dar paso al segundo grupo, donde destacaba la presencia de la chica de pelo negro y blanco, captando mi atención de inmediato.
Observé con admiración sus movimientos, notando cómo su estilo de baile se adaptaba con gracia, a pesar de salir de su zona de confort. Una sonrisa se formó en mis labios al ver que el paso en el que le había ayudado la ejecutaba de manera magnífica, incluso superándome a mí.
Al concluir la actuación del segundo grupo, noté que la chica de cabello bicolor me miraba con una sonrisa. De manera inexplicable, mi rostro respondió con una sonrisa propia al ver la calidez en sus mejillas y en su expresión.
—Sienna, Ria, Mowgli y Miyabi están dentro —dijo Kirsten mirándonos a todas, tragué con fuerza un poco nerviosa mientras veía como Latrice se levantaba.
—Nika y Eun Woo también están dentro.
La decepción se apoderó de mi mente al no escuchar mi nombre, haciendo que mi confianza se desplomara abruptamente. En ese instante, me sumí en una cascada de autoexamen, ignorando lo que ocurría a mi alrededor.
¿Había cometido algún error? ¿En qué punto fallé?
¿Fueron horas de perfeccionamiento en vano?
La duda de si mi habilidad era suficiente para entrar en el grupo resonaba en mi cabeza, tejiendo un entramado de incertidumbre.
Y si no lograba entrar, ¿cuál sería mi siguiente paso?
Un torbellino de preguntas me envolvía cuando, de repente, la chica de pelo negro y blanco se posicionó frente a mí, golpeándome los hombros con suavidad.
—¿Eh?
—¡Has entrado! ¡Felicidades! —dijo con una sonrisa, esta vez más amplia.
La realidad cobró forma cuando me di cuenta de que todas las miradas estaban puestas en mí. Las mentoras me dedicaban sonrisas alentadoras, y las futuras compañeras celebraban con aplausos. Abrumada por la emoción, instintivamente cubrí mi rostro y me dejé llevar por las lágrimas y los temblores que se apoderaron de mí.
No obstante, una sensación de alivio me envolvió cuando sentí un abrazo reconfortante, brindándome el apoyo necesario en ese momento de vulnerabilidad.
—Dios... yo... —vi como una chica de pelo rojizo con dos moños en la cabeza me sonreía dándome pequeños golpes con cariño.
—¡Fighting! —me dijo alzando su brazo.
En un parpadeo, los pensamientos negativos que habían nublado mi mente desaparecieron, dejando paso a una única certeza: había logrado entrar.
23:00 pm
—En esta casa es donde vais a convivir juntas; al lado estará el edificio donde se graba SDGF2, así que ahí también tendréis vuestra sala de ensayos y bailes para las misiones —dijo un chico mientras sus ojos recorrían a cada una de nosotras.
La magnitud de la casa despertó ciertos temores en mí; la idea de convivir con personas que apenas conocía me inquietaba.
Las instrucciones continuaron: una chica del staff se encargaría de organizar y traer nuestras comidas, y teníamos libertad para explorar, siempre avisando a los responsables.
La amplitud de la casa resultaba abrumadora, y la perspectiva de compartir este espacio con desconocidas añadía una dosis de nerviosismo. Afortunadamente, la distribución de las habitaciones eliminó cualquier disputa sobre tamaños; todas eran iguales. Sin embargo, la sorpresa llegó cuando descubrí que mi habitación estaba en la segunda planta, algo que no esperaba y que implicaba lidiar con un traslado de maletas que parecía casi mudarme de casa.
—Sí, si puedo, gracias.
—¿No ayudar? —preguntó Miyabi, ya me sabía un poco los nombres de las demás, ya que llevábamos el carnet de identificación puesto.
—No, no, gracias, es la última —dije mientras dejaba la última maleta en la puerta de mi habitación mientras procedía a apoyarme en la pared para coger aire.
En la primera planta estaban Sienna y Bella, en la segunda Pk, yo y Mowgli, y en la tercera Nika junto con Miyabi. Un alivio me recorrió al saber que mi habitación estaría al lado de la de Pk, con quien había tenido más interacción. Sin embargo, la proximidad de Mowgli me resultaba incómoda, rememorando el desafortunado incidente que había tenido con ella del café.
Reuniendo fuerzas, cargué las dos maletas y los dos bolsones que había traído. Deposité las bolsas sobre la cama y las maletas a un lado para que no obstaculizaran.
—Tenemos que ir a cenar —dijo Bella asomando su cabeza por mi puerta.
—Ya voy —dije sobresaltandome de golpe.
Dirigí mis pasos hacia el comedor, descubriendo que todas ya estaban abajo. La sensación de incomodidad me embargó, pues apenas las conocía y temía la posibilidad de algún conflicto o discusión entre nosotras en este nuevo escenario de convivencia.
—Han traído pizza, de pepperoni, de cuatro quesos y... de piña —dijo Pk mientras abría las cajas.
—¿De piña? Que delito... —sentenció Nika negándose.
Una risa espontánea se desató entre todas nosotras. Un tanto tímida, opté por la segunda opción de pizza y me sumí en el silencio mientras absorbía las conversaciones que fluían alrededor de la mesa. Sienna y Nika hablaban en un lenguaje que comprendía, pero al escuchar a Miyabi y Ria conversar en japonés mi expresión se tornó un cuadro mientras intentaba descifrar el significado de sus palabras.
—¿Y si al terminar hacemos una fiesta de pijamas? —pregunté viendo como todas me miraban.
———————————————————————
Mhm, se viene lo bueno en esta convivencia, ya tengo ganas de que pasen cosas y que haya chisme😭 De todos modos, he estado pensando en agregar escenarios y momentos tensos (o incluso +18), ¿qué opinan de ello? Y, también he pensado en actualizar Lunes y viernes, o incluso también los miércoles...🤩🌷
Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.
Aquí les dejo una foto de Pk para que admiren lo linda y crush que es🖤🤍
¡Espero que os haya gustado este cap! Si hay alguna sugerencia para añadir a la historia, coméntamela o mándame un dm🌷 —Ily.
