CAPÍTULO 35.

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El interior de la casa olía a pino fresco y a la tarta de manzana que se cocinaba dentro de un pequeño horno. Theresa dejó la cesta sobre la mesa de lo que parecía ser una pequeña cocina, el fuego en la chimenea ardía despacio y una cuna de madera se encontraba en el fondo.

Tragué.

Nunca había pensado en tener hijos, no después de lo que había pasado con mis hermanos y Juliette y porque nunca había planeado en tener un esposo con el cual casarme y formar una familia. Pero nunca había pensado en si Theresa quería ser madre, tener una casa y un esposo amoroso.

—Puedes sentarte, ¿Quieres té? Recogí algunas hierbas con las cuales puedo prepararlo — sonrió mientras me miraba, asentí con pesar.

Tome asiento en una de las sillas de madera frente a una mesa llena de semillas y frutos secos, estaba adornada con un mantel blanco de encaje y había un jarrón de flores silvestres que lo hacía más agradable.

Vi a Theresa moverse en la cocina llenando una tetera azul con agua y poniéndolo sobre el fuego para que hirviera. A pesar de su notable estado de embarazo se movía con soltura e iba de aquí para allá tomando cosas, parecía nerviosa al igual que yo, pero feliz y radiante.

—Es bonito este lugar — susurré después de varios minutos de silencio, ella soltó una suave risa alegre que entibió mi corazón y mi alma de alguna forma.

—Sí, Audrey trabajo mucho para tener este lugar — dijo y ante mi cara de desconcierto, ella suspiró y sonrió un poco más triste.

—Audrey es mi esposo, nos casamos hace un par de meses — fue lo que dijo, se mordió el labio y luego lo soltó despacio—. Volverá más tarde, ahora está en el pueblo trabajando, quizá si te quedas para cenar puedas conocerlo y él a ti — dijo y sus mejillas adquirieron un sutil tono sonrojado.

—...Sí — fue mi respuesta y no porque me molestara que ella estuviera teniendo una buena vida y formando una familia, me alegraba tanto porque fuera de esa manera, pero algo en aquel ambiente me decía que no era del todo bienvenida.

—¿Cómo llegaste aquí, Josephine? — preguntó, la tetera comenzó a silbar y ella la retiro del fuego con cuidado, la vi verter el líquido en una taza, la cocina se llenó de un suave olor a canela, especias y jazmín.

Dejo la taza frente a mí y también un plato de porcelana blanca con un par de galletas un poco quemadas, sonreí, Theresa nunca había hecho galletas sin quemarlas.

—Llegué en un barco con el rey William — respondí, ella me miró a través de sus pestañas oscuras y sus labios temblaron.

—¿Tú...?

—Siéntate, Theresa, hay mucho de lo que tenemos que hablar — respondí, ella dudó durante algunos segundos antes de tomar una silla y sentarse frente a mí, sus manos se posaron de nuevo sobre su vientre.

—Perdón — susurró y las lágrimas volvieron a sus ojos, negué suavemente con la cabeza mientras mis propios ojos se llenaban de lágrimas, pero no iba a llorar ahora.

—¿Qué fue lo que ocurrió, Theresa? —pregunté necesitaba que me dijera algo que después de todos estos meses de búsqueda me explicara el porqué de lo que sucedió.

Deslizó sus manos por la tela de su vestido sobre su vientre, una sonrisa tierna apareció en su bonito rostro, alzó la mirada y soltó el aire despacio.

—Tuve que escapar, Josephine. Ya no podía seguir ahí, ya no podía seguir viendo como te esforzabas por llevarnos comida todos los días. No quería ver como te hundías por nuestra culpa... — las lágrimas cayeron por sus mejillas, sentí mi garganta seca y mis manos presionaron con fuerza la taza caliente.

LA REPOSTERA & EL REY [LIBRO #1] [TERMINADO ✔️]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora