'Te he amado desde que te conocí y no he podido evitarlo.'
Katherine March, llamada Kate por su familia y amigas, es la hermana del medio en una casa de cinco chicas. No es lo suficiente mayor para comportarse como sus hermanas mayores ni lo suficie...
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NARRA KATE:
Amy y yo ya estábamos en Europa. Mis primeros días aquí no habían sido tan buenos como me esperaba. Amy está siempre pintando ya sea en clases o en casa.
Por otro lado yo solo estoy en la biblioteca leyendo y solo salgo para bailes o cuando la tía March me obliga.
No paraba de pensar en Laurie, desde la boda de Meg no nos vemos y no vino a despedirse cuando nos fuimos.
Un día le mandé una carta, pero me respondió su abuelo contándome que se había ido de viaje a Europa, no sabía si quería verle, aunque le echaba de menos me dolía que no hubiese venido a despedirse.
En los bailes he conocido a varios pretendientes que se querían casar conmigo, pero siempre les rechazaba. Pensar que casarme con alguno de esos caballeros era mi sueño de pequeña y ahora que lo tengo solo puedo pensar en el chico al que dejé en mi pequeño pueblo.
Solo ha habido un pretendiente que ha sobrevivido más que el resto y es porque es el duque de Wellington. Se llama Henry y es bastante apuesto, pero como he dicho ya miles de veces desde que estoy aquí, no es Laurie.
Ahora estaba con mi tía y mi hermana, la cual estaria en un posible futuro casada con Fred Vaughn, en un carro, era una de las veces que mi tía me obligaba a salir de casa. Las dos mujeres hablaban sobre Francia, pero estaba en mi mundo aun pensando en cierto chico.
Ya era tan exagerado que pensaba que soñaba despierta con él, me parecía que lo había visto caminando por el camino.
— ¡Pare el coche! ¡Laurie! — Empezó a gritar mi hermana. Parecía que no me estaba volviendo loca, o mi hermana también lo estaba.
Amy salió corriendo hacia él y se abrazaron mientras hablaban, no estaba preparada aún para acertarme a él. En eso veo como me señalan, mierda.
— Vamos, Amy. — Empezó a llamarla mi tía.
— Tía March, silencio. Nos va a ver. — Le regañé.
— Siempre pensé que os casaríais. No me esperaba que ahora lo evitases. — Dijo pero fue interrumpida por Laurie besando su mejilla, no pude evitar reír por la reacción de la mujer.
