PREDATOR LOVE - Eddie Munson +18

CHAPTER TWENTY-TWO.

ℍ𝕠𝕡𝕖
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𝙳𝚒𝚌𝚒𝚎𝚖𝚋𝚛𝚎 𝚍𝚎 𝟷𝟿𝟿𝟺.

Los días pasan y yo no los siento, la mayor parte del tiempo veo la ventana de mi habitación, permanezco sentada viendo como cae la nieve o la lluvia esperando a que Eddie vuelva a aparecer allí. Mi mente repasa el hecho de que lo perdí de nuevo y me niego a aceptar que todo lo que sucedió fue porque él optó por mi bienestar antes que el suyo.

—Gill... ¿puedo pasar? —Wayne golpea a mi puerta.

—Si... —limpio en vano las lágrimas de mi rostro, como si pudiera ocultarlo.

—Te traje algo de comer, sé que no tienes apetito, pero debes hacerlo —me entrega un plato de sopa caliente.

—Gracias, Wayne —susurro, no tengo más opción que comerla y aunque no tengo ganas de nada, estoy consciente de que no soy la única sufriendo en casa.

—Sé perfectamente que te has cuestionado las decisiones de Eddie, enfatizó en que no supieras el plan porque sabe lo terca y obstinada que eres.

—¿Acaso estuvo mal querer sacarlo de ese lugar? —cuestiono algo herida.

—No, Gill... pero ¿acaso estuvo mal que Eddie te haya protegido?  

—Eddie no merecía morir, ni hace ocho años ni ahora —de nuevo mis mejillas están mojadas.

—Mi sobrino merece mucho más. Fue valiente siendo solo un chico de veinte años y ocho años después te ha dado la mayor muestra de amor que jamás se ha visto —aprieto mis labios.

—Ya dime de una vez que soy una maldita egoísta —suelto una risa al tiempo con Wayne.

—Eres valiente, Gill, tuviste tu esperanza intacta durante ocho años, no la pierdas en dos semanas —sale de mi habitación dándome a entender cosas que van a carcomer mi mente el resto de la noche, sin embargo, no es nada alejado de mis afirmaciones, si estoy loca, entonces, no soy la única.

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Decido volver a mi trabajo en el laboratorio, Steve me excusó diciendo que estuve resfriada. Todo mi cuerpo actúa en automático.

—Buen día, Steve.

—Hola, Gill... ¿Cómo estás? —lo miré fijamente mientras pensaba en una respuesta.

—Bien... supongo... —tomo la planilla de las muestras del día, busco los guantes quirúrgicos para empezar con mi labor.

—Lo siento, entiendo que estés enojada conmigo, pero eres mi amiga y así Munson no me lo hubiera pedido, igual iba a mantenerte a salvo.

—Gracias... lo sé... —susurro. No tiene sentido seguir desquitándome con todo el mundo por algo que ninguno puede controlar —y no estoy enojada contigo.

—Sabes que puedes contar conmigo —no me salen más palabras así que simplemente asiento a las suyas.

Hablé con Dustin y Max, Susan parece no sospechar nada, también hablé con Joyce y Ruby, sé que estuvieron preocupadas por mí y quise tranquilizarlas de algún modo. No volveré a cometer el error de alejarme de todos y hundirme en mi miseria. 

━~ န ~━

Hoy no está nevando, pero el frio no da tregua, uso mi abrigo y los guantes que me dio Wayne en la mañana, lo agradezco infinitamente. En mi auto decido cambiar el rumbo hacia el lago Lover's, deseo ver el atardecer. Pero antes me detengo en la gasolinera, hago una llamada a casa para decirle a Wayne que tardaré en llegar para que no se preocupe y finalmente compro algunas cervezas, cigarrillos y chocolates, fue por muchos momentos una combinación perfecta entre Eddie y yo.