𝟬𝟮

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Taehyung despertó con una sensación extraña en todo su cuerpo

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Taehyung despertó con una sensación extraña en todo su cuerpo. Sentía un ardor en su boca, un dolor punzante en su espalda y su trasero, como si hubiera sido mordido y atacado por un animal salvaje. Se sentía agotado, a pesar de haber dormido más de lo habitual. Intentó moverse, pero un quejido se escapó de sus labios. Entonces, notó que había algo que lo sujetaba por la cintura, una mano grande y firme que le impedía escapar. Esto lo asustó y dirigió su vista hacia abajo, pero lo que vio lo dejó helado. Era un brazo tatuado, lleno de dibujos y letras que tanto conocía, el brazo de Jungkook. Eso lo alivió por un momento, pensando que quizás solo se habían quedado dormidos juntos después de una noche de fiesta. Pero luego sintió el calor corporal de Jeon y se sentía algo expuesto. Y eso lo aterrorizó. ¿Qué habían hecho? ¿Cómo habían terminado así? Sin pensarlo dos veces, gritó como si lo hubieran apuñalado, rodando por la cama y cayendo al suelo con un golpe seco. Su grito despertó a Jungkook, que se levantó de un salto, preocupado por lo que pudiera haber pasado. Pensó que tal vez alguien había entrado a robar, o que Taehyung había tenido una pesadilla. Pero cuando vio la escena que se presentaba ante sus ojos, se quedó sin habla, sin poder creer lo que veía. Taehyung estaba desnudo, envuelto de la cintura para abajo, con la sábana de la cama, y él estaba encima de la misma, con solo un bóxer cubriendo su cuerpo. 

——Mierda. —Dijeron los dos al mismo tiempo.

—Eh, a-ahora hablamos— balbuceó Taehyung, levantándose con esfuerzo del suelo y corriendo hacia el baño —. ¡Mierda, mierda, mierda y más mierda!

Taehyung se quedó paralizado al ver su reflejo en el espejo. Su cuerpo estaba lleno de marcas de dientes, de las manos de Jungkook y chupetones, pero había una que le llamó especialmente la atención. En su cuello, justo sobre la glándula de olor, había una profunda mordida que le hacía sentir un escalofrío. ¿Qué demonios había pasado la noche anterior?

Sin pensarlo dos veces, se puso una camisa a toda prisa y salió disparado de su habitación. Tenía que hablar con el responsable de aquello, y no iba a ser una conversación agradable. Siguió caminando hasta llegar a la puerta de Jungkook, su amigo y compañero de piso. Entró sin llamar y lo encontró solo con un pantalón gris, con el pelo mojado y una toalla alrededor del cuello.

—¡Jeon Jungkook! —gritó Taehyung, acomodándose la camisa a toda prisa, para ocultar las evidencias de lo que había ocurrido la noche anterior—. Me podrías explicar que mierda es esto. —exigió, mostrándole la mordida de su cuello.

Jungkook se sobresaltó al verlo y se llevó la mano a la boca, tratando de ocultar una sonrisa nerviosa. Jeon se quedó sin palabras. Sabía que había metido la pata, pero el lobo en su interior se movía de un lado a otro sin evitar sentirse orgulloso de haber marcado a su Taehyung. Espera, dijo su imposible.

—Una mordida —respondió, con voz inocente.

—¡Sí, una maldita mordida, una marca! ¡Te voy a matar, Jeon Jungkook! —bramó Taehyung, acercándose a él con fuerzas con la intención de golpearlo, sintiendo una mezcla de rabia, miedo y vergüenza. ¿Cómo había pasado eso?

Jungkook retrocedió, tratando de calmarlo.

—¿Ya no soy más kook? —preguntó, con un puchero. Le gustaba que Taehyung le llamara así, con cariño. Pero ahora el menor le miraba con enojo. —Bueno, perdón, no te enojes, de seguro se va en unos días, eres un alfa. —Trató de tranquilizar al Menor. Aunque él también estaba asustado. Sentir el enojo de Taehyung no lo tranquilizaba para nada, pero al menos uno tenía que verse tranquilo, ¿cierto?

—¡Ay! Espera, es verdad, soy un alfa. —dijo Taehyung, soltando una risa nerviosa. Era una ironía que él, siendo un alfa, hubiera sido marcado por otro alfa. Eso no era normal. Los alfas eran los que marcaban, no los que eran marcados.

—Sí, exacto. Me gritaste por nada. —dijo Jungkook, tratando de restarle importancia al asunto.

—No empieces, Jeon. Cállate mejor si no quieres ser castrado. —Bramó Taehyung, con una mirada amenazante al mayor, el cual solo alzó las manos en son de paz y no dijo más nada. Sabía que había ido demasiado lejos, que había actuado por instinto, sin pensar en las consecuencias. Pero por alguna razón no se arrepentía de haber marcado a Taehyung. —Eso pensé. —dijo Taehyung, cruzándose de brazos. Estaba confundido, no sabía qué hacer.

—Entonces, ¿todo bien? ¿Verdad? —Preguntó Jungkook distrayendo a Taehyung, quien solo asintió y salió de la habitación. 

Jungkook se tiró a su cama viendo el techo, como si fuera lo más interesante del mundo. 

¡Carajo!, pensó, ¿qué mierda hice? Solo es una herida, solo es una herida. No sobre pienses las cosas, pero y si de verdad lo marqué, no, no, no, eso es imposible. ¿O debería decir improbable? ¡No! No pienses en eso, Jeon Jungkook, distráete, distráete. Mejor voy a jugar, ¡sí! Eso, vamos a jugar. 

Dicho y hecho, se fue a la sala, prendió el televisor, la consola, agarro el control remoto y sus audífonos. Comenzando a jugar, cualquier cosa le serviría ahora, pasaron horas y horas, no, mentira, no sabe cuanto tiempo paso cuando sintió que era llamado, Taehyung había hecho algo para cenar, ya que no sabía si en esos 4 días habían comido bien. 

Apagó todo y se dirigió al comedor, sentándose al lado de Taehyung como era costumbre, aunque esta vez el ambiente se sentía pesado e incómodo. Había un silencio tortuoso, no como siempre, que había una conversación tonta pero amena. Jeon carraspeó y decidió hablar. 

—¿Te sientes mejor?—preguntó. 

—Sí, me siento algo adolorido, pero nada del otro mundo, supongo. Oye... Eh, tú... ¿Tú recuerdas algo?—se atrevió a preguntar Taehyung para resolver esa incógnita. 

—Mm, no, ¿por qué? ¿Tú recuerdas?

—No, nada. Solo te preguntaba por qué se me hace raro que tú también hayas entrado en celo, se supone que solo un omega podría inducirte el celo— respondió con algo de duda Taehyung. 

—No lo sé, supongo que fue el exceso de feromonas, a menos que seas un omega fingiendo ser Alfa. —Bromeó, broma que no hizo reír a Taehyung. 

—¿Crees que soy un omega? No, eso es imposible, he vivido toda mi vida como un alfa —habló Taehyung entrando en una especie de pánico —. Es imposible que se hayan equivocado al hacerme la prueba, la hicieron tres veces, ¡tres! Por qué, según, no tenía apariencia ni nada de Alfa y siempre salía lo mismo. Soy un alfa, debo ser un alfa. —Decía rápidamente el menor con lágrimas amenazando con salir, no sabía por qué, pero estaba más sensible de lo usual, él no sabía nada.

—Taehyung, Tae, ¡Taehyung, cálmate! —Jeon, al ver que el menor no se calmaba, lo besó. Taehyung se dejó llevar hasta que reaccionó y se alejó. 

—Te dije que no me volvieras a besar. —dijo Taehyung en un susurro. 

— Y yo que no prometía nada. Además, eso fue hace mucho. 

— Claro que no, fue en tu último celo. 

— No me acuerdo, y como dijimos ayudarnos en el celo del otro no es nada, no sé por qué te pones así, no es la primera vez que pasamos el celo del otro juntos. —dijo Jungkook mirando al contrario a los ojos. 

— Me pongo así, porque es la primera vez que el celo te viene porque me vino a mí, o sea, por mis putas feromonas, Jeon, eso es raro, pero como eres un idiota, no piensas. —Trato de explicar Taehyung sin alterarse. 

— Primero no soy un idiota, segundo eso de seguro tiene una explicación, creo que te estás preocupando por nada.

—Pues yo no creo eso. —dijo, levantándose para ir a su habitación. 

— ¡No has terminado de comer!—gritó Jungkook. 

— ¡Se me quito el apetito! —gritó igualmente desde su habitación. 

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