Capítulo 08

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         Un mes sin saber de él

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         Un mes sin saber de él. Lo prefería. Alguna vez, Yoongi lo miraba escrutador. ¿Qué pensaba Yoongi de él? Sonreía, y Yoongi correspondía a su sonrisa como diciendo: «Estoy aquí, siempre estaré aquí como si fuera tu padre, para defenderte y ampararte». Pero no era suficiente Yoongi para defenderlo de aquello. Tenía que defenderse él mismo.

Aquella noche cruzaba una calle con sus hermanos de la mano. Vio a la gente aglomerada ante un teatro.

—Hay un estreno de gala —dijo alguien a su lado.

Intentó caminar, pero Hyejin apretó su mano.

—Aguarda, Taehyung —susurró la chiquilla—. Me gusta ver a la gente tan elegante.

Aguardó, como pedía la niña. No por curiosidad. Él no era curioso. Por complacer a su hermana. Los autos se alineaban a lo largo de la suntuosa calle, al otro extremo de esta, teniendo enfrente el teatro. Personas elegantísimas, ataviadas con trajes de noche las mujeres, luciendo joyas que refulgían en la noche. De etiqueta los hombres, con sus pecheras almidonadas, algunas con botonaduras de perlas, descendían de los autos. Atravesaban la calle, cogidas las damas del brazo de sus caballeros, y sonrientes, ajenas al gentío que los observaba con envidia o nostalgia, penetraban en el teatro, pasando ante los porteros galoneados, sin fijarse siquiera en ellos.

—¡Qué bonito, qué bonito…! —decía Hyejin, entusiasmada—. ¿Te has fijado, Tae, qué elegantes van todos? ¿Qué hay hoy ahí dentro?

—Opera —replicó, casi sin abrir los labios.

Confundido entre la gente, miraba a su vez. Pero no con la avidez de los demás. Él se sentía muy solo entre toda aquella gente. Un vacío inmenso parecía surgir en su cerebro, pero aquella vaciedad no le impedía ver a los que entraban.

Y de súbito sus labios se estremecieron perceptiblemente. Un «Fiat» de elegante línea y color negro, se detuvo en el estacionamiento, y un hombre saltó al suelo Vestía de etiqueta. Su incipiente calva relucía en la noche. Aquel hombre que evocó en Taehyung recuerdos ingratísimos, dio la vuelta al auto y abrió la portezuela, para ayudar a descender una elegante muchacha. Por otra portezuela salió su amigo. Namjoon… Y otra mujer. Ellas vestían trajes de noche deslumbrantes. Cubrían sus hombros desnudos con una capa recamada.

Se estremeció. Hyejin le miró un tanto asustada.

—¿Te pones mala, Taehyung?

—No… —titubeó—. No, mi vida. Pero… vamos a marchar.

—Aguarda un poquitín.

Aguardaba. Seguía mirando. Jungkook pasó ante él sin fijarse en su existencia allí. Un mes sin verle… Un mes era mucho tiempo para él. Dominó su horrible amargura. Apretó la mano de Jimin, que permanecía callado a su lado, perdidos los tres entre el gentío. Jungkook pasó riendo, dando el brazo a la joven de porte elegantísimo, que lo miraba embobada. «Su novia, seguro. O quizá su esposa. Tal vez se haya casado ya. La besará como me besaba a mí. Sus manos pecarán en el cuerpo femenino como pecaron en el mío varonil».

𝐎𝐝𝐢𝐨𝐬𝐚 𝐄𝐬𝐜𝐥𝐚𝐯𝐢𝐭𝐮𝐝 ✿𝆬кσσктαєWhere stories live. Discover now