𝐒𝐓𝐀𝐑𝐑𝐘 𝐒𝐊𝐘 - 911 [Eddie Díaz]

43 - Secreto II

911 | S6 – E14

—¿Qué? El terapeuta dijo que debo investigar antes de atacar, y así lo hice —dijo mientras se sobaba la mano.

Un guardia del lugar se acercó a ellos y lo detuve.

—Oye, soy oficial de policía, yo me los llevaré y no harán más problemas —él hombre asintió y mi papá, Eddie quien se tapaba el ojo y la mujer salieron del bar.

—¿Eres policía en serio? —preguntó la mujer, que ahora que la veo es linda.

—Sí, y te recomiendo retirarte, estoy aguantando mucha ira desde hace tiempo —dije, ella asintió y se fue. Miré a Eddie y este negó con la cabeza, iba a hablar cuando puse mi mano delante de él—. Ve por tu auto y vete a casa, yo iré después, tengo que llevar a mi papá al lugar donde se aloja.

—¿Qué? —dijo mi papá—. ¡Lo acabas de pillar!

—Owen Strand, ve al maldito auto antes de que me enoje en serio —dije, mi papá se fue al auto y miré a Eddie—. Tu igual, ya te dije lo que debes hacer.

Me fui al auto, subí en la parte del volante y conduje hasta la casa de mi tío Robert.

—Hija, en verdad creo que...

—Papá, por favor, intento no explotar.

—Te amo —dijo al bajarse del auto.

—Yo también, mete esa mano en hielo.

Conduje a casa y cuando me estacioné vi la camioneta ya estacionada, apagué el motor y sentí pánico, no quería bajar, pero lo hice.

Entré a la casa y vi a Eddie en la sala, tenía hielo en el ojo.

—¿Christopher?

—Carla me vio y se lo llevó. Esperanza duerme en la habitación —dijo él. Entonces se puso en pie para acercarse a mí e instintivamente lo distancié con la mano.

—Dime lo que sucedió, te escucho —dije al sentarme en el sofá, él se sentó a mi lado.

—Bien, yo... Tía Pepa insistió en que tenía que hablar con Verónica porque ella es la mejor en su trabajo, por eso me reuní con ella en el bar.

—¿Qué trabajo hace? —pregunté al verlo.

—No puedo decirlo —dijo.

—Mi padre piensa que me estás engañando, y yo me siento tan estúpida —dije al verlo—. Sé que no me engañas, no eres así, pero admito que todo esto del secretito me está haciendo sentir tan enferma que no puedo... Sé que todos a mi alrededor saben lo que escondes, y me mienten en la cara y yo siento que no sé qué pensar.

—Teresa, eres la mujer que amo —dijo él al verme y tomar mis manos.

—Yo también te amo, pero creo que al final tu secreto está arruinando todo, porque siento más ira que amor ahora —dije—. Me voy a mi casa.

—Esta es tu casa —dijo Eddie, negué.

—No me siento así ahora —dije, me levanté y fui a la habitación donde tomé a Esperanza en brazos, le di un beso y la dejé en la cuna. Tomé una chaqueta más gruesa y salí a la sala—. Mañana vuelvo, cuando vayas al trabajo.

Salí y me subí a mi auto, conduje a la casa donde antes vivía, por supuesto como hace meses no vivía ahí estaba llena de polvo, pero con solo sacudir el sofá bastó para que durmiese ahí como el primer día que llegué de New York.

A la mañana siguiente me fui a casa de Eddie a las 7, así que cuando entré él no estaba ni Chris, pues estaba en la escuela. Vi a Esperanza en su cuna ya despierta y la atendí.