Desolación

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Hoy es navidad. Yo morí hace poco. Estoy bien con eso y me gusta creer que es parte de la vida, a la mitad de mi familia la mataron y la otra mitad desconozco su paradero, fueron a buscar comida y terminaron lejos o algunos muertos por el hambre.

Desconozco la razón por la cual todas las ratas padecemos de hambre y creo que es un poco lógico de pensar que es una necesidad y que necesitamos comer para estar bien, la cosa es que cuando no tienes esa necesidad saciada, tu mente comienza a entrar en un estado de locura que te vuelve "salvaje" quieres asesinar a los de tu propia especie para llevarte algo a la boca o simplemente encontrar desde un basurero hasta un hogar con deliciosa comida que obviamente no vas a poder tomar, pero oye ¡La experiencia es realmente impactante! Asustas a todas esas personas obesas con sus bocas repletas de comida mientras corres por tu vida y te diviertes un rato viendo a sus estómagos rebotar por el terror que causa tu presencia cuando en realidad tu solo tienes... hambre.

Es complicado ser una rata y creo que la muerte es lo mejor que te puede pasar cuando padeces de hambruna donde sea que vayas. Mi motivo con esto no es dar pena o que tengas misericordia porque ya estoy muerta ¿De qué me serviría? Mi punto es más bien contar un poco de quien se supone que fui, que lugares visité y como me sentí al respecto.

Empezando por el principio como ya habíamos dicho, hoy es navidad, un momento donde muchos de los humanos se reúnen y festejan que pudieron estar juntos por un año más. La segunda navidad que yo viví recuerdo que salí de la alcantarilla y en busca de comida encontré a un cachorro que estaba amarrado en el jardín de un hogar con un plato lleno de comida, con agua helada y temblando terriblemente, lloraba en silencio y gemía de dolor por el frío. Yo tomé un poco de su comida y me fui, ese día no entendí nada, el perro lloraba y las personas festejaban su "unión" en una mesa donde estaban todos juntos con una chimenea y muchas luces que aparentaban dar calor, mientras que aquel perrito moría por dentro, ni siquiera le importe, y si yo en ese momento hubiese tenido la fuerza para llevarme ese plato con comida para todas las ratas que yo conocía, estoy casi seguro que al perro no le hubiera importado en lo absoluto, él sólo quería entrar y dar la pata o dar lengüetazos o simplemente estar a lado de la fogata, a él no le importaba la comida, y yo no entendía eso, quise suponer que ya había comido y me fui.

Al otro día regresé por más comida, ya era de día y aún así me arriesgué. El perrito no se movía y unas pequeñas lágrimas congeladas brotaban de sus ojos, parecía que ya no respiraba, la comida y el agua estaban congeladas. Su nariz estaba tiesa y sus patitas solo anunciaban lo peor: Murió.

No quise y tampoco pude comprenderlo, era una pequeña rata con hambre y ver que aquella bestia estaba en un lugar mejor, para mí era una oportunidad y me duele decirlo ahora, pero ¿Qué tan jodido está el mundo visto desde mis ojos? La verdad es que esto era el paraíso para mí: Un perro muerto de frío con comida apenas digerible y un agua que parecía pista de hielo ¡Díos mío! ¡Yo presencié el paraíso ese día! y que tan mal me sentí cuando regresaba cada noche a ese mismo lugar y el perro seguía en cama con las lágrimas en los ojos, la piel putrefacta, el cuerpo totalmente tieso y la comida ya ni siquiera era digerible ¡Estaba congelada! Ese día decidí entrar a esa casa como fuese posible y arruinar todo la maldita casa, entré e hice lo posible por comer todo lo que pude hasta que se dieran cuenta que ahí estaba, para mí sorpresa... Tenían un cachorro y venía a toda velocidad a matarme, los dueños estaban orgullosos, pero al final logré mi cometido, salí por la puerta que daba al patio y el perro corrió tras de mí y los señores también. Por fin vieron al pobre perro.

En ese momento me llené de rabia. ¿Llanto desconsolado? ¡¿Es en serio?! En ese momento comprendí que la comida no lo es todo, sin embargo, la necesitaba y quise entender cuál era la lección en todo esto, realmente no había y sólo quise entender que debía buscar comida en otra parte donde no hubiese seres vivos sufriendo.

Yo quería comer y era todo.

Crónicas de una rata muertaWhere stories live. Discover now