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BL / infidelidad / Yuuji es un doncel / Sukuna solo quiere matar a alguien, y quizá comerse ese helado que hay en la nevera / Nobara sabia que no debia botar el muñeco de Satoru que tenia guardado / Megumi guarda a Mahoraga por favor / Chōsō es un hermano celoso, Satoru debe andar con cuidado.

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Había pasado una semana desde el incidente con Satoru y Yuuji se sentía absolutamente miserable.

Sus amigos, Megumi y Nobara habían decidido de forma unanime solicitarle de forma amable (amenazar) a Nanami que Itadori se quedara en su departamento, alegando que era el único lugar donde más se sentiria seguro contra el constante acoso del hechicero mayor.

Por más que querían no lo podían dejar con Chōsō, el hombre mataría a Gojo en cuanto lo viera y Yuuji no quería eso, por más que se lo mereciera.

La doctora Shōko había ido cada dos días al departamento del rubio por petición del mismo, aquello para monitorear que aquel estado anímico no afectara de forma negativa al feto en desarrollo.

Por otro lado, el profesor Getō le mandó dos mensajes, el primero un día después del incidente para preguntarle su estado, el último hace dos días prometiendole que lo visitaría a la vuelta de su misión más reciente, sin decirle nada a su amigo.

(Más tarde se enteraría que golpeó a su amigo y dejó que su dragón arcoiris lo sostuviera de cabeza por lo que parecieron horas,  no queria saber como fue que el pelinegro logró tal azaña, pero se sabía que el albino tenía una debilidad por su mejor amigo.

Al igual que solía tenerla por él.)

Un suspiro dejó sus labios mientras se sentaba en aquella cama de la habitación de invitados, fijando la mirada en el piso sin querer ver la falta de personalización al rededor.

No habían fotos de ellos colgando en cuadros de las paredes, no había un celular con fondo de pantalla de ambos aquel día que fueron a la playa y una ola arrastró a Satoru luego de tropezar con una piedra. No había una puerta a un baño con dos cepillos de dientes.

Simplemente no había nada que le hacía pensar en ese lugar como su hogar.

Pasó el dorso de su mano por sus ojos para quitar agresivamente las lagrimas que se formaron a tiempo que escuchaba la puerta siendo abierta con delicadeza, como si fuera un animal salvaje herido que necesitaba máximo cuidado.

Que patético.

-Hola, Itadori-Kun

-Nanamin -Fue su único reconocimiento al hombre que había entrado.

Odiaba lo débil que sonaba, no era como él. Últimamente no se sentía cómodo por como estaba actuando,  pero no encontraba las fuerzas para continuar sonriendo normalmente.

-El desayuno está listo, Sukuna va a deborar el refrigerador mientras más te demores.

Una risa quebrada salió de sus labios, la mención de sukuna extrañamente lo hacía sentir mejor.

El hecho que Sukuna se pudiera separar de su cuerpo era un secreto celosamente guardado entre su pequeño círculo. (Es decir: Nobara, Megumi, Satoru, Nanami y Chōsō). Lo habían descubierto luego de ingerir el décimo dedo hace un año, luego de recuperar los recuerdos de aquella lejana vida donde ambos eran hermanos y lo mataron por codicia.

Mi (in)feliz espera. (Goyū)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora