03:00

995 112 11
                                    

BL / infidelidad / Yūji es un doncel / Chōsō quiere cometer asesinato / Yūji solo quiere tener un día tranquilo / Satoru es una pequeña mierda / Nanami quiere comer tranquilo y que lo dejen en paz

𓂃 ࣪˖ ִֶָ𐀔

-¿Todo bien este ultimo mes, Yūji?

-Si

Yūji se encontraba en consulta con la doctora Shōko, habían transcurrido dos meses desde aquel incidente e Itadori se sentía mejor que nunca.

Había costado bastante, pero poco a poco volvió a tener aquella brillante sonrisa en su rostro que tanto le caracterizaba, estaba disfrutando más cada momento de su embarazo y sus amigos y familia lo apoyaban en todo lo que podían.

Chōsō había llegado junto a Yuki dos días después de la visita sorpresa del lider Gojō, no hace falta decir que estuvo a nada de buscar él mismo al hechicero y perforarle el hígado (Sukuna estaba de acuerdo, para sorpresa de nadie) y Nanami dijo que estaba bien siempre que no mancharan la alfombra con sangre, ya que era dificil de limpiar. (Para sorpresa de todos)

Fue reconfortante tener a su familia junto a él en estos momentos, mientras que sus amigos eran una bomba de energia donde fuese, sus dos hermanos eran una brisa fresca en donde se refugiaba cuando sentia que las emociones amenazaban por consumirlo.

Chōsō lo felicitó por su autocontrol cuando escuchó por boca de Sukuna como no se dejó mostrar débil frente a la rata albina, como le gusta llamarlo. Lo felicitó por mostrarse fuerte, pero le recalcó que era bueno llorar cuando sentía que no podía más. Y ahí entre los brazos de la media maldición, y el ojo desinteresado pero vigilante de la maldición,  se dejó sentir completamente.

Lloro por lo que perdió, por la vida que había imaginado y se desvaneció en una noche, y lloró por un hijo de nacería sin que sus padres estén juntos. Que crecería en una familia que no merecía.

Luego de ese día algo cambió, se levantó y decidió que no podía seguir sintiendose mal por alguien que no le importó nada más que su propio placer carnal. No era solamente él quien sufria sus penas, su hijo no merecía experimentar eso.

Sus días volvieron a ser más felices, la sonrisa que se perdió durante dos semanas volvió más brillante que nunca. Comenzó a asistir a terapia por recomendación de Nanami (en realidad se lo ordenó, pero no les gusta mencionar esa parte) y buscó talleres de maternidad enfocado en el proceso que viven los donceles.

Pero cuando llegaba la noche, bajo el ojo vigilante de la Luna a lo alto del cielo, se sentaba en el balcón durante una hora. Una manta envuelta en sus hombros para darle calor, y su mente viajando por lugares lejanos, donde todo era más feliz.

"Prometo protegerte de todo aquel que intente hacerte daño."

No lo pudo proteger de él.

---

-Yūji, te juro que si no sales en los próximos cinco segundos...-se podía observar una vena hinchada en el cuello de Chōso mientras Yuki, a su lado, trataba de aguantar la risa lo mejor que podía.

Estaba hace diez minutos esperando que Yūji saliera de su cuarto.

En su cuarto mes de embarazo era enorme, estaba en aquel punto donde sentía que todo estaba apretado y aquello le deprimía. Sukuna salía voluntariamente de su cuerpo en aquellas ocasiones alegando que no estaba listo para "aguantar esta mierda, te dejo el resto." y se desviaba a la cocina para buscar su nueva obsesión, un pedazo de torta de chocolate.

-¡Ya salí! -pasos apresurados se escuchan desde dentro antes de que un pelirosa con una gran sonrisa abriese la puerta.

Nadie pudo enojarse luego de verlo.

Hoy prometieron un día fuera de casa, Chōsō y Nanami le dijeron que lo llevarían a un local de ramen bastante popular en la prefectura de Shinjuku, así que se encontraba emocionado. Sukuna fue obligado a ir (tomando en cuenta que compartían el mismo cuerpo) y prometió (bajo amenaza) mantener la calma toda la salida y no gritarle en el oído si hacía algo estúpido.

Tuvieron que hacer un voto vinculante al parecer.

Cuando llegaron todo era bullicioso, por lo que un poco cohibido tomó fuertemente la mano de Chōsō tratando de mantener su mente en tierra, mientras miraba al rededor tratando de encontrar la fuente de su inquietud. Sentía que algo ocurriría.

-Si ocurre algo en donde necesitemos luchar, nosotros nos encargaremos mientras Sukuna te esconde -un resoplido le sigue a esa declaración proveniente de la mejilla del pelirosa-.

Yūji asiente con la cabeza más tranquilo mientras suelta la mano de Chōsō, dispuesto a disfrutar el día de mejor manera.

Estaba mirando su celular mientras le mandaba un mensaje a Fushiguro y Kugisaki, prometiendoles una salida al cine en dos días, cuando siente una energía maldita conocida.

Y claramente no deseada.

Siente como la energía maldita de sus hermanos se agudizan, y Chōso apreta fuertemente su mano, tiene la sensación que sangrará en cualquier momento.

-Yūji...

Y ahí estaba, Gojō Satoru.

No se veía muy diferente a aquella última vez que lo vio, hace dos meses cuando decidió juntarse con el albino para mencionarle su embarazo y proximas responsabilidades. La venda cubria sus ojos y el uniforme de la escuela técnica de Tokio brillaba al contacto con el sol. Pero ya no sintió lo mismo.

Ahora ya no veía a su persona amada, a aquel que lo protegería de todos. A la persona en la que más podía confiar, a quien amaría en toda su vida.

Solo veía al lider del clan Gojō, el hechicero más poderoso y antiguo profesor.

Y no pudo estar más feliz de eso.

𓂃 ࣪˖ ִֶָ𐀔

Realmente siento que me estoy alargando, pero hay tantas cosas que quiero agregar a la historia antes de la recuperación completa de mi solecito TT

N/A: cuando Chōsō se enteró de lo que le ocurrió a Yūji, partió inmediatamente a la recidencia Gojō, obviamente no le permitieron la entrada pero dejó clara su amenaza a un deprimido lider. La próxima vez que lo viera junto a su preciado hermanito, lo mataría, aunque eso le costara la vida.

Nanami está cansado, a comparación de los estudiantes y maldiciones es él quien tiene que lidiar con Satoru en las reuniones mensuales. En el fondo quiere dañarlo para acabar con los interrogatorios. Pero se contiene y solo lo ignora. "Por favor,  Gojō-san, no te diré nada suelta mi brazo."

Realmente Satoru está en un estado de negación constante, no ha reflexionado sobre las cosas que hizo mal y lo que llevó a Yūji a terminar las cosas con él, solo está enfocado en tenerlo de regreso. "Vamos Shōko, sé que hice mal,  solo déjame ver el avance de mi hijo."

Mi (in)feliz espera. (Goyū)Where stories live. Discover now