El Chico Gato

...Aquí Estoy...

¿En qué momento se había separado del tonto espadachín? Sanji suspiró... ¡Hace dos minutos estaba caminando junto a él!, ¡Solo lo descuidó dos minutos! Solo para mirar y elegir un camino... ¡Solo dos minutos bastó para perderlo!

Una vena salto de su frente ya bastante fastidiado por la situación. Sacó el último cigarro de su cajetilla y lo encendió en un intentó de relajarse un poco, era una pérdida de tiempo pensar en el paradero del Marimo, en el fondo sabía que ese tonto espadachín se perdería...

Le dió una calada al cigarro, caminando por el estrecho pasillo dejando un rastro de humo y olor a tabaco, miró alrededor del pasillo, uno ridículamente largo sin una sola puerta y luces blancas que podían segar a cualquier persona.

Caminó tranquilo jugando con su encendedor en su mano derecha y mirando con cierta curiosidad las intensas luces del pasillo. Algo en todo eso le daba una mala corazonada.

Apartó el cigarro de sus labios y dejó caer la ceniza en el suelo. Había llegado al final del pasillo, con una única puerta de metal al fondo. La empujó lentamente, sin hacer mucho ruido, pensando en lo ridículamente pesadas que eran las puertas de esa fortaleza.

Lo primero que entró en la habitación fue el humo de su cigarro viajando por la inmensa habitación pintada de azul. Sus ojos se abrieron llenos de sorpresa al ver tantos aparatos, camillas, medicamentos y algunas jaulas...

Trago un poco de saliva nervioso, por lo que podrían hacer en esa extraña habitación.

Caminó con cautela, mirando las aparatosas máquinas y las camillas con correas que estaban llenas de manchas extrañas. Sanji suspiró, levantó una ceja lleno de curiosidad y pasó las yemas de sus dedos por las correas de la camilla y su cuerpo se congeló en un solo instante. Dejó caer su cigarro al suelo, recorriendo el cuero de las correas, sintiendo un líquido tibio manchando sus dedos. Miró con cuidado sus dedos notando una ligera mancha de sangre, aún estaba algo tibia y bastante fresca. Más de mil escenarios se cruzaron en su cabeza... ¿A eso se refería Zoro? ¡¿Donde estaba ___________?!

Volteó al escuchar la voz del chico gato, saliendo de sus ideas fatalistas, un pequeño grado de alivio llegó a su cuerpo, no obstante, un escalofrío recorrió su cuerpo de pies a cabeza y de regreso. Sus pasos lo llevaron a una puerta, una aún más fortificada que la anterior, desde el interior podía escuchar la voz del chico gato, la voz quebrada de su amigo que lo congeló un instante frente a esa puerta.

Empujó la puerta que estaba entreabierta. No era tan pesada como aparentaba. Asomó su cabeza con temor a ver algo que no le gustaría y solo pudo ver a varios hombres en batas blancas, mirando un enorme monitor en la pared. Sanji se aferró a la puerta, su mirada se oscureció al ver la pantalla.

Sintió una dolorosa punzada en su pecho y mordió su labio para evitar perder la compostura en ese momento.

Pues en ese monitor, podía ver qué estaba proyectado lo que era claramente ____________, atado a esa camilla con las correas que sostuvo en sus manos. Esa era su sangre... ¿Las correas estaban tan apretadas como para hacerlo sangrar? Desvió la mirada cerrando sus ojos, no podia seguir viendo como torturaban a su amigo....

Suspiró una vez más... Acomodó su traje y aún con el encendedor en su mano, decidió que no se quedaría de brazos cruzados...

—Caballeros....— Encendió la mecha del encendedor —¿No tendrán un cigarro entre sus pertenencias?

Todos voltearon a ver al rubio que exigía un cigarro.

Zoro estaba a nada de volver a cortar la pared al sentir que no llegaba a ningún lado. ¿Dónde mierda estaba el cocinero? ¡Se supone que lo llevaría a la habitación azul para salvar a ____________, ya estaba harto de la situación. Estaba molesto, ansioso y preocupado, no le gustaba sentir todo eso, mucho menos al mismo tiempo. Lo hacían sentir... Débil...

Zoro suspiró, ese gato lo hacía perder el control y se lo haría saber en cuanto estuviera frente a él... Si... si tan solo supiera en donde está...

Golpeó una de las tantas celdas de la habitación. ¡¿Donde carajos estaba?! ¿Por qué había tantas jaulas en esa habitación? Era ridículo. Sacó su katana y sin pensarlo mucho cortó la pared frente a el. ¡El cocinero podría meterse su opinión por donde quisiera! El seguiría cortando las paredes, así el edificio se caiga a pedazos.

Atravesó la pared y mientras los escombros de la pared caían y la nube de polvo se dispersaba por el lugar, Zoro lo vio... Vio esos ojos verdes afilados que le hacían la vida imposible dentro del barco.

Corrió sin pensarlo dos veces tomando entre sus manos los barrotes de la jaula para poder ver a ___________.

—¡Te encontré!— alzó la voz lleno de alivio.

Los ojos verdes del chico miraron a Zoro, podía verlo perfectamente, su cabello verde, sus tres katanas y sus ojos grises que lo miraban con gran alivio. ¡Quería moverse! ¡Gritar de alegría al ver qué el espadachín si fue a rescatarlo!

Pero no pudo hacerlo... Su voz no salía. Quería levantarse y caminar hacia el... pero su cuerpo le dolía tanto que ni siquiera pudo levantarse del suelo.

—Zoro...— su voz se escuchaba débil, casi como un susurro.

—Si, Soy yo...— Zoro estaba a punto de cortar los barrotes de la jaula.

—Zoro...— habló más fuerte —Vete de aquí...

¿Qué pensaron?
¡Este ya se murió!
Y ojalá hubiera sido eso...
🤧

¡Pero no sé librarán tan fácil de mi!
¡Soy como una cucaracha, no muero, me multiplico!

Pasando los avisos parroquiales, ¿les gustó el capítulo?
Porque la universidad me consume mucho tiempo y estoy considerando volverme el loquito del centro...
🤔

...X somos chavos...

Solo les aviso que está historia está a dos o tres capítulos de terminar.

Pero tengo como mil borradores de fanfics de One Piece.

¿Les gustaría leer otro de mis fanfics?

Si soy
🥺