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—Ya recogí el anillo, Jimin —le informa Woobin sin verlo a la cara—. Estaré afuera si me necesitas —salió con rapidez.

El alfa exhala con profundidad, diciendo que tiene todas las cartas a su favor y no hay absolutamente nada que pueda salir mal.

"Tengo que regresar a NY mañana"

Excepto eso.

Lee el mensaje una y otra vez, quiere gritar y romper algo porque ahora tiene que llevar a cabo su plan esa noche (los nervios regresan y de repente el collar de la camisa le aprieta). Sobrevivió al resto de la jornada entre manos temblorosas y suspiros nerviosos, pero al final del día está listo para irse al apartamento que comparte con su omega y la cajita de terciopelo le quema en el saco.

(—Quiero darte algo, Jimin—le dice su abuelo en la cama del hospital, con voz débil y cansada.

El alfa se acerca a Sunhyung mientras con todas sus fuerzas para no llorar.

—Es un regalo—le muestra un anillo dorado, con garabatos y una piedra roja cuadrada. — Quiero que lo tengas tú —se lo pone en la palma. — Es muy importante para mí, muchacho, mi padre me lo obsequió y ahora te lo doy a ti.

Siente como el corazón se le estruja en el pecho.

—Estoy orgulloso de ti, Jimin, por eso te lo estoy dando a ti y no a tu padre —le aprieta la mano con la poca fuerza que tiene. — Eres muy valiente, mi muchacho —dice refiriéndose a las atrocidades que ha visto y vivido, no necesita explicar aquella última frase, Jimin entiende exactamente porqué lo dijo.)

Se aparca al edificio y le manda un mensaje al omega para que baje. Un simple "vamos a McDonalds. te espero abajo", pero efectivo. Baja el vidrio del auto y enciende un cigarro para calmarse. Parece ser que ni la nicotina lo ayuda, sus manos aún se sacuden en pequeños espasmos, pero en cuanto sus ojos se posan en Jungkook todo tiene sentido y la caja de terciopelo le vuelve a quemar en el saco. Pero ya no siente miedo y un simple vistazo a los ojos del omega le bastan para tranquilizarse y asegurarle que está por hacer lo correcto.

[...]

—¿Ya me puedo quitar la venda? —medio gritó el omega— ¡Y los audífonos! Alto ¿por qué huele a palomitas? ¿Estamos en el cine? —pregunta

Jimin le quita primero los AirPods y observa a Jungkook fruncir el ceño, mientras escucha los ruidos.

—¿A qué clase de McDonalds...? —no termina de hablar cuando el alfa le quita la venda y se queda mudo al entender en donde estaban

Una feria.

Las luces del carrusel y la música es lo primero que nota, luego los juegos de tiro y un puesto de helados.

—¿Por qué?

—Mañana regresas a trabajar —se encogió de hombros. —Pensé que sería un buen detalle hacer algo romántico antes de que te vayas.

Jungkook está confundido porque sus últimas han sido cosas normales desde que regresaron de Italia, hacía unos tres meses, como cenas en restaurantes caros, uno que otro concierto y exposiciones de fotografías. O las otras citas que Jungkook ama: comida china mientras ven comedias románticas. Pero aquella feria le recuerda a su primera cita y aunque sean seis años más grandes, las mariposas siguen ahí y el lugar les recuerda eso.

Entran al lugar e inmediatamente Jungkook es arrastrado a un puesto de tiro.

—¿Ahora tú vas a ganarme un peluche? —pregunta recordando el dinosaurio

—Así es, bonito—toma una pelota. — ¿Cuánto por ese? —señala un oso

—Todos los bolos—responde el señor de la cabina.

Fire on fire [Jikook adap]Where stories live. Discover now