Cap 23°Espada ensangrentada°

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Al abrir los ojos, me encontré envuelta en una suave bruma matinal, con los rayos del sol filtrándose entre las ramas de los árboles que se alzaban a nuestro alrededor. La frescura del aire acariciaba mi rostro, y el murmullo de un arroyo cercano se mezclaba con los sonidos de la naturaleza que se despertaba a nuestro alrededor. Mis sentidos se ajustaron lentamente, y pude percibir la firmeza de las manos de Brienne que aún me sostenían. Al girar la cabeza, vi el rostro sereno de Brienne, con sus ojos fijos en el horizonte y escuché las pisadas que resonaban a nuestro alrededor, y supe que habían estado caminando todo este tiempo.

La presencia de Lysander se hizo evidente cuando escuché su voz cordial romper el silencio del bosque. "Buenos días, su alteza", saludó Lysander con un tono respetuoso. Mi atención se desvió hacia él, y pude notar la expresión preocupada que adornaba su rostro mientras Brienne seguía caminando cargándome en su espalda "Buenos días. ¿Dónde estamos?", pregunté, sintiendo cómo la curiosidad se apoderaba de mí.

"Estamos cerca. Si seguimos así, podremos llegar en unas horas", respondió Lysander, indicando que habían recorrido una considerable distancia mientras yo reposaba. Asentí, agradeciendo internamente el progreso que habían logrado durante mi descanso.

La voz de Brienne, lleno el aire de cálida preocupación que resonó a mi lado. "¿Descansaste bien?", preguntó mientras continuábamos avanzando y su cercanía irradiaba seguridad y tranquilidad. "Sí, gracias. Ya puedes bajarme", dije con suavidad, indicándole que apreciaba su gesto protector. Brienne obedeció, y mientras mis pies tocaban nuevamente tierra firme, una mano suave acarició mi rostro con ternura.

El crepúsculo se extendía por el horizonte, pintando el cielo con tonos cálidos y violetas que se mezclaban en una paleta celestial. Las sombras danzaban entre los árboles mientras continuábamos nuestro viaje, los últimos rayos del sol acariciaban el follaje, proyectando destellos dorados en nuestro camino. La frescura del aire se apoderaba de la escena, llevándose consigo la agitación del día. Mis ojos se posaron en el rostro fatigado de aquellos que caminaban a mi lado. Lysander, con su mirada leal, intentaba ocultar el cansancio que se reflejaba en sus ojos, mientras Gareth, a pesar de su animado semblante, dejaba entrever señales de agotamiento. Brienne, con su nobleza silenciosa, mantenía la compostura, pero su andar revelaba el esfuerzo sostenido.

"Porque no descansan al anochecer, han estado caminando mucho tiempo", expresé, observando la fatiga que intentaban disimular. Un suspiro colectivo pareció escapar de nuestros labios, como si mis palabras hubieran reconocido la realidad que todos compartíamos.

"No se preocupe, mi señora, yo estoy bien", aseguró Lysander con una sonrisa, su mirada dirigida hacia el rostro animado de Gareth, quien asentía con determinación. "Yo tampoco tengo problema", agregó Gareth, con su voz firme. "Está bien... entiendo que quieren llegar pronto... pero entonces, cuando lleguemos al castillo, por lo menos tendrán una semana entera de descanso", anuncié en tono de orden, desafiando la resistencia que podía percibir en sus expresiones. Brienne me sonrió con complicidad, sabiendo que no cedería fácilmente.

Así, continuamos avanzando, un pequeño grupo resistiendo la fatiga y el hambre que se iba haciendo más evidente con cada paso. La oscuridad se cernía sobre nosotros, el firmamento salpicado de estrellas que brillaban como destellos de esperanza en la negrura de la noche. El bosque se volvía un laberinto de sombras, pero la luz de la luna se filtraba entre las ramas, iluminando nuestro camino. Fue entonces cuando la voz de Gareth rompió la quietud de la noche. "Por aquí... miren, allí está", indicó, señalando con entusiasmo el horizonte. Al seguir su gesto, descubrimos la silueta imponente de mi castillo y las luces del pueblo destellaban como luciérnagas, ofreciendo un faro de bienvenida en la oscuridad. Un suspiro colectivo de alivio se mezcló con el murmullo del viento nocturno. Por fin, el destino anhelado estaba a la vista.

Tiempos de Lágrimas: El juramento de la princesa - Brianne x Lectora.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora