5. Llévame contigo siempre.

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El telefono de la casa sono, Malcolm entro a la cocina encontrando a su hermano Dewey metiendo kilos de goma de mascar en su boca. Lo miro un poco asqueado por lo que sea que su hermano menor este haciendo con eso. Malcolm descolgó el telefono porque era evidente que el beta no podia contestar con la boca llena de goma.

— Hola.

— Malcolm, soy el papá de Stevie. —el alfa se escuchaba alterado.— ¿Donde esta tu hermano?

— ¿Reese? no sé, debe estar pegándole a alguien. 

— ¡Es Stevie! Tienes que detenerlo. 

— ¿Qué? ¿De que esta hablando? — la angustia broto de Malcolm. 

— Stevie y yo estábamos en plena sesión en el instituto Norvet y entonces dijo que tenía que pelear con Reese y se fue de ahí y me aterra...

— Hay no. — Malcolm colgó la llamada y salió corriendo de la casa hacia el garaje.  

La angustia respiraba por cada poro del omega quien comenzó a llenarse la cabeza de posibilidades, unas más absurda que la otra pero todas meramente posibles viniendo de la retorcida cabeza de su hermano mayor. Abrió la puerta del garaje encontrando a su Alfa con la mitad inferior del cuerpo metida en una tina con agua y hielos. Estaba desconcertado de ver.

— ¿Reese, qué estás haciendo?

— Algo que debí hacer hace años.

Malcolm entro, cerró la puerta detrás suya y camino hasta su hermano mayor, sin poder creer la estupidez que sea lo que sea Reese trataba de hacer metido en esa maldita agua congelada.

— Llevo una hora entumiéndome las piernas.— explico. 

— ¿Que?

— No siento nada ahí.— tomo unas tijeras de al lado y se las enterró en las piernas. 

— ¡Alfa!

— Ya no duele, las primeras tres veces sí que dolió. — saco las tijeras regresando estas a su lugar. —Nadie va a decir que no fue una pelea limpia. Cuando llegue Stevie brincare como pescado, lo voy a tirar de la silla y le voy a romper la cara de invalido a invalido. 

El alfa estiro los brazos para sostenerse de unas cadenas que colgaban del techo y así poder salir de la tina con hielos. 

— Rees estás loco. — intento detener el omega.

— ¿Deberás? Dijeron que Einstein estaba loco hasta que comenzó a golpear gente.— se soltó de las cadenas dejándose caer al piso a lado de la tina con hielos.

Reese comenzo a hacer flexiones con los brazos. Malcolm estaba comenzando a estresarse por lo que ocurría, se quedó de pie viendo como su alfa estaba en el suelo haciendo flexiones con los brazos y las piernas estiradas sin nada de movilidad. Hasta se veían azules por la falta de circulación en las venas, temia que realmente la estupidez del alfa fuese a llevarlo a la invalidez. Indiscutiblemente tenía que hacer algo para detenerlo.

— No usar mis piernas fortaleció mis brazos. Esto va a ser genial. 

— Reese no puedes hacerlo, Stevie es nuestro amigo. 

— No, no es mi amigo. Es tu amigo. — escupió con molestia. — Me trata como un animal, me insulta y me falta al respeto ¡Y tu lo permites!

— ¿Qué?

— Siempre estas de su lado y hacemos todo a su manera, aunque yo soy tu alfa. — le recrimino.

— Espera... ¿Estas celoso? —comprendió al fin. De eso se trató todo el tiempo.

— No. — Reese desvio la mirada.— Estoy enfadado. Tu y Stevie seran amigos toda la vida, pero cuando te vayas a la universidad y no estes con nosotros no te volveremos a ver. Y aun asi pasaras el resto de tu vida con Stevie y no con... —se detuvo abruptamente. 

A Malcolm se le calentó el corazón. 

— ¿Tengo que decirte que te amo? — el lobo de Reese brinco al escuchar a su Omega diciendo eso. Pero aún conservaba algo de dignidad y quería hacerse el alfa rudo.

— No.—  refuto avergonzado, volviendo a hacer sus flexiones tirado en el suelo. Malcolm se puso de cuclillas a su lado. 

— Oye, como tu dices, eres mi alfa y somos hermanos.— Reese dejo de hacer flexiones para escucharlo.— No importa si no quiero estar aquí, no me queda otra, sin importar a donde vaya o lo que haga siempre nos vamos a ver. En navidad, cumpleaños, y despues vamos a estar juntos el resto de nuestras vidas. 

— ¿De verdad?

— Sí, mi alfa. 

Ambos se sonrieron tiernamente, Reese  besaría a su omega pero no pudo pararse con sus propios pies dormidos. De pronto la puerta del garaje sale volando totalmente destruida por una patada robótica de Stevie, quien a tomado las piernas robóticas del instituto Norvet para poder ponerse de pie, Reese mira desde el suelo con verdadero terror. Malcolm se para asustado intentando detener la pelea, el padre de Stevie entra corriendo llamando a su hijo para que se detenga de hacer una tonteria como esa. Inevitablemente Stevie le dió una paliza a Reese. 

[...]

Finalmente todo resultó bien para Stevie que no fue demandado por robar el equipo robótico de Norvet, no hablemos de Reese, él se llevó la peor parte, tendrá que quedarse en cama por un buen tiempo debido a los múltiples golpes y las costillas rotas y las piernas congeladas que cortaron la circulación de sangre por unos cuantos días más. Al menos, ahora tiene más presente que Malcolm no lo dejara del todo cuando vaya a la universidad aunque no lo lleve con él esos cuatro años. Además, Reese está medianamente satisfecho porque gracias a la paliza de Stevie ahora Malcolm está más complaciente y lo está cuidando todo el tiempo.

— Mamá me envió a ponerte la bacinica. — levanto el objeto.

— Gracias.

— Me debes veinte dólares.

— ¿Qué? — se quejo.

— Es broma, eres mi alfa. No te cobraría por ponerte esto todos los días. — beso sus labios levemente.

FIN.

LLÉVAME CONTIGO [Wilkercest].Where stories live. Discover now